En el macrismo esperan un “volantazo” del Presidente de cara a la campaña para las legislativas de octubre; apuntan contra Pareja por la “paliza” en Buenos Aires
Matías Moreno
El castigo que sufrió Javier Milei en la elección bonaerense también arrastra a Pro, el principal socio político de La Libertad Avanza (LLA). En la cúspide del partido que conduce Mauricio Macri a nivel nacional hay, desde la noche del domingo, una mezcla de sensaciones. Por un lado, sienten decepción y bronca por los errores en el diseño de la campaña. Y, a su vez, existe una fuerte preocupación por el devenir del Gobierno.
Entre los altos mandos del macrismo que promovieron la alianza con los libertarios en Buenos Aires y la Capital están convencidos de que la gestión de sus aliados enfrenta un punto de quiebre. Por eso, aguardan que el líder de LLA tome nota del duro revés que recibió en el distrito más importante del país e implemente una reestructuración de su esquema político.
Montenegro, Ritondo y Santilli, junto a Karina MileiRicardo Pristupluk
Ante todo, se esperanzan con que Milei dé un golpe de timón para rectificar la estrategia de cara a las legislativas del 26 de octubre, una partida crucial para su futuro, en la que se definirá qué margen de maniobra tendrá el Presidente en el Congreso en la segunda mitad de su mandato. “Tienen que dar un volantazo porque no sé cómo termina. O si termina”, reconoció uno de los dirigentes territoriales de Pro que más empujaron el entendimiento con Milei en la provincia. En otras palabras, temen que el tropezón en las urnas se transforme en una amenaza concreta para la gobernabilidad. Ayer por la tarde, el jefe del Estado anunció la conformación de una mesa política nacional -Pro no tendrá representantes- y anticipó que convocará a los gobernadores.
En el macrismo aún hay desconcierto por la dimensión de la caída. Es que Milei fue superado por más de trece puntos, lo que representa un millón de votos, y cayó en seis de las ocho secciones electorales. Respecto de la elección que hizo LLA en la provincia en 2023, cuando sacó 2.533.633 sufragios, Milei solo sumó 232.680 votos.
Horas antes de los comicios, la cúpula del partido que lidera Macri se conformaba con una derrota ajustada de Milei o un triunfo por estrecho margen. Era el mejor escenario para hacer valer su aporte a LLA. Es que Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro tejieron el pacto con los Milei y Pareja con la promesa de que reforzarían el despliegue territorial de los libertarios en la vasta geografía bonaerense.
Sumaron nueve intendentes a la alianza con la Casa Rosada, pero Pareja y sus lugartenientes chocaron con los macristas en distritos clave, como Junín o Pergamino y San Nicolás. Esos jefes municipales terminaron nutriendo la tercera vía de Somos, una alternativa a Milei y el kirchnerismo, o lanzando Hechos, el espacio de los Passaglia. El peronismo se benefició con esa fragmentación de la oferta de la centroderecha en la segunda y la cuarta sección.
“Funcionó el anti-mileísmo, no el anti-kirchnerismo”, soltó uno de los dirigentes amarillos que se acercaron al búnker de LLA en Gonnet. En el salón estuvieron Santilli, Ritondo, Alejandro Finocchiaro, Florencia De Sensi y María Sotolano, entre otros. Visiblemente incómodos por el resultado que sacudió a la Casa Rosada, la comitiva de Pro cultivó un bajo perfil. En rigor, su presencia no se hizo notar. Los libertarios ni siquiera los invitaron a subirse al escenario de la derrota. Ese gesto cayó mal entre los macristas que concurrieron. En privado, analizaron los próximos pasos. Asumen que será un desafío de primera magnitud ordenar a Pro y motivar a sus militantes en los cuarenta días que restan para las legislativas nacionales de octubre. Es que el macrismo ya venía desgastado y dividido por la decisión de fusionarse con LLA.
Santilli, Ritondo, Finocchiaro y De Selsi, junto a Milei en JuninCríticas al armado
En el ala acuerdista del partido fundado por Macri interpretan que una derrota de la magnitud que padeció LLA en su primer gran test electoral en Buenos Aires se explica por múltiples causas. Creen que Pareja y Eduardo “Lule” Menem cometieron un grave error al apostar por candidatos desconocidos en la mayoría de las secciones en que se divide la provincia. El caso más emblemático es el del excomisario Maximiliano Bondarenko en la tercera, la zona de mayor influencia del PJ. “Hubo malos cierres, soberbia y faltó sensibilidad. El peronismo se jugó la vida”, se lamentan en Pro. Los más colaboracionistas se quejan de que no fueron escuchados ni tenidos en cuenta durante la campaña: “Hicimos todo lo que nos pidieron”, sintetizan.
A su vez, consideran que no hubo una planificación adecuada de la campaña y machacan con que detectaron fallas en el operativo de fiscalización. Además, lamentan que los Milei no hayan concentrado las actividades proselitistas en la primera sección, donde el ministro bonaerense, Gabriel Katopodis, le sacó una ventaja de diez puntos a Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero. Asumen que fue vital la capacidad de movilización del PJ, que controla 83 de los 135 municipios de la provincia. También están convencidos de que el escándalo del caso Spagnuolo y las denuncias por supuestas coimas en el área de Discapacidad impactaron de lleno en el electorado bonaerense.
“Fue una paliza electoral. Ahora hay que ver cómo mueve el Gobierno y cómo afecta a la economía”, señala uno de los interlocutores habituales de Macri, quien tomó distancia de la campaña y ni siquiera llamó a votar por la boleta del frente de la Alianza LLA. Tampoco nadie del Ejecutivo lo convocó para que participara de una actividad o persuadiera a sus votantes para que respalden al gobierno de Milei su cruzada contra el kirchnerismo. Pese a que aceptó las condiciones que le impuso Karina Milei para converger en la ciudad y apoya el rumbo económico, Macri no oculta su desencanto con el Gobierno.
