El vínculo entre Espert y un presunto narco buscado en EE.UU. que se coronó en una extraña cita en un avión

El vínculo entre Espert y un presunto narco buscado en EE.UU. que se coronó en una extraña cita en un avión

Fred Machado, un argentino con pedido de extradición a EE.UU., aportó fondos y proveyó una nave de libre uso para la campaña del excandidato presidencial en 2019, según fuentes con conocimiento directo. Un encuentro en un avión estacionado en el aeropuerto de San Fernando selló el acuerdo.

Por: Sebastián Lacunza.

La arqueología de la exitosa carrera política de Javier Milei encuentra un eslabón ineludible en la candidatura presidencial de José Luis Espert, en 2019. Un nuevo umbral de violencia discursiva, agitación en redes, reciclaje de personajes sórdidos, odio a la izquierda, fobia al Estado, entronación del mercado y financiación oscura —elementos tan presentes en el mundo Milei— fueron parte constitutiva de aquel proyecto previo a la pandemia. No casualmente, Espert es hoy una espada aguerrida de La Libertad Avanza y un anunciado protagonista de las elecciones de octubre, como cabeza de lista en la provincia de Buenos Aires, por nominación del Presidente.

La reconstrucción de aquella experiencia conduce a Federico “Fred” Machado, un presunto narco requerido por tribunales estadounidenses, que resiste la extradición desde su prisión domiciliaria en Viedma, Río Negro. Acusado en juzgados de Texas de narcotráfico y diversos fraudes por unos US$350 millones de dólares mediante una compleja trama de aviones, el argentino Machado, residente en Florida, EE.UU., fue detenido en Neuquén el 15 de abril de 2021.

El arresto regresó de inmediato a la superficie una foto de Espert y un armador delante de un avión, y un agradecimiento a “Fred Machado por el excelente vuelo” a Viedma, en plena campaña presidencial, dos años antes. Espert minimizó el hecho como un traslado puntual, que se sumó al préstamo de un vehículo de parte de alguien que se presentaba como un empresario del negocio de la aviación y la minería. El diputado casi no habló del tema, denunció una operación y rara vez fue preguntado al respecto. Tampoco respondió a la consulta de este diario.

Una investigación de elDiarioAR que incluyó consultas a una decena de fuentes vinculadas a la campaña del Frente Despertar de 2019, constatación de documentos e intercambios escritos da cuenta de que el vínculo de Espert con Machado no fue meramente ocasional, ni se redujo a algún viaje en avión y el préstamo de un vehículo. El acuerdo concretado en marzo de hace seis años comprendió el uso libre de un segundo avión de la flota de Machado durante la campaña y fondos en dólares como aportante estelar del Frente Despertar. Tampoco es cierto que el acercamiento de Machado haya sido asumido plenamente como el de un inversor interesado en promover una candidatura liberal. Por el contrario, su despliegue y sus aportes despertaron sospechas de inmediato, lo que motivó que algunos involucrados en la campaña tomaran precauciones.

El caso también expone la naturaleza de la relación entre Milei y Espert. La siguiente es la reconstrucción de los hechos.

Avión Bombardier Challenger propiedad de Federico MachadoAudacia y cálculo

Se acercaba la elección presidencial de 2019 y se abría un espacio para una oferta electoral de derecha pura y dura. En las dos décadas previas, el PRO y Cambiemos-Juntos por el Cambio habían encauzado con eficacia un arco que iba desde el centro y liberal-conservadores clásicos, hasta ultras camuflados en el montón. Con el país sometido a una crisis de deuda, pobreza creciente e inflación récord para el siglo, los críticos por derecha vieron una oportunidad. Para ellos, Mauricio Macri había fracasado, no por liberal, sino por populista. Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil mostraban un camino para ir por más.

Economistas en sus cuarenta, como Milei y Diego Giacomini, disparaban furia desde la pantalla, mientras la vieja guardia económica menemista volvía a la palestra. En un camino intermedio, con larga experiencia como consultor, no tan antisocial como el panelista de “Intratables”, ni tan pregnado al universo Menem como Carlos Rodríguez y Roberto Cachanovsky, Espert percibió una hendija, y entró.

“¿Sos el (Jair) Bolsonaro argentino?”, le preguntó el empresario Eduardo Eurnekián a Espert cuando lo visitó en su oficina de Palermo junto a quien sería su armador principal, Nazareno Etchepare, en una cita de la primavera de 2018.

