Macri tomó el control de la campaña de Milei y buscó forzar la ruptura de Juntos por el Cambio

Macri tomó el control de la campaña de Milei y buscó forzar la ruptura de Juntos por el Cambio

El ex presidente asumió la centralidad de la oposición en desmedro del candidato libertario. Descalificó a los líderes del radicalismo y admitió que decidió ignorar a fundadores de la coalición opositora como Larreta, Vidal y Frigerio. “No puede ser que con la farsa de la neutralidad ellos se dediquen a apoyar a Massa”, afirmó

Por Facundo Chaves

El ex presidente Mauricio Macri tomó hoy el control de la campaña de Javier Milei de cara al balotaje y buscó ocupar la centralidad política de la oposición. Lo hizo en un reportaje de alto impacto, en el que además intentó forzar la ruptura de Juntos por el Cambio con fuertes descalificaciones a los principales líderes de la UCR, como el gobernador Gerardo Morales y el senador Martín Lousteau y el diputado Emiliano Yacobitti.

El ex mandatario rompió el silencio en una entrevista con Eduardo Feinmann por radio Mitre en la que explicó los pormenores del pacto que sellaron él, la derrotada candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, y un reducido grupo de dirigentes con el líder libertario para enfrentar a Sergio Massa en la segunda vuelta. En la charla radial contó el contenido del acuerdo electoral que hicieron en su casa de Acassuso sobre el filo de la medianoche del martes al miércoles.

Macri se mostró furioso contra los dirigentes opositores que rechazaron el acuerdo que él promovió con Milei y al mismo tiempo censuró la posibilidad de que se plantee ante la opinión pública y los votantes de JxC la neutralidad u otra expresión que no sea el voto a favor del libertario. Para el ex presidente, cualquier otra alternativa es ser funcional a Massa.

En la entrevista, Macri reconoció que en la negociación y la decisión del acuerdo decidió ignorar a Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y Rogelio Frigerio, y otros funcionarios que lo acompañaron desde el inicio de su desembarco en la actividad política, hace más de 20 años. Y también embistió contra Elisa Carrió. A ellos no los invitó al encuentro donde definieron que Bullrich y su compañero de fórmula, el radical Luis Petri, comunicaran el apoyo del PRO al libertario para la segunda vuelta.

“La reunión no se puede hacer entre 70. (El gobernador electo de Chubut) Nacho Torres estuvo. Rogelio estaría en Entre Ríos. Algunos pueden decir ‘yo hubiera querido estar en la reunión’. Las cosas no suceden así, las cosas van a determinada velocidad”, respondió Macri, cuando fue consultado por la decisión de no convocar ni a Larreta, ni a Vidal ni a otros líderes de primera línea del PRO para discutir un acuerdo electoral de ese tenor.

Y en ese sentido, cuestionó que haya una posición diferente a la que él pretendía que todo Juntos por el Cambio acatara: “Acá hay dos alternativas. La neutralidad para favorecer a Massa y decirle a nuestros votantes (que voten a Milei). No se puede con la farsa de la neutralidad que ellos se dediquen a apoyar a Massa. No puede ser”.

Las críticas del expresidente se hicieron extensivas a otros referentes que criticaron su decisión de pactar con el candidato de La Libertad Avanza. “Lo que se ha hecho no da excusa a nadie para creerse los dueños de Juntos por el Cambio y andar echando a nadie. Los que de verdad son neutrales, se manifiesten, pero aquellos que usan la neutralidad para manifestar su apoyo a Massa que lo digan también”, subrayó.

Consultado sobre los cuestionamientos de la líder de la Coalición Cívica, Elisa “Lilita” Carrió aseveró: “Cuando a la gente le gana el ego, se transforma en alguien que no puede construir nada bueno y lo que tenemos que lograr es recordar quién nos dio poder, que es la gente, y eso es para construir, no para dañar”.

Macri justificó su decisión de apoyar al candidato de La Libertad Avanza en que “los argentinos decidieron que la opción para liderar el cambio es Javier Milei” y que él representa “el único camino que tiene la Argentina hoy”, de cara al balotaje del 19 de noviembre. Además, descalificó a los dirigentes radicales Morales, Lousteau y al diputado Emiliano Yacobitti porque fueron los primeros que se pronunciaron a favor de la neutralidad.

