El juego de la gallina entre Macri y Larreta, Grabois se planta contra la casta y el jugueteo de Kicillof

El juego de la gallina entre Macri y Larreta, Grabois se planta contra la casta y el jugueteo de Kicillof

Persiste la disputa por la definición del candidato del PRO en la Ciudad y el malestar del kirchnerismo contra la Corte. El revés para la dupla Manzur-Uñac impactó en el frente de gobernadores del PJ.

 

Ignacio Zuleta

Ha estallado la paz

La pelea entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta está en su punto más alto. No hablan a solas desde hace rato y Mauricio se va de viaje este lunes -Madrid, Londres, conferencias y reuniones con empresarios ingleses- sin haber cruzado con Horacio más que saludos formales en la cumbre del PRO del lunes pasado.

Es esperable que, como en toda pelea política, un enfrentamiento insoportable sea el preámbulo del arreglo, que no tardará en llegar. La política es una actividad para acordar, no para pelearse. El acuerdo está cerca, ha estallado la paz (diría José María Gironella, español que tituló así una novela). Si no, es impensable que Macri sostenga al primo Jorge y Larreta a Fernán Quirós en una PASO por la gobernación del distrito federal, dividan el voto propio, y faciliten la victoria del radical Martín Lousteau. Ni qué decir si siguen jugueteando con Ricardo López Murphy como candidato -diz que también de Patricia Bullrich- un bingo para los radicales.

Macri y Larreta ensayan una versión del juego de la gallina: corren hacia una colisión de suma cero si chocan, o de la destrucción de quien arruga. Esto le hace decir a los negociadores entre las dos partes que el tiempo los juntará. Y las encuestas.

 

Es una guerra de sucesión

Antes de irse, Macri mantuvo reuniones con Miguel Pichetto y Jorge Triaca -sus dos consejeros más solventes- para dejar planteada su posición. Cree que las encuestas lo favorecen a Jorge por sobre Quirós -4 puntos en la que leyó el viernes- y duplica en respaldos a una eventual María Eugenia Vidal. Agrega que para confrontar con Lousteau es mejor el estilo frontal del primo, un empresario, que el suave de Quirós, un médico que pone la pomadita.

 

Horacio Rodriguez Larreta insiste con la postulación de Fernan Quiros en la Ciudad.

Los cuarteles de Larreta admiten que Quirós está abajo en intención de votos, pero supera a Jorge en imagen. Quirós, dicen los pollsters, tiene techo alto para crecer, mientras que Jorge es piso y techo por el apellido, que arrastra adhesiones y rechazos. ¿Cómo se resolverá? Con una encuesta actualizada a la hora del cierre. ¿Además -se pregunta Mauricio- Horacio no esperaba que Jorge pidiera algo para él, cuando lo llevó a la ciudad de ministro para sacarlo de la provincia y beneficiarlo a Santilli en las elecciones de 2021? Eso lo tiene que pagar de alguna manera. Macri cree que Horacio no preparó su sucesión, como él cree haberlo hecho en su mismo caso.

 

Las boletas de la discordia

¿Por qué no arreglar ahora? Se los impone la necesidad del juego de la gallina, en el que pierde quien se aparta del camino de la colisión. Larreta no está dispuesto a que Jorge haga gestos de respaldo a la candidatura de Patricia. En la provincia de Buenos Aires, mociona para que no haya listas de candidatos unificadas, que haya PASO locales, y que el ganador lleve una sola boleta a presidente. Como sabe que Diego Santilli está por encima de los demás postulantes, impone esa condición porque saca de su lista a los que apoyan a Patricia.

Del lado de Macri se preguntan: ¿hasta qué momento le convendrá a Santilli la exclusividad? Si se siente tan seguro de ser el candidato a gobernador con mejor chance, llegará el momento cuando verá que le conviene también colgarse también de Bullrich, para mejorar la chance de ganar. Es cuestión de tiempo, ya se va a dar cuenta, dicen en los cuarteles de Macri.

 

Juego de simultáneas en Caba y PBA

Mauricio se divierte con plata ajena, porque está colgado a la boleta de Boca y de la FIFA, con todo para ganar. Tiene que jugar fuerte porque la suerte del PRO en la Capital depende de sus decisiones. Esto son unas simultáneas, cree. El espacio del PRO se ordena si se ordena la Capital, y si se arregla ahí, se arregla la provincia. Tiene que aguantar un tinglado que se mueve.

Larreta va capturando intendentes en la provincia –con techo, sin techo, nómades o con carpita- y no le deja espacios a Patricia, que camina en nombre de Macri con varios candidatos a la vez. Algunos legalizados, como Iguacel, Grindetti, Joaquín de la Torre y alguno amancebado, sin reconocer, como Cristian Ritondo. Se le quejan los intendentes a los que visita, porque en cada acto que hace llega con candidatos para reemplazar a los que ya están.

