Malestar y ruidos internos en Pro por el faltazo de tres “halcones” a la votación para avalar el acuerdo

Malestar y ruidos internos en Pro por el faltazo de tres “halcones” a la votación para avalar el acuerdo

Un puñado de diputados de la bancada de Pro optó por ausentarse en el momento en que se votó el proyecto que habilita la renegociación de la deuda con el Fondo

El liberal Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos) no fue el único integrante del interbloque de Juntos por el Cambio que se desmarcó del pacto que sellaron los jerarcas de la coalición opositora con el Gobierno para avalar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Si bien no rechazaron el proyecto en el recinto, como lo hizo el exministro de Economía, un puñado de diputados de la bancada de Pro, que conduce Cristian Ritondo, optaron por ausentarse en el momento en que se votó el proyecto que habilita la renegociación de una deuda por 44.500 millones de dólares con el Fondo.

Se trata de los ultramacristas Fernando Iglesias (CABA), quien logró renovar su banca el año pasado gracias a una gestión de Bullrich, Francisco Sánchez (Neuquén) y Héctor Stefani (Tierra del Fuego). Martín Maquieyra (La Pampa) también faltó a la histórica sesión en la Cámara baja, pero no por motivos políticos. Es que Maquieyra había pedido licencia el 3 de marzo por su casamiento. Y, a diferencia de Iglesias, Sánchez y Stefani, el diputado pampeano hubiera actuado de forma orgánica.

En cambio, los tres “halcones rebeldes” de Pro decidieron ausentarse de la sesión para manifestar su disconformidad con la decisión de Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich –y de la mesa nacional de JxC- de acompañar la iniciativa oficial después de haber logrado concesiones por parte del oficialismo.

La jugada de Iglesias, Sánchez y Stefani generó ruidos internos –hay defensores y detractores de los díscolos- en el bloque y provocó malestar en la cúpula del macrismo, sobre todo, en el ala moderada de Pro. “No había necesidad de no cumplir el mandato partidario. Es un capricho, pero son marginales”, lanzan desde el bloque que lidera Ritondo. Entre los “halcones” -que estrenaron una cuenta en la red social Twitter para marcar posturas- tienen una mirada más condescendiente: “Eso fue un mensaje contundente a nuestro electorado más duro”. En ese sector de Pro siguen con atención el crecimiento de los libertarios. Ayer, Javier Milei y José Luis Espert rechazaron el trato con el Fondo.

A diferencia de López Murphy, quien votó en contra con el argumento de que no podía avalar un “acuerdo irresponsable” con el Fondo, los tres díscolos prefirieron no estar en el recinto en el momento de la votación para subrayar frente al electorado su disidencia de manera “elegante”, sin adoptar un actitud rupturista con los popes de Pro. Es que el propio Macri había felicitado a las autoridades parlamentarias de JxC por el resultado de las negociaciones con el Gobierno, que le permitieron a la oposición suprimir del proyecto oficial el programa económico –medidas de ajuste para cumplir con las metas pactadas- y los fundamentos de la ley que contenían duros cuestionamientos a la gestión de Cambiemos por el préstamo contraído en 2018.

En Pro hay lecturas disímiles sobre el faltazo de los “halcones”. Hay quienes sostienen que Iglesias, Sánchez y Stefani “desautorizaron” a Macri, quien había abogado por votar el proyecto acotado a la refinanciación de la deuda. Y que el propio expresidente expresó su fastidio por el desplante, sobre todo, de Iglesias, a quien suele defender ante las críticas de las “palomas” e impulsó en las discusiones internas para que tenga lugares en las listas.

En el entorno de Macri niegan que el fundador de Pro se haya molestado con Iglesias. “Siempre hay libertad de acción”, dicen cerca del exjefe del Estado. Ambos se vieron hace unos días en las oficinas que alquila el exmandatario en Olivos. Sin embargo, otros laderos del “dueño” de Pro reconocen que la decisión fue sorpresiva. “No esperábamos que no fuera. Es raro”, dicen. Repiten que JxC votó lo “pactado” y que la foto de unidad es un “logro” de la oposición.