”Ellos han tenido incontables reuniones con Massa y han transado en contra de los intereses de los argentinos. No pueden decir nada”, dijo el ex mandatario sobre el rechazo del radicalismo al pacto opositor. “Ellos se sienten más cómodos con Massa que con Milei y que con la misma línea del PRO”, aseguró Macri.

“Que Martín Lousteau trate de explicar dónde está parado, que diga que va a votar a Massa, no me extrañaría nada de alguien que siendo embajador en los Estados Unidos abandonó la embajada justo cuando el Presidente iba a visitar a los Estados Unidos”, aseguró, en uno de los ataques más duros que lanzó en la entrevista. “Que lo diga. Basta de tirar la piedra y esconder la mano. Que lo diga. Y el día que termine la elección nos reuniremos todos en Juntos por el Cambio y discutiremos las cosas sobre la mesa”, lo desafió.

La réplica de Yacobitti

Tras las declaraciones de Macri, el diputado Yacobitti publicó en la red social X (ex Twitter) una respuesta al ex presidente: “Macri falta a la verdad. Es fácil chequear que tanto en Diputados, Senado y en las Legislaturas, el Radicalismo fue una oposición categórica. Tiene que explicar por qué declaraba a favor de otro candidato en campaña y arregló velozmente su apoyo, a espaldas de JxC”.

Además, defendió a Lousteau y Morales de las descalificaciones que recibió en el reportaje y también negó que vaya a participar de un eventual gobierno de Sergio Massa “porque la sociedad nos puso en el rol de oposición”.

Apoyo incondicional

“El que lidera la propuesta de cambio es Milei y hay que tener la humildad de reconocer que la gente optó para conducir al cambio a Milei”, aseguró Macri y agregó: ”Es un apoyo incondicional. No hemos pedido nada. No se habló de ningún cargo. Fuimos a la reunión (con Milei) no para un toma y daca”.Sobre la virtual ruptura de la coalición opositora, Macri afirmó que JXC “sigue estando ahí” y “es el mismo con sus problemas, con sus conflictos internos que hemos sabido llevar en función de cuidar la república”.

La decisión de Macri de pactar con Milei y hacer campaña para el balotaje una fuerte reacción de parte de todos los partidos que integran la alianza opositora, desde la UCR, a la Coalición Cívica de Carrió, de Confianza Pública de Graciela Ocaña, a Margarita Stolbizer del GEN. Pero también involucró a otros actores políticos, como intendentes, legisladores y líderes territoriales.

Anoche, Lousteau señaló que “Macri dejó Juntos por el Cambio y fundó el macrimileismo o mileimacrismo. Se fue a otro espacio”. “Decidieron unilateralmente, al revés de lo que hicieron todos los partidos que se reunieron y tomaron una postura colectiva. Ellos decidieron hacer una conferencia de prensa, sin avisar, diciendo que se iban con Milei, traicionando todo lo que dijimos en la campaña y lo que aspiramos a representar”, precisó antes de decir: “Me dio vergüenza”.

No sólo radicales

Más allá de que Macri apuntó contra los radicales, contra Carrió y Larreta, entre otros, un sector importante del PRO tomó distancia de la decisión sorpresiva de apoyar a Javier Milei. “Están discutiendo corrupción, populismo y kirchnerismo. Así nos llevaron puestos en la provincia de Buenos Aires. Massa y Kicillof sacaron 4.200.000 votos y nosotros 2.370.000 votos. ¿Nadie va a pensar por qué quedamos tan lejos?”. La frase pertenece a uno de los candidatos de Juntos por el Cambio que perdieron por mucha diferencia en el conurbano bonaerense y que prefirió no ser nombrado.

La descripción que este dirigente transmitió a Infobae de lo que dejó el domingo mezcla en dosis parejas la desilusión, la bronca y un sensación de desamparo por un resultado irreversible. La militancia de JxC se quedó en el territorio sin incentivos para encarar la batalla final: en cambio, al peronismo ya victorioso le queda cerrar el tercer anillo, después de la Municipalidad y la Gobernación, van por la permanencia del peronismo en la Presidencia.