En una noche negra para LLA, el núcleo duro de Pro celebró el amplio triunfo de la intendenta Soledad Martínez en Vicente López, fortaleza de los Macri. En ese distrito de la zona norte, la boleta violeta le sacó 26 puntos al peronismo. En San Isidro, donde gestiona Ramón Lanús, cercano a Patricia Bullrich, también se impuso LLA con holgura (48,78% a 23,93%).
En su mensaje, Martínez, quien hizo equilibrio y evitó calzarse el buzo violeta de LLA durante la campaña, apeló al logo de Pro para festejar el resultado. “No se ganan elecciones por una campaña. Se gana cuando se gobierna con resultados concretos, sin discursos ni zaraza”, señaló la pupila de Jorge Macri. ¿Un recado interno?
Guillermo Montenegro fue uno de los pocos que le pudo dar un consuelo a Milei con su victoria en la quinta sección, que representa el 9% del padrón provincial. El intendente de General Pueyrredón le ganó a Fernanda Raverta, aspirante de La Cámpora, por menos de cinco puntos y se quedó con tres escaños del Senado.
También se impusieron los intendentes aliados Fernanda Astorino (Capitán Sarmiento); Marcelo Matzkin (Coronel Pringles); Juan Manuel Ibarguren (Pinamar); y Francisco Ratto (San Antonio de Areco). En cambio, fue inesperada la victoria del peronismo en Arrecifes, Campana, Zárate y Lobos, distritos gestionados por Pro. “Nos mató la pérdida de empleo en los cordones industriales”, evalúan en Pro.
La alianza LLA y Pro sufrió la ola de votos opositores a Milei en Buenos Aires
En ese contexto, los macristas más cercanos a la Casa Rosada esperan que Milei exhiba señales para empatizar por los sectores más afectados por el ajuste fiscal, como los jubilados o los discapacitados. “Esto no es bueno para nosotros [por Pro], pero [Franco] Colapinto rompió el auto en la clasificación; esto no fue la carrera”, remarca uno de los referentes del macrismo en Buenos Aires. El domingo por la noche, Milei ratificó el plan económico y dijo que no modificará el régimen cambiario.
El peor escenario
Pese a que Ignacio Torres, María Eugenia Vidal o Silvia Lospennato y Gisela Scaglia habían objetado el pacto con Milei, los acuerdistas no se arrepienten de su decisión. Al contrario, defiendo el resultado de la negociación con los libertarios. No solo creen que Pro se habría expuesto a una derrota humillante si competía por fuera de LLA en Buenos Aires, sino que calculan que habrían sido acusados como los culpables de haber dividido la oposición a Axel Kicillof. “Macri se salvó. Si no hacíamos un acuerdo y perdía Milei, nos hubieran dicho que nosotros éramos los responsables. Ahora los únicos culpables están en el Gobierno”, analiza uno de los cabecillas de Pro en el territorio bonaerense.
En el comando del partido de Macri insisten en que no tenían otra alternativa que confluir con LLA. Están convencidos de que Pro habría fracasado si se mantenía emancipado del Gobierno en la competencia bonaerense. Usan dos ejemplos para reforzar su argumento: Somos Buenos Aires, que se plantó como una alternativa a Milei y el kirchnerismo en la provincia, apenas cosechó el 5%, unos 424.671 votos. Y Potencia, el espacio de María Eugenia Talerico que se nutrió de exfuncionarios de Pro, arañó el 2%.
En rigor, se conforman con haber obtenido siete bancas, lo que les permitirá conservar una cuota de poder en la Legislatura bonaerense. Ingresaron Natalia Blanco, concejal de Zárate, terruño de Marcelo Matzkin, aliado de Ritondo; además de Montenegro y su mano derecha, Alejandro Rabinovich. Santilli, en tanto, logró colocar a dos de sus laderos: Gustavo Coria y Julieta Quintero Chasman. Y también consiguió un escaño de diputada María Sotolano, cercana a Jorge Macri y Soledad Martínez, quien compitió en la tercera sección.
“Hicimos negocio. Metimos el 70% de lo que estaba en juego y el 33% de lo que entró de LLA”, arguye uno de los dirigentes territoriales de Pro que cerraron el trato con Karina Milei, Pareja y “Lule” Menem.
No obstante, los acuerdistas también pagaron un costo por el entendimiento con Milei y sufrieron en carne propia la ola de votos opositores. El diputado Matías Ranzini, hombre del riñón de Ritondo, no logró conseguir una banca en el Senado. Competía por la cuarta sección, donde Pareja y los Menem no lograron contener a Petrecca (Junín) y María José Gentile (9 de Julio), quienes terminaron sumándose a Somos. La boleta de LLA estuvo encabezada por Gonzalo Cabezas, un leal a Pareja.
“Rompimos Pro en la cuarta. A Petrecca y Gentile los expulsaron los libertarios”, despotrican en el macrismo paladar negro.
Petrecca perdió por cuatro puntos en su terruño frente al PJ. Y Gentile fue doblegada por LLA y el peronismo, pero quedó cuarta. Diego Reyes (Puan), un intendente de Pro que se alió con Potencia, también cayó frente a los libertarios. Otra de las sorpresas de la jornada fue el revés que sufrió el macrista Javier Martínez, cercano a Daniel Angelici, en Pergamino, donde venció el peronismo. LLA quedó en el tercer puesto. Esa fue una mala noticia para José Luis Espert, oriundo de esa ciudad y primer candidato a diputado nacional de LLA.
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