La Casa Rosada repite el mismo escenario en la política y en la economía. Los gobernadores padecen la vieja lógica: ministros sin margen de negociación y el poder en manos de Karina. Santilli toma nota pero la plata la maneja Luis Caputo. La CGT busca interlocutor. El acuerdo con EEUU, tema de debate para el Congreso que viene. El peronismo trata de taponar las fugas
Por: Mariana Verón.
Con el respaldo electoral todavía fresco, el Gobierno se muestra decidido a repetir el esquema económico y político que lo llevó a la victoria en los comicios de medio término, a pesar de los cambios que había promocionado Javier Milei en las horas posteriores al triunfo.
Sin un superministro que administre hacia afuera los debates pendientes, el Presidente se apalanca en el respaldo social que consiguió hace tres semanas para ratificar el rumbo, con retoques que no despejan las dudas sobre el mediano y largo plazo. El poder hacia adentro quedó consolidado en Karina Milei, que ejerce el rol de consejera principal del Presidente.
“Anota todo pero no promete nada”, contó un gobernador de los que pasó por la Casa Rosada esta última semana sobre el rol de Diego Santilli, el ministro del Interior que se desayunó el mismo día de su jura que le sacaban la dirección de Migraciones y el Registro Nacional de las Personas (Renaper). “Fue un mensaje de bienvenida al estilo libertario”, lo interpreta un diputado de diálogo habitual con el nuevo funcionario, que entiende que le quisieron marcar la cancha. En su entorno quedaron en shock, pero no quieren sobreactuar malestar. Están convencidos de que la ductilidad política que siempre mostró Santilli lo va a llevar a revertir la situación y hasta conseguir más herramientas de las que hasta ahora tenía esa cartera. “Hay que esperar”, reclaman. El regreso de la Secretaría de Deportes parece muy poco para compensar.
Hasta ahora todos los gobernadores que lo vieron se mostraron en plena sintonía con el funcionario, a excepción de Martín Llaryora, de Córdoba, que marcó distancia en algunos temas, como la reforma laboral. El mandatario tiene diálogo con la nueva conducción de la CGT. A la salida de la Casa Rosada se mostró más bien “prudente”, en la mirada de un líder sindical que habló con él.

Diego Santilli con Orrego, Cornejo, Sadir y Jalil
El chat de gobernadores sigue en pleno debate. Todos cuentan más o menos la misma historia sobre el poco margen que hasta ahora parece tener Santilli. “Cuando te reunías con Corach sabías que lo que el tipo te decía se cumplía”, recuerda un menemista de entonces, sobre la diferencia que se ve ahora. Aunque el equipo de Santilli aborrece la comparación, quienes lo vieron en estos días se llevaron la misma sensación que con Guillermo Francos. Amabilidad, pero sin poder de decisión. Tampoco su cartera se asemeja a la que tuvo Rogelio Frigerio durante el gobierno de Mauricio Macri, con la palanca de la obra pública y la política de viviendas para negociar. A Santilli le queda el reparto de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), pero el enter lo aprieta Luis Caputo.
Un claro mensaje sobre quién es el que define sobre los recursos se vio esta semana cuando el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, se reunió con el ministro de Economía para reclamarle el pago en concepto de coparticipación. A Alfredo Cornejo, aliado de Mendoza, le llevó la autorización de Economía para tomar deuda por USD 75 millones para obras de agua potable en el Gran Mendoza y San Rafael.
Santilli mecha sus excursiones por las provincias con reuniones en la Casa Rosada. También usa sus oficinas históricas sobre la calle Salguero, un lugar más íntimo que el que le quedó en Balcarce 50. Allí fueron Miguel Pichetto y Nicolás Massot esta semana a verlo. Con picardía, viajó a Mendoza el viernes, y coincidió con la cumbre de gobernadores que integran la mesa del cobre. Terminaron almorzando en la residencia del gobernador todos juntos. De entrada hubo empanadas. Estaba el peronista Raúl Jalil, amenazante con pegar el portazo de los bloques de Unión por la Patria en el Congreso; además del jujeño Carlos Sadir, de Provincias Unidas. Santilli fue con Gustavo Coria, su mano derecha, por ahora el único funcionario confirmado en su cartera.