El ex candidato derrotado contó que el Conurbano fue escenario de una ola celeste que inundó tanto las periferias como los centros urbanos y hasta las zonas céntricas de clase media y media alta. “Nosotros ganábamos en esos circuitos por 20 puntos de diferencia. Esta vez ganamos por 1 punto con toda la militancia y nuestra gente caminando ilusionada. Ni te digo lo que pasó en los barrios populares o en las villas. Arrasaron”, relató.

“Cuando hablan de corrupción y populismo están hablando de problemas de segunda o tercera generación, para usar los términos de Milei. No entiendo cómo no reaccionan. Teníamos 4 semanas para la campaña y nos gastamos la primera discutiendo el acuerdo con los libertarios. Y no hay una sola autocrítica”, describió.

Y dejó una frase clave en este contexto: “Ni en pedo, ni aunque me paguen voy a militar la boleta de Milei”.

El mismo dirigente reconoció que más allá de lo que pase en el balotaje, Macri tomó el lugar que había buscado desde antes del domingo: ser jefe político único de un espacio de derecha más “pura”, con un candidato a presidente que le reconociera preeminencia y que acepte acuerdos estratégicos.

De eso hablaron Macri, Milei y Bullrich en la casa de Acassuso, la noche del martes. Allí estuvieron también del lado del PRO Néstor Grindetti, y los diputados Diego Santilli y Cristian Ritondo. Según pudo averiguar Infobae, al menos Santilli y Ritondo, entre otros, acudieron a la reunión sin saber que en la casa del ex presidente estaba el candidato de La Libertad Avanza haciendo las paces con Patricia Bullrich y discutiendo un acuerdo político-electoral con Macri.

Esa situación, de hecho, generó malestar en algunos de los convocados, que todavía no expresaron públicamente si apoyarán o no a Milei para presidente, como viene exigiendo el ex jefe de Estado. Es una rebelión silenciosa que para Juntos por el Cambio empezó y todavía tiene final abierto.

Factor gobernadores

La embestida de Macri contra los radicales, sin embargo, elude a otros actores de peso de Juntos por el Cambio, que son sus 10 gobernadores. Ellos tomaron distancia del pacto con el libertario y reivindicaron la potestad para definir la estrategia electoral en sus distritos. En la declaración que firmaron advirtieron: “Nuestro deber en este momento no es determinar quién será el próximo presidente, sino reafirmar los valores fundacionales de Juntos por el Cambio, constituyéndonos como la principal oposición en el Congreso con la mayor presencia territorial en el país, dedicada a proteger las instituciones y supervisar al gobierno que resulte electo el próximo 19 de noviembre, acompañando lo que contribuya a potenciar la agenda del trabajo, la producción y la República y limitando todo intento de populismo de izquierda”.

Entre gobernadores y vices, en ejercicio o electos de JxC, estuvieron Ignacio “Nacho” Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy), Marcelo Orrego (San Juan), Alfredo Cornejo (Chaco), Leandro Zdero (Chaco), Gustavo Valdés (Corrientes), Gerardo Morales (Jujuy), Rodolfo Suárez (Mendoza), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Gustavo Menna (Chubut) y Ricardo Endeiza (San Luis).

De ese universo , hubo dos ausentes que son clave para el elenco de mandatarios del futuro próximo. Ambos dejaron en claro que prefieren la neutralidad o la prescindencia al menos en estos días en los que la política atraviesa por momentos un estado de emoción violenta. Los dos, que ganaron sus distritos con solvencia, están llamados a iniciar procesos políticos nuevos en sus provincias y tienen potencial para proyectar sus figuras más allá de sus fronteras.

Martín Llaryora, del peronismo de Córdoba, y Maximiliano Pullaro, de la UCR de Santa Fe, tomaron distancia de todo el ruido post electoral. El primero se fue a Arabia Saudita con el mandatario actual, Juan Schiaretti, quien como candidato a presidente de Hacemos por Nuestro País obtuvo 1,8 millón de votos. “El Gringo” dejó escrita su posición de no estar a favor de Milei ni de Massa y que seguirá sosteniendo la misma posición a favor del interior productivo, que le permitió ser uno de los ganadores del pasado domingo. A su compañero de fórmula, Florencio Randazzo, en las redes sociales lo asociaron con el libertario: “De ninguna manera. No es cierto”, negaron en el entorno que el ex ministro del Interior y Transporte vaya a pegar el salto.