Siempre ecuménico en sus apuestas políticas, el dueño de Corporación América prestó el oído a Espert, mientras alentaba a Milei a que hiciera ruido en la televisión, no mucho más que eso. El mundo de 2018 no era el actual. El coronavirus residía en algún animalito de Wuhan y todavía no había desatado el pandemonio. Nadie concebía que ese panelista violento e insultante de las noches de América TV, Milei, pudiera ser candidato a nada.

'¿Sos el (Jair) Bolsonaro argentino?', le preguntó el empresario Eduardo Eurnekián a Espert cuando lo visitó en su oficina de Palermo

Del encuentro con Eurnekián, Espert no se llevó algo concreto, al menos en la magnitud que le interesaba. A un año de las elecciones primarias previstas para agosto de 2019, Espert era un economista mediático, gráfico y efectista en su retórica, pero carente de condiciones esenciales para encarar un proyecto presidencial: territorio, sello partidario y fondos.

Etchepare había cosechado experiencia en las inmediaciones del macrismo como uno de los agitadores digitales que convocaron a las manifestaciones multitudinarias contra el Gobierno de Cristina en varios anocheceres de 2012 y 2013, presentadas como “espontáneas” por los medios del Grupo Clarín. Aquel fervor acercó al estratega a Elisa Carrió, quien admiró la pericia en un mundo para ella desconocido. Los últimos progresistas que quedaban en la Coalición Cívica-ARI vieron con enorme distancia la incursión de una persona como Etchepare, por dos motivos centrales: ostentosidad ajena a la cultura Carrió, como el lujoso Mercedes Benz con el que el joven aparecía en el estacionamiento del canal TN, al que frecuentaba la entonces diputada, y un vínculo familiar que presuntamente lo conducía a la SIDE.

A la par de Etchepare, Espert apoyó su armado en Gonzalo Díaz Córdoba, otro abogado con nexos de larga data con la Unión de Centro Democrático (UCD) y el peronismo de derecha. Desde otra cantera, apuntaló Luis Rosales, experto en comunicación política proveniente de la derecha mendocina, con llegada a demócratas y republicanos de Estados Unidos. Díaz Córdoba, Etchepare y Rosales ya habían trabajado juntos en la fallida candidatura presidencial del peronista salteño Juan Manuel Urtubey, en 2017.

Un tercer abogado con pasado en múltiples derechas, Germán Gegenschaltz; el joven liberal Tomás Santolín —próximo a Rosales—; el marplatense Guillermo Castello —otro desembarcado desde la Coalición Cívica؅— y Jimena Aristizábal, secretaria de Espert, completaban la mesa.

Así, con poco, el fundador del Estudio Espert oficializó su candidatura presidencial en un acto en el Palacio San Miguel, en el centro de Buenos Aires, a horas de la Navidad de 2018. Un grupo de economistas —tanto asentados como periféricos, todos críticos de Macri “por tibio”—, le hicieron el aguante. Espert, Milei, Giacomini, Guillermo Nielsen, Mariano Fernández, Gustavo Segré, Gustavo Lazzari, Fausto Spotorno y Agustín Etchebarne compartían el grupo de whatsapp “Morondanga Model”.

Marcos Peña, jefe de Gabinete y artífice político-electoral de Juntos por el Cambio, veía una mano inequívoca detrás de los primeros movimientos de Espert: Sergio Massa.

La aversión de Macri y Peña a su exaliado peronista esparció la sospecha de que Massa y los empresarios José Luis Manzano, Daniel Vila y Eurnekián alimentaban una candidatura por derecha, que serviría para limar al entonces Presidente y aspirante a la reelección.

En lo que fue el entorno de Espert no niegan esa intención de Massa, pero minimizan el alcance. “Una oficina y casi nada de guita”, dijo una persona que perteneció a la cocina del espacio. Otra agrega un dato. Desde su posición de privilegio, Peña se dedicó a bloquear todo aporte de empresarios tentados de colaborar con un plan B.

El 26 de diciembre de 2018, Espert, Giacomini y Milei difundieron un sketch delante de un monolito de Néstor Kirchner, en el que vaticinaron: “a este chorro lo metemos preso hasta el cajón”, y “la chorra, la jefa de la banda, que cuide el cajón detrás de los barrotes”. “Viva la libertad, carajo”, gritó el ya candidato presidencial, unos diez años mayor que sus discípulos, que lo arengaron con un “Espert presidente”.

