Peronismo 2026: el desafío de superar las tensiones y convertirse en alternativa nacional

Peronismo 2026: el desafío de superar las tensiones y convertirse en alternativa nacional

Luego de la derrota electoral, el peronismo ingresa a 2026 con el desafío de mantener el mayor nivel de coincidencias posible y la elaboración de una alternativa al modelo libertario. En el fin de año se combinaron señales positivas y negativas.

Por

Fernando Cibeira

El peronismo cerró el año con dos postales positivas a futuro. Una, la fugaz coalición con otros sectores opositores en la Cámara de Diputados que le permitió rechaza el Capítulo XI del presupuesto enviado por Javier Milei. Dos, el encuentro de los seis gobernadores de Unión por la Patria, donde se comprometieron a "recuperar la Argentina federal e inclusiva", un sector en el que Axel Kicillof se perfila como la figura de mayor proyección nacional y eventual candidato presidencial en 2027. Pero también hubo, por lo menos, otras dos negativas. Una, la votación del presupuesto en el Senado, con tres senadores separándose del resto del interbloque Popular, lo que presagia dificultades para los próximos debates, especialmente la reforma laboral. Dos, las tensiones que permanecen fronteras adentro con algunos gobernadores y también en el territorio bonaerense, reflejado en los debates parlamentarios y en los incidentes en algunos municipios. El desafío del peronismo para 2026 pasará por mantener el mayor nivel de amalgama posible y la elaboración de una alternativa nacional al modelo libertario, que las últimas elecciones dejaron claro que no será sencillo.

 

El contundente triunfo en la provincia de Buenos Aires en septiembre hizo pensar que la experiencia libertaria había sido un exabrupto histórico y que, más pronto que tarde, las cosas volverían a su lugar. Las elecciones nacionales de octubre fueron un baldazo de agua fría porque hicieron ver que el dinosaurio seguía allí: el peronismo podía imponerse en comicios provinciales, pero había sido dejado de visualizar por muchos de sus votantes como una opción potable para la Nación. El trabajo por volver a recuperar la confianza de ese elector -históricamente perteneciente a los sectores populares- es el camino a transitar durante este 2026 no electoral, pero que tendrá la impronta de una urgente construcción nacional que brinde respuesta a la crisis social y económica que irá generando a su paso la administración de Milei y Toto Caputo. Obviamente, hay diferentes miradas acerca de cómo conseguir este objetivo.

Los gobernadores de Unión por la Patria -groseramente discriminados por la Casa Rosada que no los invita a las reuniones, ni les entrega los fondos de ATN como hace con sus aliados- mantuvieron un encuentro a mediados de diciembre y adelantaron el objetivo de elaborar una agenda política en el Congreso con "los acuerdos necesarios para conseguir mayorías". "Estamos convencidos de que otra Argentina es posible. Una Argentina en la que la producción, el trabajo y la educación sean los cimientos del desarrollo", sostuvieron como declaración de principios junto a una foto en la que Axel Kicillof (Buenos Aires), Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quintela (La Rioja), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Elías Suárez (Santiago del Estero) compartieron mesa con los más de 20 legisladores nacionales que les responden directamente, incluyendo al ex gobernador santiagueño Gerardo Zamora. 

Inmediatamente después de ese encuentro, Kicillof viajó a Formosa con Insfrán para compartir algunas actividades. Los tiempos se aceleraron y el gobernador bonaerense comenzó con ese viaje lo que en su entorno adelantan que será un recorrido por el país planteando la construcción "federal, solidaria y democrática". Más importante, habló de "una alternativa sin sectarismo, sin dejar de hablar con el que piensa diferente". Ademas, una enseñanza que dejaron las elecciones de octubre: "No alcanza con resistir, hay que dar una perspectiva de futuro". Parte del contenido de las "nuevas canciones" con el que buscará diferenciar esta etapa de la de Cristina Kirchner, que aparentemente una parte de la sociedad dio por concluida. En principio, en sus últimas apariciones, a Kicillof se le nota un tono más llano y enfático, menos universitario. Su desafío particular será convencer de una propuesta que trascienda a la provincia de Buenos Aires, con un interior que declara hartazgo respecto a la "agenda del AMBA" y dejó de votar peronismo.

Antes de lanzarse formalmente a la recorrida nacional, que calculan para mediados de año, Kicillof cerró con gestos hacia sus aliados internos. A una foto con la conducción de la CGT le siguió otra este lunes con las dos CTA, con el juramento de hacer frente común ante la avanzada por la reforma laboral. Además, el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, adelantó que volverán a la carga para habilitar la re-reelección de los intendentes en la provincia de Buenos Aires, actualmente limitada a dos mandatos. Es otro tema de fricción interna porque La Cámpora y el massismo se oponen a esa movida que promueve el Movimiento Derecho al Futuro, con más de 40 intendentes que respaldan al gobernador. Esa disputa y la de la futura conducción del PJ Bonaerense que reemplazará a la de Máximo Kirchner funcionarán como prueba para medir la fortaleza del liderazgo de Kicillof en el principal distrito del país, por más que en su entorno avisen que su mirada ya está puesta en la pelea nacional.

En la reorganización del peronismo tendrá un lugar Cristina Kirchner, quien atraviesa una situación personal complicada: a la prisión domiciliaria se le agregó una operación de apendicitis que le mantiene internada desde hace varios días, lo que la alejó de las últimas discusiones en el Congreso. Con todo, los tres senadores que votaron el pesupuesto diferenciados del resto pertenecen al subbloque Convicción Federal, que justamente se conformó en rechazo a la conducción de CFK. En uno de sus últimos movimientos como presidenta del PJ Nacional, Cristina recibió a un grupo de economistas que le entregaron un documento económico de 400 páginas que presentó como "un modelo económico nacional de crecimiento productivo y federal para el siglo XXI". Se dijo que distribuirían un extracto entre la dirigencia para que sirviera como apunte de actualización doctrinaria. Existe la necesidad -otro de los desafíos de 2026- de una propuesta económica adaptada a los tiempos que corren, con respuesta a la cuestión del déficit, el rol del Estado, los niveles de endeudamiento y las nuevas formas laborales.

 

 

Esta semana, hubo un proyecto de Itai Hagman, junto a la firma de otros 15 diputados incluyendo al jefe del bloque, Germán Martínez, en el que se planteó una propuesta de equilibrio fiscal y límite al endeudamiento externo. Será la idea que buscarán potenciar durante 2026: bancadas activas en la presentación de proyectos que funcionen como contrapartida al infinito ajuste libertario. Un rubro estratégico a trabajar será el de la defensa de la industria nacional. Otro, que quedó servido luego de la aprobación del Presupuesto, el del financiamiento de la educación y de la ciencia como fórmula para el desarrollo del país. Ya trabajaban en propuestas en ese sentido. En base a esas iniciativas, imaginaban, comenzará a estructurarse lo que terminará siendo la plataforma del justicialismo para 2027, una opción atractiva para los perdedores del actual modelo que, no lo dudaban, serán mayoría.

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