Otra figura clave es Larreta, quien está dejando su cargo, después de haber perdido feo la interna con Patricia Bullrich. La crítica que planteó al pacto de Acassuso es un mensaje que fue dirigido a la sociedad y a un sector del PRO que no está dispuesto a continuar bajo la conducción ultra vertical y solitaria de Mauricio Macri.

El jefe de gobierno porteño está ahora navegando una transición a veces amable y otras no tanto con Jorge Macri. Definen, además del Presupuesto 2024 y planes, sobre todo un legado de los últimos ocho años de administración. La conferencia de prensa del miércoles en la que rechazó a avalar a Milei como hizo Macri fue el primer paso de una nueva etapa, donde se lo podría ver disputando lo que quede del PRO en Juntos por el Cambio. Tendrá también que empezar a cincelar un estilo político propio, ya desligado de todo vínculo con el ex presidente.

Será como volver a las fuentes: como hizo con el Grupo Sophia -que este gobierno le quitó en febrero de 2021 su personería jurídica- volvería a crear una fundación desde la cual intervenir y participar de la discusión pública. Para los que integran su círculo más íntimo la palabra retiro no existe y confían en que Larreta pueda tener, si se dan muchas condiciones, algún tipo de reivindicación o reconocimiento de un electorado de centro que le dio la espalda.

Así sea si gana Milei o si gana Massa. Por las dudas, a sus íntimos les repite lo que dijo públicamente en la conferencia de prensa que dio para anunciar su rechazo a ambos candidatos porque “son muy malas opciones”. Así se diferenció de Macri. Mientras insiste que no será ministro ni integrará ningún equipo de gobierno.

La ciudad de Buenos Aires es la zona repliegue del ex presidente, con su apellido a cargo del gobierno. Desde allí intentará reconstruir un poder y una representación que Milei le arrebató con un discurso audaz, provocativo y revolucionario que sintonizó más con el interior del país que con los porteños.

Una mirada analítica

El consultor y analista Daniel Ivoskus puso en duda la eficacia electoral del pacto entre Macri y Milei. Para fundamentar esta idea recordó que durante la campaña de cara a las PASO Larreta perdió frente a Patricia Bullrich, pese a que había conseguido el apoyo de toda la conducción de los partidos de Juntos por el Cambio, tanto nacionales como de la mayoría de las provincias.

Subrayó que, luego de ganar la interna, la propia Bullrich se rodeó de la misma dirigencia y hasta anunció que Larreta iba a ser su jefe de Gabinete. Fue la estrategia de última instancia con la que buscó torcer su suerte, también perdió y quedó afuera del balotaje. Ahora, el que repite el derrotero es Milei, que se abraza a Macri y Bullrich para la segunda vuelta.

¿Cuál sería el incentivo para este acuerdo entonces? El antikirchnerismo o antiperonismo representan 40 puntos del electorado, un volumen que para Ivoskus no le alcanzaría al candidato libertario para ganarle a Massa. Para el analista, además, el voto “transferible” estaría más cerca de los 16% que tuvieron en las PASO Macri y Bullrich, no de los 24 puntos que obtuvo el domingo pasado.

Para el analista, Milei quedó relegado en la preferencia electoral debido al impacto que tuvieron “narrativas como la dolarización, la venta de órganos, la libre portación de armas o los voucher para la educación y la salud públicas”. “Después apareció el ‘no a la casta’, pero un poco sí con Luis Barrionuevo. Con todo esto, la gente quedó confundida”, afirmó.

Ante este contexto, el analista consideró que, a su juicio, “van a ponerse en marcha tres campañas, que son la de Massa, la de Milei y la del voto en blanco, que puede llegar a tener una representación de más del 10 por ciento”. A esta última salió a combatirle Mauricio Macri.

A la campaña le quedan 21 días. En la Cámara Electoral saben que no tendrá eco el pedido que el tribunal que preside Alberto Dalla Vía hizo para que se corra el feriado por el Día de la Soberanía Nacional. Es que el fin de semana largo puede desalentar la participación de un sector social que se presume más cercano a la oposición y que suele aprovechar el último fin de semana largo del año para una escapada de miniturismo.

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