¿Y a mí quién me defiende? -se preguntan. Del mismo modo se preguntan para qué apareció Mauricio en el partido CASI-SIC en San Isidro junto a Ramón Lanús, adversario de Gustavo Posse, cuando lo que tiene que hacer es ponerse a los dos al hombro y pelear contra el oficialismo. San Isidro es una plaza difícil, con Posse que ha sido el látigo de los Cafiero, los Moreau y hasta de Jorge Macri, que antes de irse a Vicente López vivía en San Isidro y soñó con aquerenciar por ahí. No hay con qué darle.

 

El Consejo ya tiene dos tercios sin el peronismo

 

La oposición y el sistema judicial demostraron que pueden funcionar sin el oficialismo. En la sesión de labor parlamentaria del Consejo de la Magistratura del miércoles, el cuerpo tomó decisiones que requieren los 2/3 de los votos sin los representantes del peronismo, dominado por el cristinismo.

 

El kirchnerismo junta bronca contra el titular de la Corte, Horacio Rosatti.

La rabieta que lideró Rodolfo Tailhade contra Horacio Rosatti fue inocua para las efectividades conducentes. El diputado de quejó de la Corte por la suspensión de las elecciones en San Juan y Tucumán y descalificó a Rosatti. "Con Rosatti no tenemos nada que coordinar", afirmó. Se retiró y arrastró a los otros representantes de su bancada (Héctor y Mariano Recalde, Gerónimo Ustarroz, Vanessa Siley e Inés Pilatti). El gesto no conmovió al resto de los consejeros, que siguieron sesionando y aprobaron medidas sujetas a mayorías calificadas.

 

Comenzó la transición

El hecho, invisible a los ojos, tiene una trascendencia descomunal y parece adelantar los tiempos de una transición del poder. El oficialismo ha dedicado los 4 años del mandato de los Fernández a promover iniciativas de reforma de la justicia, juicios políticos, denuncias y agravios. No ha logrado conmover a la justicia ni a la oposición. Que haya perdido ahora la capacidad, no ya de manejar, sino la de bloquear el funcionamiento del órgano máximo de control de la justicia es una derrota final.

Alguna alerta roja habrá sonado, porque cuando terminó la reunión de Labor, se inició otra de la Comisión de Reglamento y aparecieron los consejeros del peronismo, que se habían quedado en un pasillo. "-¿No se habían ido?" “-Sí, pero ya volvimos", se rindió uno de los rebeldes.

El hecho de que puedan sesionar sin el oficialismo marca el final de los intentos de imponer una agenda judicial en la que no han podido sacar ninguna ventaja. ¿Razones? No la calidad de los protagonistas, pero sí la falta de conducción, de estrategia y de doctrina que los unifique. Estas carencias están detrás de los otros desaciertos del gobierno, empezando por la economía.

 

También perdieron la calle

Esta derrota de cámara, entre cuatro paredes, tiene el correlato en la pérdida del dominio del oficialismo en algunos territorios simbólicos, propios de gran orquesta. ¿Quién iba a creer que Miguel Pichetto y José Roberto Dromi harían una presentación pacífica de su libro de campaña en la Universidad de la Plata? Ocurrió el jueves, en el santuario del cristinismo más agresivo. Platicaron con el público y hasta se llevó Pichetto en el ojal la hoja de roble que distingue a los egresados de esa Universidad. En otro momento ni hubieran podido bajar del auto.

¿Quién esperaría que Pichetto apareciera en la Feria del Libro junto a Jorge Argüello para hablar de poesía, sin que nadie chistase? A Macri, en el apogeo de su poder, lo tuvieron que ayudar a salir de un acto en la Feria con la policía. Han cambiado los tiempos. Comenzó la transición. Esa cierto que también Pichetto es un gallo de pelea que se banca todo. En la charla en la Feria se comparó con el gaucho Cruz que lo salvó a Fierro de un entrevero con policía brava. Acaso así se ganó Cruz ser el vice.

 

Perdió el peronismo de los gobernadores

 

El oficialismo quedó arrinconado por los fallos de la Corte, que recortaron su capacidad de regenerar la unidad entre el peronismo del AMBA y el del interior. Aunque el Gobierno simula llorar que Juan Manzur y Sergio Uñac hayan quedado fuera de la cancha, en realidad lo festeja porque le saca al peronismo del AMBA a dos de los gobernadores más fuertes de la competencia por la candidatura a presidente.

