Por Analía Argento

La cumbre de Frente de Todos de Merlo organizada por el kirchnerismo dejó un herido que ahora se trata de disimular: Alberto Fernández. Pero también fue un alerta para frenar las peleas internas y un mensaje de Sergio Massa con el objetivo de que trascendiera puertas afuera. "Es incompatible ser ministro de Economía y candidato a Presidente" avisó mientras en Casa Rosada el primer mandatario señalaba que su presencia y la del ministro Gabriel Katopodis en la Quinta La Colonial abortarían una conspiración en su contra. El propio ministro de Obras Públicas se encargó de dar esta mañana un mensaje público en pos de la unidad.

El asado convocado para armar la estrategia de la coalición gobernante en la provincia de Buenos Aires arrancó con un discurso del anfitrión, el intendente en uso de licencia Gustavo Menéndez. El "Tano" fue el primero en pedir que se deje de pelar a través de los medios. En la mesa estaba el ministro del Interior Eduardo ‘Wado' de Pedro que no habló pero sí se sacó decenas de fotos repartiendo abrazos y saludos amistosos con Massa, Alejandro Granados, Martín Sabbatella, entre otros.

Después habló el gobernador Axel Kicillof. Parte de lo que dijo ya lo habían escuchado los intendentes que asistieron con él a la reunión del Presidente en Chapadmalal a principio de año. Hizo el racconto de "lo que sufrió Cristina Kirchner" desde el atentado de septiembre hasta la condena judicial. "Vienen por todos nosotros", alertó una vez más y puso el acento en la necesidad de conformar una mesa política nacional.

EL MENSAJE DE KICILLOF A LA ROSADA

El gobernador fue el "más bonaerense" a juicio de los asistentes a la cumbre frentedotista de la que salvo por algunos ministros neutrales como Katopodis no participaron albetistas. "Tenemos todas las posibilidades de ganar" repitió y se apoyó en las encuestas actuales que lo ponen por encima de otros adversarios. No se habló de candidaturas ni de la postergación de los deseos de Martín Insaurralde pero insistió sobre la imprescindible ayuda que Casa Rosada tiene que dar a la Provincia, el mayor distrito electdoral.

Lo que subrayó varias veces Kicillof fue la necesidad de que Nación ayude al distrito. Para evitar discusiones y roces, varios de los presentes contaron a este diario que prefirieron callar sus resquemores frente a los constantes embates contra el Presidente. "Deberíamos estar enfocados en la gestión y en defender lo que se hace", apuntaron en voz baja tras retirarse aquellos que repiten que este gobierno es el que más obras ha hecho y que dinamitar al jefe de Estado se les vuelve a todos en contra.

No hubo por otra parte grandes definiciones sobre nombres ni candidaturas. No se personalizó ni en la figura del Presidente. Para el kirchnerismo la foto y mostrar el poder de fuego era lo importante. 

No estuvieron albertistas como Juan Zabaleta (Hurlingham), ni el matancero Fernando Espinoza, ambos con otros temas en agenda, alegaron. Tampoco la ministra Victoria Tolosa Paz aunque sí hubo otros colegas suyos del gabinete. Aunque esperables, quedó claro que Mario Ishii, de José C. Paz, y Fernando Gray de Esteban Echeverría, prefieren mantenerse lejos de los manejos de La Cámpora. El último gran ausente fue Juan José Mussi, de Berazategui, intendente que el año pasado reclamó en un acto junto a Cristina Kirchner que dejen de pelear. Mientras ese acto ocurría renunciaba el entonces ministro de Economía Martín Guzmán.

 "Trabajar para ganar" fue la conclusión oficial más allá de la hostilidad previa que encuadró el encuentro con los roces entre De Pedro y el Presidente y los reclamos de Andrés Larroque contra el jefe de Estado por su "ingratitud" hacia la Vicepresidenta. ¿Por qué no estuvo el ministro que descargó críticas sobre Alberto Fernández? Fue a la previa en La Plata, una mesa chica del gobernador con Máximo Kirchner e intendentes y por la noche, avisó, tenía un tema personal que no podía modificar. Su ausencia alivió a los que prefieren cuidar al jefe de Estado.

MASSA BAJÓ LAS EXPECTATIVAS

Para bajar el tono el propio Massa, tercero en la lista de oradores, salió al cruce de las versiones que lo sindican como posible candidato. "Si baja la inflación un punto por mes y en abril queda en tres puntos él es presidenciable" se repite en distintos despachos. El ministro se encargó de frenar por ahora la especulación: "Es incompatible ser ministro de Economía y candidato a Presidente". También señaló que es necesaria la unidad para ganar la elección.

Máximo Kirchner cerró la lista de ‘anfitriones' antes de los pedidos de paz de algunos pocos que se animaron de los 22 intendentes. Mientras servían el asado con ensalada mixta el diputado y jefe del PJ provincial repitió las palabras de la entrevista que concedió el fin de semana a El cohete a la luna, fundamentalmente en cuanto a la bajada ideológica. 

Kirchner hijo obvió cualquier mención al Presidente aunque insistió con la urgencia por convocar a la mesa nacional de la coalición. Fernández, como ya contó este diario, puso a Juan Manuel Olmos, vicejefe de gabinete, a trabajar en una convocatoria para el 24 de febrero en simultáneo con la reinauguración de la remodelada sede del PJ en la calle Matheu. Siguió la cumbre de Merlo desde lejos y por teléfono.

En contraste a la previa y a pesar de todo el fuego interno, varios destacaron que se debe aprovechar la falta de un único liderazgo en la oposición y la dispersión. Y resaltaron como mantra que las propuestas de Juntos por el Cambio "ya fracasaron".

Hubo buen clima y como en toda reconciliación, silencio sobre algunas cuestiones.