Iglesias, quien integra la tropa de Bullrich, optó por mantenerse en silencio. Desde hace varios días no utiliza su cuenta de Twitter -suele ser un usuario activo- y prefirió no hacer declaraciones ante la consulta de LA NACION. “Fue una decisión personal”, cuentan allegados a Iglesias. El legislador, dicen, no habló con sus jefes políticos, pero Ritondo estaba al tanto de que no asistiría a la sesión. Desde que fue electo diputado, Iglesias no se permite no concurrir al Congreso los días que sesiona la Cámara baja. Por esa razón, su ausencia fue resonante en un debate histórico por la deuda que contrajo Macri. Es que Iglesias había dejado trascender que no estaba conforme con avalar el plan “bomba” diseñado por Martín Guzmán. Durante el debate en comisión, Hernán Lombardi, ladero de Macri en Diputados, intentó persuadir a los “halcones” que se mostraban más reticentes al pacto, para que acompañen la decisión del espacio, orientada a evitar el default. Otros “halcones” del bloque decidieron ser orgánicos, pero votaron a regañadientes.

El caso de Stefani (Tierra del Fuego) fue distinto. Estuvo en el recinto y ensayó un duro discurso contra el kirchnerismo: defendió a Macri por la deuda y rechazó los detalles del plan que cerró Guzmán con el FMI. El neuquino Sánchez tampoco quería respaldar un programa que consideraba “perjudicial” para la Argentina. Es más, coincide con la visión de López Murphy, quien expresó que no podía votar a favor de un acuerdo “irresponsable”. “Mis convicciones, el compromiso que asumí con mis votantes no me lo permiten”, advirtió el “bulldog”. Ni Bullrich ni Martín Lousteau lograron convencerlo de que cambiara su decisión. La titular de Pro le pidió que se abstuviera, pero el exministro se mantuvo firme. Hoy, confesó ante un grupo de empresarios que lo escuchaban en Expoagro que le resultaba “intolerable” plegarse a la decisión de JxC de acompañar el trato y que no quería “pagar el precio” de votar con el kirchnerismo: “Me di el lujo de preservar mi postura”, les dijo.

En la bancada de Ritondo se lamentan por la actitud “retorcida” de los díscolos. Argumentan que los jefes de Pro -en un scrum con las tribus radicales y la CC-, hicieron ceder al Gobierno y lograron los objetivos que se habían fijado en la negociación. Es decir, apoyar solo la autorización al financiamiento para contribuir a evitar el default; tomar distancia del programa económico; eliminar los anexos y los fundamentos -que contenían las críticas Macri por el préstamo que tomó en 2018-. Además, dicen en Pro, los popes del partido tenían que encontrar una fórmula que les permitiera conservar la unidad de JxC y no mostrar fisuras a la hora de votar. Querían cosechar ese capital político frente a un oficialismo fracturado por la rebelión de Máximo Kirchner. “Empezamos esta negociación con el oficialismo perdiendo por dos goles, porque la UCR y la CC ya les habían regalado los votos al Gobierno”, se jactan en la cúspide de Pro frente a las críticas de los rebeldes. También celebran que se haya cumplido el acuerdo con el oficialismo para que no se escucharan en el recinto “agravios” a Macri.

Más allá del faltazo de los rebeldes, Macri, Bullrich y Larreta celebraron la victoria legislativa y destacaron que la coalición opositora le pudo torcer el brazo a la Casa Rosada. Entienden que JxC logró salir de la encerrona y pudo exhibir “unidad” y “responsabilidad” ante la fractura que generó en la cima del Frente de Todos el trato con el FMI. “Mauricio fue muy elogioso y estaba contento. Le rompimos el discurso al kirchnerismo [sobre la deuda]”, dice un dirigente que habló con el expresidente durante las últimas horas.

Mientras algunos ultramacristas mascullan bronca, las “palomas” de JxC vuelven a sacar pecho después de la votación. Tanto Gerardo Morales (UCR) como Elisa Carrió (CC) o Lousteau alardean que los moderados se impusieron a los “halcones”. “Cuando los exaltados se van de la mesa, se pueden lograr acuerdos”, lanzó Lousteau (Evolución Radical), durante una recorrida por Venado Tuerto.

Comentá la nota