Manzur-Uñac era un ticket que esperaba reelegir este domingo en sus provincias. Esos triunfos eran el trampolín para lanzar sus candidaturas presidenciales. Una amargura eso de ver cómo una fecha que creías iba a ser el comienzo de una nueva vida, se convierte, en un tris, en una fecha de vencimiento.

 

Juan Manzur bajó su candidatura a vicegobernador de Tucumán tras el fallo de la Corte.

Hoy quedan inhabilitados porque ni pudieron jugar. El sabot queda en manos de los dirigentes del AMBA, que tienen que hacer dos esfuerzos: uno, conciliar posiciones sin dividirse, para no repetir la migración que significó hace una década la disidencia del massismo; un segundo esfuerzo es atraer al peronismo, especialmente del Norte -comarca escriturada al peronismo -, adonde nadie dudaba que Manzur revalidaría los títulos en Tucumán, que es la sexta provincia en cantidad de electores.

 

Scioli con distritos clave

Esta semana parece clave para este espacio. El martes sesiona el congreso del PJ nacional que autorizará a la cúpula del partido a negociar frentes. De esa operación saldrá la habilitación a anotarse en las PASO. Cristina de Kirchner hasta ahora no figura en los papeles de nadie como candidata, ni a senadora nacional (por ahora, como siempre). Cuanto más, la timbean como posible presidenta del Unasur, pero es un atajo de quienes dicen conocerla. Ella domina el distrito más grande que es Buenos Aires.

Sergio Massa ha dicho a quien quiera escucharlo que no será candidato, pero nadie le cree, como nadie le cree nada de lo que dice. Sigue en carrera Daniel Scioli, que esta semana desembarca en dos distritos clave. El martes va a estar en La Matanza, en una feria alimentaria, sin sacarse el sombrero de embajador. El jueves tiene previsto viajar al Chaco, en donde se verá con Jorge Capitanich. Es el gobernador del peronismo fuerte, que ha hecho movimientos de candidato -como Juan Schiaretti, pero éste juega en otro tablero-. Aunque afirma que su proyecto es reelegir como gobernador. Scioli busca un vice del interior y por eso todos miran cualquier movimiento que haga en el mapa. "No quiero ser candidato, lo que quiero es ganar y gobernar", insiste Scioli.

 

Grabois contra las balas de su casta

Juan Grabois recorta su proyecto a la necesidad. "No me bajo por nada del mundo si el candidato es Massa o Scioli o algo por el estilo. Si no me dan las PASO vamos por afuera con el partido Patria Grande. Si es Wado, que es un hermano -agrega- nos vamos a poner de acuerdo. Si se presenta a las PASO lo vamos a apoyar. Todos saben que yo junto votos en sectores donde ellos no llegan. El problema que tienen es que no me entran las balas de nuestra casta... y que si pierdo mi apoyo está condicionado al programa de tierra, techo y trabajo.”

"¿Que es la casta? le pregunta uno. "Los primos, los vecinos, los del Delta y los norteños". Hermético, no da precisiones. "Metáforas", remata. Grabois tiene liderazgo, programa y apoyo territorial, todo lo que no tiene De Pedro, que es un cortesano puesto en el cargo.

 

Kicillof juguetea y la oposición pide que defina

 

Axel Kicillof se aferra a la candidatura a gobernador por razones obvias. Sabe que el peronismo de su provincia mantiene el tercio de votos y que no le va a dejar a nadie ese capital. Es otro cortesano que no ganó la gobernación por sí, sino que se la dieron de gusto, por pertenecer al círculo de Cristina. Ahora él mismo se pone en el cargo. Juguetea con las fechas o las urnas separadas, a lo Larreta, entre la nacional y la provincial.

A algunos intendentes con los que compartió actos, les dijo que era muy complicado hacer elecciones separadas. Pero el fin de semana abrió de nuevo la puerta. La oposición de Cambiemos comenzó a estudiar el texto de una presentación ante la justicia, para que le exija al gobernador que defina qué hará.

Dentro de un mes, 24 de junio, vence el cierre de inscripción de frentes electorales. La razón del pedido es que el gobierno tiene que dar certeza a todos sobre cuándo y cómo se votará. Si se dividen las fechas, no será una novedad, porque Antonio Cafiero en 1987, Eduardo Duhalde en 1991 y Felipe Solá en 2003 fueron elegidos gobernadores en fechas distintas a las presidenciales. Pero hacerlo implica trasladar la responsabilidad de los comicios de la provincia a la junta electoral provincial; mientras que, con la unificación, hay una sola junta.

Además, existe en Buenos Aires una ley de voto electrónico aprobada bajo el gobierno Solá siendo Florencio Randazzo ministro. Nunca se aplicó. Si el oficialismo quiere agitar el sonajero para dar más incertidumbre, puede desterrarla.

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