Con ese penoso paso de comedia no alcanzaba para nada.

“El viejo los va a cagar”

El primer esbozo de la candidatura de Espert fue montado sobre el Partido Libertario, un sello anclado en Córdoba con problemas de papeles. La UCD, vehículo ideal fundado por Álvaro Alsogaray, padre de varios de los esperistas, estaba sometido a un limbo judicial.

Desafiados por puertas que se cerraban, el postulante presidencial y sus armadores terminaron en manos de Alberto Asseff. Este abogado sostenía hacía años el Partido Nacionalista Constitucional – UNIR (PNC-UNIR), una estructura en regla con la Cámara Nacional Electoral. De perfil nacionalista conservador, Asseff tenía fama de negociar fuerte. A veces, el paquete incluyó un lugar “entrable” para él mismo en la Cámara de Diputados o el Parlasur.

Espert y sus armadores escucharon una advertencia unánime: “el viejo los va a cagar”. Decidieron asumir el riesgo.

José Luis Espert y Alberto Asseff, al momento de sellar el acuerdo, el 5 de marzo de 2019

La movida de asociarse a un exradical nacionalista como Asseff resultó insoportable para Milei, Giacomini y otros agrupados en “Morondanga”. Mediante un comunicado, se bajaron solemnemente del barco, el 7 de marzo de 2019.

Asseff no era el socio ideal, pero había que apurar el trámite. Etchepare había acercado un nombre para la pata financiera: Federico Machado. Espert y Asseff firmaron una hojita y la llevaron al juzgado electoral de María Romilda Servini, en Comodoro Py. Había que mostrarle algo a Fred.

Cita en San Fernando

Empresario argentino con dos décadas en EE.UU. y radicado en Florida, Machado viajaba seguido a Buenos Aires y a Viedma, la ciudad en la que vive parte de su familia.

El potencial aportante propuso un lugar inusual para la primera cita con Espert: su propio avión estacionado en el aeropuerto de San Fernando, norte del conurbano.

Allí acudieron Espert, Etchepare y Díaz Córdoba una mañana de fines de marzo o principios de abril —tres fuentes con conocimiento directo del hecho coinciden en el marco, pero difieren sobre la fecha exacta—. Al cabo de una conversación de menos de una hora, Espert se llevó tres promesas: un avión con piloto de libre disponibilidad con base operativa en San Fernando, un auto blindado y fondos para la campaña. ¿Cuántos? Espert habría pedido US$5 millones, pero lo realmente comprometido vuelve a entrar en un terreno impreciso, según quién sea el consultado, con un piso de US$2,5 millones y techos bastante más altos.

El potencial aportante propuso un lugar inusual para la primera cita con Espert: su propio avión estacionado en el aeropuerto de San Fernando, norte del conurbano

Concluida la reunión en el aeropuerto de San Fernando, Machado partió a bordo de su propio avión rumbo a Viedma, y el candidato presidencial regresó a la Capital Federal con la idea de que había despejado el escollo más importante para llegar a las primarias de agosto.

Desde entonces, los involucrados en la campaña se manejaron con la convicción de que Machado pasó a ser el aportante casi exclusivo. El nombre de José Luis Manzano sobrevoló el ambiente, pero pronto fue unánime el convencimiento de que el dinero provenía del nuevo amigo Machado y de que el avión puesto a disposición formaba parte de su flota.

Espert tenía partido, movilidad, fondos y nombre para la lista: Frente Despertar.

¿Quién era Machado? “Un empresario aeronáutico, que restauraba y comercializaba aviones, con bastante conocimiento de la actualidad, interesado en apoyar un proyecto liberal. También estaba en el negocio de la minería en Guatemala”, describió Carlos Maslatón, quien se encontró con Machado en 2014, 2016 y julio de 2019. Sus citas fueron en una comida con más participantes en Londres, en un museo sobre las Islas Malvinas que el colombiano Iván Sherman montó en Miami y en el hotel Four Seasons, en Recoleta.

Maslatón, exconcejal de la UCD e inversor financiero, fue muy conocedor del entramado presidencial de Espert, al punto de que se barajó el nombre de su pareja, Mariquita Delvecchio, como candidata a jefa de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en reemplazo de Manuel Adorni, la primera opción. Finalmente, ni Adorni ni Delvecchio fueron candidatos.

