Fuerte agitación en Juntos tras el pacto con Axel Kicillof por los cargos en la provincia

Fuerte agitación en Juntos tras el pacto con Axel Kicillof por los cargos en la provincia

El acuerdo en la Legislatura bonaerense con el Frente de Todos para destrabar designaciones volvió a encender la interna en la coalición opositora; Pichetto avaló la decisión de Joaquín de la Torre

El pacto que sellaron el Pro y la UCR con la administración de Axel Kicillof para nombrar a Federico Thea, un estrecho colaborador del gobernador, como nuevo titular de Tribunal de Cuentas de la provincia, un cargo vitalicio, y, de esa forma, destrabar las designaciones en el Banco Provincia y la Defensoría del Pueblo que le correspondía a la oposición, una maniobra que provocó la renuncia de Joaquín de la Torre a la vicepresidencia segunda del Senado bonaerense, reavivó las tensiones en Juntos por el Cambio. Sin un liderazgo claro, la coalición opositora volvió a exhibir sus fracturas internas y a escenificar las dificultades que enfrenta la conducción del espacio a la hora de tomar decisiones y tejer una estrategia en el distrito electoral más grande del país.

Como había ocurrido en el debate por la reelección de los intendentes o la frustrada negociación por los cambios en las jubilaciones del Banco Provincia, que generó la reacción de Néstor Grindetti, quien oficiaba de interlocutor con el kirchnerismo, la Legislatura bonaerense funcionó como la caja de resonancia de la pulseada entre los jefes de Juntos por el Cambio por el futuro perfil de la fuerza y el armado electoral para los próximos comicios.

“Nos matan en los chats. Esto es una cagada”, se sinceró hoy un legislador de Juntos, tras repasar en su celular la lluvia de reproches -y gestos de respaldo a la postura de De la Torre- que agitaron durante las últimas horas los grupos de WhatsApp del macrismo por el “toma y daca” con Kicillof. A los legisladores de Pro y la UCR que votaron junto al oficialismo -la CC, la fuerza de Elisa Carrió, no acompañó la jugada-, les recriminan en el seno de su espacio haber pactado la designación de Thea, a quien califican como un “talibán” de Kicillof, en un puesto vitalicio a cambio de que se desbloqueen los nombramientos para la oposición en el Bapro y la Defensoría del Pueblo. Además, señalan los detractores del acuerdo, Thea tendrá una silla en la Junta Electoral de la Provincia, otro lugar estratégico para el manejo de los resortes del poder.

Es el mismo argumento que utilizó al presentar su renuncia De la Torre. El exintendente de San Miguel niega que haya decidido dimitir como vice segundo del Senado después de que su espacio se quedara afuera de la negociación por el reparto de cargos, como deslizan desde las usinas de Pro y del radicalismo. “Esto no dinamita a JxC ni atenta contra la unidad, sino que sirve para fortalecer miradas”, justifican los laderos de De la Torre, quien avisó que no se irá de la fuerza. Es más, se quejan de que la conducción de Juntos no había acordado avanzar con el aval a la designación de Thea. “La mesa no puede ser un decorado”, dicen.

Si bien la mayoría de los referentes de Pro apoyaron o se desentendieron de la negociación con Kicillof, el exsenador nacional Esteban Bullrich se encargó de condenar el “accionar” de Juntos a través de sus redes sociales. Lo hizo luego de que realizara una serie de consultas para interiorizarse sobre los entretelones del pacto. “Después nos preguntamos por qué los jóvenes corren en masa a los brazos de la antipolítica. Destrabar negociaciones por cargos nos pone en la misma vereda de lo que dijimos venir a combatir. Tenemos la obligación de ser mucho mejores que esto”, escribió Bullrich, quien destacó la actitud de De la Torre, referente provincial del partido de Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Republicano Federal).

Pichetto avaló la jugada y le recomendó a la senadora Claudia Rucci que acompañara a De la Torre. “La decisión fue correcta, con un argumento de alto voltaje: no se puede regalarle el Tribunal de Cuentas a un hombre de Kicillof. Es una tontería”, planteó Pichetto, quien sostiene que Juntos por el Cambio “no puede confundir a la sociedad” en esta etapa. Y se quejó de la falta de explicaciones públicas de las autoridades de Pro y la UCR.

Sin embargo, en la fuerza de Pichetto hay quienes desconfían de la maniobra del senador: miran con recelo su reposicionamiento en el tablero bonaerense y, sobre todo, su coqueteo con el sector de Javier Milei.

