El PJ mira atónito cómo Donald Trump maneja los hilos del gobierno de Javier Milei. Europa, también. Provincias Unidas, ¿al rescate? Bennett & Caputo, inc.
Por: Gabriela Pepe.
Una multitud camina frente a la casa de Cristina Fernández de Kirchner. Es el Día de la Lealtad y el peronismo camufló las internas para dar un mensaje de unidad. Hasta Axel Kicillof dijo presente. Un dirigente que la visitó en los últimos días cuenta en la calle San José que la expresidenta está preocupada por la elección. Es la última oportunidad para frenar le entrega Javier Milei a Estados Unidos. “La elección es contra la Embajada”, dice.
La injerencia de Estados Unidos en las elecciones del 26 de octubre no tiene antecedentes en la historia democrática argentina. Ni siquiera durante las “relaciones carnales” del menemismo hubo tal grado de adulación publica y sumisión. Ahora, el mercado espera cada día la palabra del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, para saber qué pasará en el país.
Al peronismo no le costó nada hacer el paralelismo con su propia historia. Hace 80 años, Juan Domingo Perón salía triunfante de su enfrentamiento con el entonces embajador estadounidense, Spruille Braden, que jugó un rol fundamental para tratar de que aquel militar que había logrado ganarse a los trabajadores no llegara a la presidencia. Perdió. “Ahora, es Bessent o Perón”, dijo Cristina el viernes, en el audio que dirigió a la militancia. Consigna servida. ¿Funcionará otra vez?
Qué pide Donald Trump
A pesar de los esfuerzos del Gobierno por hacerlo decir otra cosa, Trump expresó claramente que su apoyo a Milei dependerá de quién gane las elecciones. “Si él pierde, no vamos a ser generosos con Argentina”, dijo el estadounidense durante el encuentro que mantuvo con la numerosa comitiva en Washington. Se refirió, según precisó después, a las elecciones de medio término.
Lejos de ayudar, las declaraciones de Trump provocaron un caos en el mercado, y una sensación de fragilidad política extrema. Ese combo sumó un capítulo extra a la interna descarnada que atraviesa al gobierno libertario. El ala que integran Karina Milei y los Menem dirigió sus reproches hacia Santiago Caputo, que había viajado antes a Washington para preparar el encuentro. El caputismo, por su parte, apuntó los cañones contra el canciller Gerardo Werthein, aliado de Karina.
Caputo es una pieza clave en la relación con Estados Unidos a través del lobista Barry Bennett. Como reveló el periodista Carlos Pagni, la semana pasada, el asesor presidencial le organizó reuniones con tres jefes de bloque de Diputados, Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Federal), Rodrigo de Loredo (UCR) y Cristian Ritondo (PRO).
Pichetto contó que fue porque entendió que consistía en una reunión con la embajada de Estados Unidos, que pretendía conocer su mirada sobre el país y las elecciones. Pero el encuentro se celebró en una oficina de Puerto Madero con Bennett, que no ostenta ningún cargo oficial en el gobierno de Trump, al igual que Caputo en la administración argentina. El jefe del bloque Encuentro Federal relató que su presencia duró poco. No le gustó encontrarse con De Loredo y Ritondo. Dio una opinión negativa sobre el gobierno de Milei, su política económica y su manejo institucional y se fue. Otros invitados, como Nicolás Massot, prefirieron no concurrir.
Bennett pretende saber qué posibilidades tiene Milei de generar consensos políticos para avanzar con reformas estructurales. El asesor de Trump también hizo saber que se reunió con gobernadores que integran el bloque Provincias Unidas. Dijo que se trataba de aquellos que “no tienen aspiraciones presidenciales” para 2027.
El grupo está formado por Carlos Sadir (Jujuy), Ignacio Torres (Chubut), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Martín Llaryora (Córdoba) y Gustavo Valdés (Corrientes). Ninguno admite haberse reunido con Bennett. Tampoco repudiaron abiertamente la insólita injerencia de Estados Unidos en asuntos de política doméstica. La subordinación de Milei a Trump genera estupor internacional. Lo reflejan los medios de comunicación de otros países y lo dicen, por lo bajo, delegaciones extranjeras en argentina.
Un representante de una embajada europea con el que Letra P conversó apenas terminada la reunión de Trump con Milei no salía de su asombro por las concesiones del argentino hacia el estadounidense, gestuales y políticas. En el viejo continente hay consenso en ver que las relaciones exteriores de Argentina tienen un solo rumbo: el alineamiento absoluto con Estados Unidos y la “subpriorización” de Europa. Ni siquiera encuentran eco los planteos de empresas europeas que están dispuestas a hacer inversiones en el país.