Cabos sueltos

Los movimientos de un empresario argentino que viajaba por América Latina a bordo de su propio avión y aportaba fondos a políticos de Argentina y Guatemala despertaron alguna desconfianza en el equipo de campaña sobre el origen del dinero. Gegenschaltz, por caso, llegó a advertir a sus colegas que nunca se subiría a ese avión y sólo aceptó abordar la camioneta Grand Cherokee una única vez.

Espert lo vivió con menos tensión. Se entusiasmó con la Cherokee para uso de él y alguno de sus familiares, y se impacientó cuando la entrega se demoró unos días. No tuvo ningún problema con el avión cedido por Machado o con subirse a la otra nave, el Bombardier Challenger con matrícula N28FM, que transportaba al empresario desde Fort Lauderdale hacia Guatemala, San Fernando o Viedma.

“Gracias a Fred Machado por el excelente vuelo que hemos tenido”, dijo Espert en el inicio de la presentación del libro La Sociedad Cómplice en el Club Deportivo Viedma, el 18 de abril de 2019, pocos días después de aquella cita en el aeropuerto de San Fernando.

En silencio, el Departamento de Seguridad Interior de EE.UU. seguía el rastro de Machado. El empresario había despegado el 14 de abril de 2019 desde Fort Lauderdale, Florida, y aterrizado en San Fernando por la noche. Seis días más tarde, en el mediodía del 20 de abril, hizo la ruta inversa, con escala en Lima, probablemente junto a Daniel Mastropietro (directivo de Avian, nuevo nombre de la fallida empresa de aviación adquirida a los Macri) y pasajeros de nacionalidad italiana, venezolana, mexicana y estadounidense.

Con el anuncio de los binomios Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto, la campaña tomó temperatura. Las encuestas comenzaron a halagar a la dupla Espert-Rosales con una intención de voto cercana a los dos dígitos y paridad entre Macri y Fernández. No era una mala noticia para el universo de derecha, que podría volver a reunirse en escenario de ballottage.

Turbulencias

Más allá de los números, los pilares de la campaña entraron en zona inestable. Asseff cumplió con las expectativas depositadas en él. El 21 de junio de 2019, a horas del cierre de listas, el PNC-UNIR se retiró del Frente Despertar y Asseff negoció con Pichetto un lugar entrable en las listas de Juntos por el Cambio. La candidatura de Espert pendía de un hilo.

Apareció en escena José Bonacci, dueño del sello Unite por la Libertad y la Dignidad, el primero en advertir sobre lo que haría Asseff. El dirigente santafesino —hoy se define como “fascista” o “facho herbívoro”— viajó de urgencia a Buenos Aires y se encontró con Espert y su gente en el Hotel Libertador, de Córdoba y Maipú, el sábado 22 de junio por la noche. Sellaron un acuerdo y el Frente Despertar se montó sobre Unite, que cumplía las condiciones de la Justicia Electoral.

La movida sirvió para salvar la candidatura presidencial, pero no las listas para la provincia de Buenos Aires. Sin el soporte del PNC-UNIR, un juez de La Plata inhabilitó la inscripción para puestos provinciales y nacionales, decisión que todo el mundo vio como un favor a María Eugenia Vidal, con esperanzas de ser reelecta que se demostrarían vanas. Si se disgustó, Espert protestó poco.

El calvario de completar listas fue menor comparado con la crisis de los fondos de la campaña. El aporte de Machado se había extinguido a días de las primarias del 11 de agosto. Con relaciones resquebrajadas, todos comenzaron a sospechar de todos. Alguno atinó a filtrar que el empresario aeronáutico no había cumplido con su palabra y no había completado siquiera el piso de lo comprometido.

Mercedes González, Dick Morris, José Luis Espert, Luis Rosales y Carlos Rodríguez, en el Hotel Four Seasons, el 20 de julio de 2019 @jlespert

Luis Rosales gestionó el acercamiento de Dick Morris, el famoso gurú de campaña de Bill Clinton, con experiencia variada en Argentina, que se había volcado a proyectos de la alt right en los años previos. Espert era “brillante”, “maravilloso”, “inteligente”, un hombre frente “una ventana de oportunidad para ganar las elecciones”, regaló Morris en su paso por Buenos Aires entre el 20 y el 22 de julio, en teoría, por cortesía.