La CGT busca interlocutor
De hecho, fue Coria el que le hizo llegar a uno de los integrantes del nuevo triunvirato de la CGT el mensaje de una pronta convocatoria. “Llamó para avisar que después de la ronda con los gobernadores seguíamos nosotros”, cuentan en un despacho de la central obrera. Coria fue ministro de Seguridad porteño y había obtenido una banca como legislador bonaerense, que dejará para asumir como secretario de Interior. Su lugar lo ocupará María Fernanda Coitinho, aliada a Sebastián Pareja, del ala karinista.

Los nuevos líderes de la CGT, Octavio Argüello, Jorge Sola y Cristian Jerónimo
La nueva cúpula sindical busca interlocutores. Acostumbrados a tratar hasta ahora con Santiago Caputo, fueron los que más sintieron el golpe por el aislamiento en el que quedó el asesor presidencial. “Era muy empático”, resaltan sobre él, al punto que una fuente sindical destaca que en estos dos años en el poder el asesor se acercó dos veces a la sede de la Uocra para mantener encuentros con ellos. Nunca tuvieron diálogo con Karina Milei ni con Manuel Adorni. Ahora apuestan a Santilli.
Con nuevas caras, la CGT cree que deberá reeditar el verano del 2024 cuando el decreto 70 les intentó sacar de prepo la reforma laboral. Dicen que están preparados para resistir, pero leen entre líneas algunas decisiones del Gobierno que los podría terminar beneficiando. En principio, la Casa Rosada desenganchó la negociación laboral de la discusión por el Presupuesto 2026. Aunque no está oficializado, habría un llamado para sesiones extraordinarias en diciembre, con el Presupuesto y la llamada Ley de Inocencia Fiscal, el neoblanqueo presentado por Caputo este año que nunca se trató. Martín Menem se lo adelantó a los diputados de bloques cercanos. Y para febrero se estirará la reforma laboral. En el sindicalismo sostienen que eso les da margen para contraatacar, reforzar el diálogo con los gobernadores y armar una estrategia. Sospechan, además, que bajo el eufemismo de “modernización”, esa ley será la gran victoria política de Milei en esta nueva etapa y por lo tanto el Presidente estaría dispuesto a avanzar con una reforma light. “Milei solo quiere que salga, no importa qué”, especulan en los gremios más dialoguistas. A eso suman que la situación social dentro de tres meses podría agravarse en cuanto a la pérdida de puestos de trabajo, lo que haría más difícil que gane la batalla una reforma hard.
Más allá de las especulaciones, lo cierto es que el proyecto ni siquiera está redactado. Una parte la tiene Capital Humano, otra Federico Sturzenegger, y ahora Luis Caputo pidió supervisarlo para incluir el capítulo de “promoción del empleo registrado”, que incluirá una reforma al monotributo. No es una idea de Caputo. Es una exigencia del FMI y de hecho figura en la página 17 del staff report.
Hay entre los empresarios una sospecha incómoda: que la reforma termine en un Frankenstein como fue la Ley Bases. De eso se hablaba entre los industriales el jueves pasado en el Centro de Convenciones de Buenos Aires, donde se hizo el encuentro anual de la Unión Industrial Argentina.
Luis Caputo
Los cambios que no aparecen en lo político tampoco se ven en lo económico. El Gobierno ratificó el esquema de bandas cambiarias, dejó para una segunda etapa la acumulación de reservas que exige el FMI y mantiene su férreo alineamiento a Estados Unidos como sostén principal para sobrellevar los vencimientos de deuda más urgentes, en enero, cuando tiene que desembolsar USD 4.500 millones en pago a los bonistas privados y otros USD 1.000 millones de bopreales y organismos internacionales. Caputo relató esta semana que está garantizado el pago a través de varias herramientas, entre ellas, toma de deuda con bancos norteamericanos.