Santiago Caputo, empoderado
La presencia del movedizo Bennett le dio impulso a Caputo en su pelea interna contra el ala karinista. En el Gobierno suena que, luego de las elecciones, el asesor estrella asumiría un cargo formal. Se habla de la Jefatura de Gabinete o de una súper estructura que podría incluir el Ministerio del Interior y de Justicia, una porción importante de lo que hoy domina Guillermo Francos, que quedaría relegado.
Caputo cruzó esta semana mensajes públicos con Mauricio Macri. El expresidente dijo que es momento salir del estancamiento para pasar al crecimiento y que, para eso, “es un requisito básico construir una nueva mayoría, que inevitablemente no estará formada solo por miembros de una misma fuerza, sino también por otros legisladores de todo el país que aportarán su visión”. Caputo respondió que está de acuerdo, pero le aclaró que ese proceso lo liderará Milei.
Caputo también tiene en mente otros retoques. Trabaja en el Congreso para conseguir que Ritondo ocupe la presidencia de la Cámara de Diputados, en lugar de Martín Menem. El dirigente del PRO le negó la maniobra personalmente este martes al riojano en su despacho. Milei no hizo ninguna señal en ese sentido. Por las dudas, el presidente de la cámara baja se adelantó y salió a buscar ayuda de los bloques que podrían votar su continuidad. Tiene como carta de negociación los cargos vacantes en la Auditoría General de la Nación (AGN). Se votarían entre las elecciones y el recambio de diciembre.
El asesor vende que avanza en acuerdos políticos para la segunda parte del mandato. Mucho dependerá del resultado de las elecciones. Los gobernadores de Provincias Unidas dijeron que están dispuestos a acompañar reformas, pero pusieron condiciones. No está claro qué harán si La Libertad Avanza saca un mal resultado el domingo. ¿Irán en contra de lo que dice el electorado de sus provincias?
En el Gobierno estiman que se impondrán por dos o tres puntos al peronismo en la nacional. ¿Será suficiente para Trump? No sin malicia, en el peronismo señalan que el estadounidense “ya la soltó la mano” a Jair Bolsonaro, que hasta ahora era su aliado en Brasil. Se reunirá antes de fin de año con Luiz Inácio Lula da Silva. El rescate a Argentina le está haciendo pagar costos políticos en Estados Unidos.
Como sea, el Gobierno promete que avanzará con la reforma impositiva, previsional y laboral, que proclama como la solución a todos los problemas de empleo. El ministro Toto Caputo se lo anunció esta semana a los empresarios para entusiasmarlos. La evidencia acumulada en Argentina y en otros países lo desmiente. Según una investigación que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó en 2015, en bases a datos de 63 países, “recortar la protección de los trabajadores no redunda en mayor crecimiento” del empleo.
El peronismo ya se prepara para darle pelea. Héctor Daer habló de ese tema durante el acto que la CGT organizó para conmemorar el 17 de octubre. “Le diría al ministro y a todos los que están pensando en transferir derechos de los trabajadores al sector del capital que, para darse ese lujo, van a tener que ganar las elecciones muy bien. Y yo creo que el 26 el peronismo vuelve a ganar las elecciones como puntapié inicial para la construcción de un proceso político que lo devuelva en 2027 al poder”, desafió.
Estados Unidos no seduce
Aunque el Gobierno tiene en Estados Unidos su carta más fuerte, de cara a las elecciones del domingo, el acuerdo no prende demasiado la sociedad. El consultor Jaime Durán Barba dice que Argentina es el país más anti-estadounidense de América Latina.
Un informe de Gustavo Córdoba que fue citado por el diario Washington Post reveló que el 62,7% de los encuestados se siente “lejano” a Trump, mientras que solo un 31,7% lo ve como “cercano”. El 60,8% opina que la visita de Milei a Estados Unidos fue negativa.
La consultora Analía del Franco vio lo mismo en un focus group que hizo esta semana en el interior del país, sobre personas que votaron a Milei en 2023. Están decepcionados con el Gobierno. Muchos ni siquiera estaban al tanto de acuerdo con Estados Unidos o no sabían qué utilidad concreta podría tener en la vida cotidiana. A la enorme mayoría le despertó un sentimiento de desconfianza. Sin necesidad de ideologizar la cuestión, Trump no les parece un enunciador confiable.
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