Cristina tiende puentes con el PJ y alienta rumores sobre su candidatura

Cristina tiende puentes con el PJ y alienta rumores sobre su candidatura

Pese al bajo perfil, se reúne con gobernadores peronistas y suma avales entre intendentes del conurbano,145x120mm

 

Cuando falta menos de un año para definir las candidaturas presidenciales, Cristina Kirchner ya tomó una decisión: será protagonista de la construcción de un espacio electoral para derrotar al gobierno de Mauricio Macri en 2019.

Sumida en un perfil bajo estratégico desde hace meses, la senadora todavía no dio pistas sobre si será o no candidata presidencial. No lo hará público hasta marzo del año que viene, al menos. Se mantiene, de todos modos, muy activa, dedicada a organizar su propia fuerza y a achicar distancias con sectores del peronismo con los que se había distanciado en los últimos años de su gestión.

En un escenario similar al de 2017, el objetivo de la expresidenta y de su círculo más cercano es enfrentar a Cambiemos con un candidato propio, como parte de un frente que reúna a otros sectores de la oposición. A diferencia de lo que pasaba a fines del año pasado, tras la derrota en la provincia de Buenos Aires, los dirigentes que la acompañan ya no descartan que se postule en las presidenciales.

La posibilidad latente de una candidatura le servirá en caso de no presentarse, explican, como una carta de negociación en la conformación del frente que intenta construir. "Si no es candidata será la gran electora de 2019", dan por hecho en Unidad Ciudadana. Lo mismo decían el año pasado, antes de que lanzara su candidatura para el Senado.

Con más horas en su oficina del Instituto Patria que en su despacho del Senado, en las últimas semanas Cristina mantuvo conversaciones con cinco gobernadores: Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Carlos Verna (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Lucía Corpacci (Catamarca) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero).

También habla seguido con el diputado sanjuanino José Luis Gioja, presidente del PJ hasta la intervención judicial. A su cuñada, la gobernadora Alicia Kirchner, la ve cuando va a Santa Cruz, como hizo este fin de semana.

"Está más activa que nunca, muy afilada y atenta a todo lo que pasa", contó a LA NACION un dirigente que la visitó el mes pasado en el Instituto Patria. Cristina usa esa sede, en Rodríguez Peña y Mitre, incluso para las reuniones de su bloque de senadores. En esas charlas privadas, la expresidenta dice que no quiere ser candidata. Lo mismo decía en 2017.

De los dirigentes propios se reúne a diario con Oscar Parrilli, presidente del Instituto Patria, y seguido con los diputados Eduardo "Wado" De Pedro, uno de los jefes de La Cámpora, y Agustín Rossi, presidente de bloque en la Cámara baja y el "plan B" del kirchnerismo en caso de que ella decida no postularse. Hace poco recibió también al jefe del PJ porteño, Víctor Santa María, uno de los trabaja para unir las distintas vertientes del PJ.

En simultáneo con esos encuentros, Cristina monitorea el despliegue de Unidad Ciudadana en todo el país. El frente ya desembarcó este año en Salta y Corrientes, y tiene fecha para su primer acto en Córdoba, el 3 de agosto. En la agenda también figuran La Rioja y Misiones.

Con Parrilli en la coordinación, la tarea involucra a los jefes de los partidos que forman parte de ese frente: Martín Sabbatella (Nuevo Encuentro), Mario Secco (Frente Grande), Diana Conti (Partido de la Victoria) y Carlos Castagneto (Kolina).

"Lo novedoso es que está hablando más seguido con dirigentes que no son parte del kirchnerismo", dijo a LA NACION uno de sus hombres de confianza. Alberto Fernández la visita todos los meses.

Entre los intendentes bonaerenses elige a Martín Insaurralde, a quien recibió en las últimas semanas en su departamento de Recoleta. Posible candidato a la gobernación, el jefe comunal de Lomas de Zamora habla todas las semanas con Máximo Kirchner y es el nexo con otros intendentes del PJ con los que Cristina tiene buena relación, como Juan Zabaleta, de Hurlingham.

Respaldo de los intendentes

A diferencia de lo que pasaba en 2017, entre los intendentes la figura de la expresidenta ya no genera discusión.

"Si sumás los votos que sacó Randazzo [Florencio] y los que sacó Massa [Sergio] y lo multiplicás por dos, no alcanzan el 37 por ciento de Cristina", dijo uno de ellos, en la última reunión que compartieron, en Lomas de Zamora. "Acá las PASO ya se hicieron y las ganó ella", dijo otro de los jefes comunales.

En el Instituto Patria circula una encuesta que alimenta las expectativas de los que quieren a Cristina de candidata. Es un estudio de Gustavo Córdoba & Asociados que muestra que, en coincidencia con la caída de la popularidad de Macri, la imagen positiva de la expresidenta (48,1%) está a punto de empatar a la negativa (48,9%).

"El famoso techo ya está perforado. La polarización hoy la favorece porque, para la mayoría de la gente, Macri quedó del lado de los malos", se entusiasmó un dirigente que la vio esta semana.

Ella mira esos sondeos y se afirma en el silencio. En su entorno dice que hablará en el Senado, que es donde la puso la gente para que siga haciendo política. Se reserva mientras tanto dos cartas claves de la estrategia kirchnerista: el secreto y la sorpresa.

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