Valoración en alza
Las razones de este status quo se pueden encontrar en los datos que arrojan las encuestas. La mayoría de los sondeos pre elecciones reflejaban un empate en la valoración sobre la gestión nacional: en promedio, un 47% rechazaba y otro 47% aprobaba. Ese cuadro cambió sustancialmente después del 26 de octubre. Pasó a ser de 55% de aprobación contra 45% de rechazo, según encuestadores, lo que lo lleva a los valores del mejor momento de Milei, entre noviembre y diciembre del año pasado. Lo que se estancó es la percepción real de la economía. El 40% dice mantener sus preocupaciones económicas. Desatender ese punto puede traerle problemas en el mediano plazo, cuando el veranito pos elecciones termine. Estirarlo hasta el otoño es parte de la estrategia oficial.
Esta semana volvieron los insultos presidenciales. Milei cargó contra el economista Emmanuel Álvarez Agis por una propuesta impositiva y despotricó contra los medios que informaron sobre el proyecto de modificar el monotributo. “Gil y chorro”, le dijo al primero; “delincuentes con patente de periodistas”, a los otros.
El Gobierno llegó al fin de semana eufórico por el acuerdo comercial con Estados Unidos, del que aún se desconocen los detalles, sobre todo en lo relativo a la baja de aranceles para productos argentinos. Hasta que finalmente se firme, la oposición en el Congreso hará valer su derecho a aprobarlo. Ya están circulando informes en los bloques peronistas sobre la necesidad de que cualquier entendimiento pase por el parlamento, amparados en el artículo 75 de la Constitución Nacional, que establece que el Congreso legisla en materia aduanera y de comercio con naciones extranjeras.
El peronismo intenta taponar fugas
Más allá de alzar la voz, el peronismo está lejos de ganar la agenda. La catarsis eterna del espacio que salió derrotado en las últimas elecciones siguió el martes en una cumbre que mantuvieron los gobernadores del PJ en la ciudad de Buenos Aires. Estuvieron Axel Kicillof (Buenos Aires), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quintela (La Rioja), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero), este último por zoom. Faltaron por obvias razones Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca).

Osvaldo Jaldo y Raúl Jalil
Quintela llevó la novedad de la posibilidad de que Jalil abandonara el bloque de UP para unirse a los gobernadores de Innovación Federal. Jaldo ya lo había hecho el año pasado, a poco de andar el gobierno de Milei, cuando se llevó tres diputados a un bloque propio. Son los más entusiastas de la reforma laboral. “Están tratando de que no se rompa el bloque, es lo único que tenemos”, refuerza una fuente cercana a uno de los participantes del encuentro, pero no hay garantías. Sí mucha preocupación. Tampoco tienen garantías de la fuga Menem y Santilli, los más interesados en el nuevo armado. Hay diputados que ponen la mira en la intervención de Matías Robles, que supo asesorar a la diputada tucumana Fernanda Ávila, incluso cuando fue secretaria de Minería del gobierno anterior. Es hijo de Silvio Robles, mano derecha del juez de la Corte Horario Rosatti.
De romper, Jalil se expone a un quiebre también en su provincia, del sector interno que responde a la ex gobernadora y hoy senadora nacional Lucía Corpacci. Ese es el anzuelo para evitar que deje el bloque. Por ahora, a Germán Martínez se le fue el tucumano Javier Noguera, cuya mujer, Alejandra Rodríguez, es la intendenta de Tafí Viejo. “Lo apretó Jaldo”, lo justifican en el bloque, que así las cosas quedó con 97 integrantes. La otra incógnita era Zamora, que asumirá como senador y con ganas de lanzarse a la carrera presidencial de 2027. En la reunión con sus pares garantizó permanencia. Pero tiene juego propio.