En plena visita ilustre, el Frente Despertar era un hervidero. Antes de una charla de Morris con la cúpula del Frente Despertar y los principales candidatos, los estrategas y el entorno de Espert se dieron cita en una sala del Four Seasons. Machado, presente en la ocasión como en otras del equipo de campaña, tomó la palabra y dejó un mensaje nítido, para que lo comprendiera todo el mundo: “Yo cumplí con mi parte”. Se cruzaron las miradas. El clima se cortaba con un cuchillo.

La crisis económica del Frente Despertar despertó avidez por los fondos que otorgaba el Estado para imprimir boletas, que fueron $18 millones, unos US$4,5 millones de entonces, lo que dio lugar a más tironeos y reclamos de reparación en el comité de campaña.

Aterrizaje brusco

La carrera electoral entraba en la recta final. El 6 de agosto, a cinco días de las PASO, la camioneta Jeep Cherokee, con patente OIO 592, recibió dos impactos mientras transportaba a Espert y Rosales a los estudios de Crónica TV, en Barracas. La agresión generó dos marcas en el vidrio del vehículo blindado. ¿Un intento de asesinato en plena campaña presidencial? Habría sido gravísimo e inédito, pero Espert y Rosales bajaron un cambio y lo atribuyeron a un acto de vandalismo o un probable intento de robo.

Como informó el periodista Rodis Recalt en la revista Noticias, la camioneta estaba a nombre de Claudio Ciccarelli, primo de Machado, mientras Espert, Etchepare y Mastropietro (el de la empresa de aviación comprada a los Macri) tenían extendidas tarjetas azules (de libre uso) a su nombre.

El resultado de las urnas fue decepcionante. Espert salió sexto, con 2,2% de los votos, por detrás de los Fernández, Macri, Roberto Lavagna, Nicolás del Caño y el excarapintada emigrado del macrismo Juan José Gómez Centurión. No había aritmética de las derechas que impidiera un regreso del peronismo a la Casa Rosada.

En la misma noche de las elecciones, Espert designó a Rosales como jefe de campaña y desterró a Etchepare, quien, no obstante, siguió en órbita como primer candidato a diputado nacional por CABA.

Sin posibilidades de remontar de cara a la primera vuelta del 27 de octubre, hubo espacio para otro giro llamativo. Horacio Rodríguez Larreta subió a Espert al barco de su reelección en la Ciudad de Buenos Aires. Dada la magnitud de la derrota de Juntos por el Cambio en las primarias, la hipótesis de que Larreta perdiera la Jefatura de Gobierno no sonaba descabellada para el sistema político.

Si Espert consideraba a Macri “populista”, la crítica, sorpresivamente, no alcanzaba a Larreta, considerado “comunista” por el encendido panelista Milei. La negociación corrió a cargo del ministro de Gobierno de la Ciudad, Bruno Screnci, un hombre de Diego Santilli, y se coronó con una foto en la sede del Ejecutivo porteño, en Barracas. Según admitió Díaz Córdoba (candidato a legislador en esas elecciones) en un streaming posterior con Maslatón, la contraprestación del apoyo fue con espacios de publicidad en la vía pública para mantener la candidatura de Espert con vida de cara a la primera vuelta.

Fred Machado siguió surcando los cielos de América Latina. Centró su actividad en una explotación de oro en el municipio de San Miguel Tucurú, en Guatemala, y en la empresa South Aviation, una de varias de su propiedad dedicadas a la comercialización de aviones y servicios de aviación. También se interesó por un proyecto de oro en Neuquén.

La acusación incluyó tráfico de cocaína desde Colombia, Venezuela, Ecuador, Belice, Honduras, Guatemala y México, lavado de dinero, fraude y otros delitos comerciales, con un beneficio ilegal aproximado de US$ 350 millones

En Guatemala, Machado proveyó movilidad a Jimmy Morales, presidente entre 2016 y 2020, y, según medios de ese país, a su sucesor, Alejandro Giammattei (2020-2024). En entrevista con el diario guatemalteco Prensa Libre, Machado negó la sospecha instalada de que financió a ambos.

Federico Machado, registrado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria en abril de 2021.

A lo largo de los años, naves con terminales directas e indirectas en Machado supuestamente aparecieron con cargamentos de droga en América Central y el norte de Sudamérica, lo que encendió alarmas sobre un complejo sistema de transporte al servicio de cárteles de la droga, en particular, del de Sinaloa, de Joaquín “el Chapo” Guzmán.