En rigor, el portazo de De la Torre, quien sugirió que en la coalición opositora hay “más pavos reales que halcones y palomas”, fue el epílogo de la novela de enredos que se inició en diciembre pasado a raíz del acuerdo que cerraron Kicillof y un sector de Pro y la UCR para flexibilizar la ley apalancada por María Eugenia Vidal que limitaba a dos mandatos consecutivos las reelecciones de intendentes en la provincia. Desde ese momento, la agenda legislativa que negociaban Kicillof y los referentes de Juntos tenía dos temas pendientes: los cargos que le correspondían a la oposición en el directorio del Banco Provincia y la designación de Thea, un ladero del gobernador bonaerense, como nuevo presidente del Tribunal de Cuentas, el organismo que controla las finanzas de los municipios, tras la renuncia de Eduardo Grinberg.

Ya sin Grindetti como interlocutor de Pro con Kicillof, el ministro de Gobierno porteño, Jorge Macri, quien exhibió hoy la foto del almuerzo junto a su primo en Vicente López, en una jugada en clave electoral porteña, Diego Santilli -los socios del larretismo lo empujan a tener un mayor protagonismo en la toma de decisiones en la provincia- y otros referentes del macrismo retomaron las tratativas con el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, según diversas fuentes de Juntos que estuvieron al tanto de las charlas. En el Frente de Todos ratifican esas versiones. Sin embargo, Jorge Macri y Santilli -viajó a Israel con una agenda enfocada en “la seguridad y las nuevas tecnologías”- niegan haber estado involucrados en el tema. “Santilli no participó en la negociación”, repiten en el entorno del exvicejefe porteño. Está claro que Santilli pretende enfocarse en su armado electoral y alejarse de las negociaciones políticas con el oficialismo, para posicionarse en la carrera por la sucesión de Kicillof.

En el universo de Pro hubo consenso para avanzar. Cristian Ritondo, el delfín de María Eugenia Vidal, y Gerardo Milman, armador de Patricia Bullrich, acompañaron. Y los intendentes, que ponían reparos por el nombre de Thea con Kicillof, terminaron inclinando la cancha a favor de hallar una “solución política”. Es que, según fuentes de Juntos, trabar la designación de Thea generaba “consecuencias”, como demoras en el envío de recursos para obras a través del Fondo de Infraestructura Municipal (FIM) o en la firma de convenios para vivienda o créditos.

En las cúpulas de Pro y la UCR en Buenos Aires argumentan que era necesario desbloquear los nombramientos ya que, la falta de acuerdo político en una negociación que llevaba seis meses, complicaba el funcionamiento de “espacios institucionales y organismos de control”. Además, se jactan de haber logrado la sanción de una ley que “licua” el poder de Thea en el Tribunal de Cuentas. Consideran que la nueva normativa le quita atribuciones al presidente y el organismo tendrá un funcionamiento “más colegiado”.

Entre los macristas y radicales que votaron a favor se quejan de ser víctimas de una “mirada antipolítica” de un sector de Juntos por el Cambio que rechaza cualquier diálogo con el oficialismo y asocia una negociación legislativa con un reparto de privilegios. Hasta ahora, Mauricio Macri, Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal tomaron distancia del tema y evitaron inmiscuirse en las tratativas. De hecho, a diferencia de lo que ocurrió con los cambios en las jubilaciones del Bapro, las señales que llegan desde el entorno de los presidenciables de Pro es que no hicieron movimientos para frenar el acuerdo.

Entre los “halcones” hubo distintas lecturas. Están los que creen que el pacto fue “razonable” (“No es lo mismo que con las re-re”) y que era necesario ocupar las sillas que le corresponden a la oposición en el Bapro o la Defensoría del Pueblo para cumplir el rol institucional de control al Ejecutivo y los que se quejan de una maniobra difusa e “inexplicable” para repartir cargos.

Carrió movió sus fichas en la novela bonaerense por el pacto con Kicillof, pero optó por no promocionar sus diferencias con el Pro y la UCR. En el Senado provincial, la CC no solo rechazó el nombramiento de Thea -entienden que no tiene un perfil técnico y equidistante para ocupar un organismo de control-, sino que objetó la designación de Bruno Screnci, dirigente de confianza de Santilli, como director del Banco Provincia. Fue una actitud “preventiva”, dicen en la CC, por la “historia” de Screnci, exministro de Gobierno de Larreta, en la Ciudad. En el macrismo subrayaron esa disidencia. En cambio, los lilitos respaldaron a Carlos Fernández, propuesto por el radicalismo, y Santiago Nardelli, impulsado por el intendente de Pro, Héctor Gay (Bahía Blanca).

Ahora, Juntos se encamina a discutir quién reemplazará a Grindetti en el rol de interlocutor con Insaurralde. Pese a que activaron las conversaciones hace varios días, aún no hay acuerdo. Mientras que un sector promueve al intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, otros referentes de la fuerzas promueven la idea de delegar las tratativas en dos espadas legislativas: Cristian Gribaudo (Pro) y Maximiliano Abad (UCR). Por lo pronto, Santilli y Ritondo podrían incorporarse a la mesa de conducción de Juntos, como precandidatos a gobernador. Los “halcones” de Bullrich ya ponen reparos.

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