Osvaldo Jaldo y Javier Noguera (derecha)
El actual Senado espera esta semana tener su sesión de despedida y se coló un tema clave: la elección de los integrantes de la Auditoría General de la Nación (AGN), en virtual parálisis por la falta de acuerdos para los nombramientos por parte de ambas cámaras. El peronismo habría llegado a un consenso para nombrar nuevamente a Javier Fernández, e incorporar a alguien más por el sector kirchnerista. El nombre que da vueltas es el de Virginia García. Por el radicalismo sería el chaqueño Víctor Zimmerman, que termina su mandato como senador. El Gobierno quiere evitar la sesión, porque está en carpeta el tratamiento final de la reforma a los DNU, y porque con la nueva composición parlamentaria se modifican los lugares que le corresponde a cada bloque. El tema sigue trabado en Diputados.
A las versiones de rupturas en los bloques de UP se suma la siempre vigente pelea bonaerense. Esta semana arranca el debate de las leyes económicas que reclama Kicillof. Prevalece la desconfianza. El pedido que hizo llegar el gobernador a La Cámpora es desacoplar el debate de lo partidario, frente a la renovación del PJ provincial, por ahora postergada. Lo que no están dispuestos a aceptar es comenzar el séptimo año de gestión sin que un kicillofista ocupe la presidencia de la cámara baja y para ese lugar en La Plata promueven a Mariano Cascallares.
Mientras tanto, Kicillof reflotará la pelea nacional, vía Santilli. El debate tuitero entre el ministro del Interior y Carlos Bianco, mano derecha del gobernador, se reflotará mañana. Bianco tiene previsto cargar duro en su conferencia de todos los lunes. El diálogo con Santilli se cortó el 26 de octubre. Esa noche cruzaron una felicitación por el triunfo electoral libertario y nada más. La novedad llegó cuando Bianco tuiteó. Santilli lo llamó, pero se cortó al primer tono. Bianco devolvió la llamada, pero nadie atendió. Mandó un mensaje. Sin respuesta. A las dos horas del teléfono descompuesto, apareció el tuit de Santilli con el “tomo nota Carli”, que buscó bajarle el precio al reclamo. La provincia va a arremeter con el tema.

Carlos Bianco
La semana que comienza empezará a delinear la reconfiguración del Congreso que viene. El martes Martín Lousteau se reunirá con el espacio de Provincias Unidas para unirse a ese bloque, que busca ampliarse. El PRO definió que se queda solo, sin hacer interbloque con los libertarios. La decisión salió de la cumbre que encabezó el miércoles pasado Mauricio Macri. En el encuentro hubo dos momentos ásperos. El primero, cuando un custodio del ex presidente se acercó al diputado Oscar Agost Carreño para echarlo de la cita. Macri ya lo había expulsado del partido en Córdoba. El otro fue cuando la vicegobernadora de Santa Fe, Gisela Scaglia, diputada electa, anunció que ella también, en caso de asumir, se iba a enrolar en Provincias Unidas como el cordobés. ¿La expulsarán también de la presidencia del PRO Santa Fe?
El partido de Macri está en un verdadero problema. “Hablo de más en Chile”, le reprochan al ex presidente sobre su aviso de que tendrán candidato en 2027. A su lado dicen que lo que buscó fue más bien preservar la expectativas en la ciudad, donde la amenaza de perder el manejo político después de 20 años es un hecho.
La semana del Gobierno terminó con nuevas y complicadas revelaciones del entramado de corrupción en la causa Andis y pasado mañana volverá a escena Libra, con el cierre y presentación de informe final de la comisión investigadora. Con la misma receta que lo trajo hasta acá, la Casa Rosada se aferra a que el veranito postelectoral se extienda sin impacto político.



































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