Un tribunal federal de Texas, Estados Unidos, ordenó el procesamiento y arresto de Machado y otras siete personas en febrero de 2021. La acusación incluyó tráfico de cocaína desde Colombia, Venezuela, Ecuador, Belice, Honduras, Guatemala y México, lavado de dinero, fraude y otros delitos comerciales, con un beneficio ilegal aproximado de US$ 350 millones. La pena mínima para los delitos mencionados es de diez años y un máximo de prisión perpetua, según la publicación del Departamento de Justicia.

Un aspecto central de la trama fue que el grupo, en el que Machado habría ocupado un papel central, creó varias firmas de aviación anotadas en propiedad de fideicomisos bajo el paraguas de Aircraft Guaranty Corporation, con sede en Onalaska, una ciudad del este de Texas que no tiene aeropuerto. En suma, más de mil aeronaves fueron registradas de esa manera. Al estar formalmente radicadas en EE.UU., la Federal Aviation Authority de ese país otorgó matrículas que comienzan con la letra N, lo que permite eludir los controles más exhaustivos que se aplican a aeronaves extranjeras. Los aviones de la empresa South Aviation y otras propiedad de Machado tenían patente con la letra N.

La imputación contra el empresario argentino y sus colegas incluyó un probable fraude masivo con el esquema Ponzi para la presunta venta de aviones. El grupo ofrecía naves que no estaban en venta, recibía pagos de interesados, que finalmente, ante el reclamo, eran devueltos con el dinero de otros incautos que caían en la trampa. En la investigación, se barajó la posibilidad de que no hubiera sido una estafa, sino una forma de lavar dinero del narcotráfico.

Javier Milei y José Luis Espert se saludan en el escenario del Luna Park, el 22 de mayo de 2024, en el marco de una presentación de un libro del primero Guido Piotrkowski

Machado fue detenido en el aeropuerto de Neuquén el 16 de abril de 2021, a pedido de la Justicia de Texas. Desde septiembre de ese año, cumple prisión domiciliaria en las afueras de Viedma. El juez federal de Neuquén Gustavo Villanueva concedió la extradición un año más tarde. La medida está pendiente de revisión en la Corte Suprema.

Debra Lynn Mercer-Erwin, la beneficiaria del fideicomiso en el que se anotaban los aviones de la flota de Machado y otros empresarios, fue sentenciada a 16 años de prisión por un tribunal de Texas, en noviembre pasado.

Ante una consulta de este medio al Departamento de Justicia de Estados Unidos sobre si el pedido de extradición y las imputaciones contra el empresario argentino siguen vigentes, Nicole Navas, encargada de comunicación, ratificó que el Gobierno estadounidense continúa “trabajando con el de Argentina para extraditar a Federico Machado”.

La defensa de Machado corre a cargo de los letrados Francisco Oneto y Roberto Rallín, quienes declinaron hablar ante este medio. El primero también es abogado de Milei en la presunta criptoestafa $LIBRA, que avanza parsimoniosamente en Comodoro Py.

Milei y Espert protagonizaron una primera reconciliación tras las turbulencias de 2019. En 2021, cuando Machado fue detenido en Neuquén y el excandidato del Frente Despertar quedó expuesto como alguien que, como mínimo, había viajado en un avión y aceptado el préstamo de un auto atribuido a un narco, el economista encaraba en bastante soledad su postulación a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires bajo el sello Avanza Libertad, reflejo de la primera incursión electoral de Milei con La Libertad Avanza. En esos meses, la enemistad entre ambos tocaba techo. Milei difundió entre su entorno que Espert había intentado sobornarlo con US$ 300.000 en efectivo en un encuentro en la casa de Karina en Vicente López, delante de varios testigos.

El nuevo distanciamiento se prolongó hasta después de la victoria presidencial del ultra, en noviembre de 2023. Desde entonces, la relación se fortaleció de tal forma, que Milei proclamó prematuramente a Espert como candidato a diputado nacional por LLA en la disputa decisiva en la provincia de Buenos Aires, en octubre próximo, pese a la resistencia de Santiago Caputo y, probablemente, Karina.

A pedido de la oficina de prensa de Espert, este medio envió cuatro preguntas sobre el vínculo con Machado, que no fueron respondidas.

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