El domingo se definirá cómo queda posicionado Axel Kicillof para 2027. Sergio Massa siempre está. Los otros candidatos que piden pista. El plan anti-Milei.
Por Gabriela Pepe
Algo se reactivó la noche del 7 de septiembre, cuando el escrutinio marcó una ventaja de casi 14 puntos a favor de Fuerza Patria. El número sorprendió hasta a los peronistas más optimistas, que ni en los mejores sueños habían imaginado una diferencia semejante con La Libertad Avanza. El peronismo, dado por muerto, había resucitado para dar un batacazo. Enredado en disputas de liderazgo, puso en pausa las internas para darle pelea a Javier Milei.
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Axel Kicillof se colgó la medalla del triunfo. El gobernador bonaerense fue quien decidió desdoblar por primera vez las elecciones de la provincia de Buenos Aires, en contra de la opinión de Cristina Fernández de Kirchner, que dijo a viva voz que se trataba de “un error político” que pondría en riesgo la elección de diputados nacionales del peronismo.
CFK y Kicillof trabajan sobre hipótesis diferentes. El mandatario señala que la elección bonaerense le dio un golpe casi fulminante a Milei y cristalizó el descontento social. Eso animó a la oposición dubitativa y envalentonó al resto del peronismo para la campaña. La expresidenta cree que el 7 de septiembre funcionó como una especie de PASO, que alertó a Milei y le dio al oficialismo la capacidad de recuperarse, en vez de haberle propinado una derrota inesperada.
En cualquier caso, el resultado de este domingo empezará a definir el camino para 2027. Un triunfo contundente en la provincia de Buenos Aires dejará a Kicillof fortalecido para la construcción de su candidatura presidencial. Pero el número será determinante.
El peronismo pone en juego 15 bancas en la Cámara de Diputados. Si se repitiera la diferencia abultada de septiembre, podría ganar hasta 19. Si la distancia se achicara demasiado – todos los sectores entienden que será menor- Kicillof recibirá un reproche por el desdoblamiento. Será una discusión contrafáctica, pero inevitable en la disputa por el liderazgo que se viene.
Uno, dos, tres, muchos peronismos
La construcción de Kicillof candidato 2027 empezó mucho antes del 7 de septiembre. Podría decirse que el gobernador puso la piedra fundacional de la mano de Cristina en 2019, cuando se lanzó a la pelea por la provincia de Buenos Aires. A partir de entonces, empezó a marcar hitos de diferenciación que se hicieron cada vez más visibles, hasta llegar al desdoblamiento de las elecciones que ella no quería.
La construcción política de Kicillof tuvo como sostén principal a los intendentes con los que construyó el Movimiento Derecho Al Futuro (MDF), que se consolidó como una tercera fuerza de disputa en la provincia, como el cristinismo y el massismo. Mientras, el mandatario generó otros movimientos para ampliar el espacio. Inició el diálogo con otros gobernadores y encolumnó detrás de él a la CGT.
Para muestra de su búsqueda, basta citar el acto que encabezó este lunes en homenaje al líder sindical José Ignacio Rucci, asesinado por Montoneros. Una señal a la ortodoxia peronista, que se deshizo en elogios hacia el gobernador. "Axel tiene en su mochila el bastón de mariscal para conducirnos a la Rosada", dijo el intendente de La Plata, Julio Alak, rodeado por la cúpula de la CGT.
Ahora, a Kicillof le esperan exigencias, dentro y fuera de su distrito. “Axel no es Eduardo Duhalde. No maneja la Legislatura. Primero se va a tener que sentar a negociar gobernabilidad con Cristina y con Sergio (Massa)”, advierte un espectador de la interna. La negociación más próxima será por el endeudamiento y el presupuesto bonaerenses. La Cámpora quiere a Mayra Mendoza como presidenta de la Cámara de Diputados a cambio de los votos, entre otras cosas.
Fuera del territorio bonaerense, un sector del peronismo le pedirá a Kicillof que lo conduzca. Eso implica que se diferencie, aún más, del cristinismo. En ese grupo ya se anotan algunos gobernadores, diputados y senadores díscolos que quieren sentarse con Kicillof a repensar la estrategia hacia adentro del PJ, cuya filial nacional conduce CFK. En muchos casos le pedirán que los respalde en sus internas provinciales con el sector de la expresidenta.
En paralelo, el cosecretario de la CGT, Héctor Daer, buscará quedarse el 5 de noviembre con la Secretaría de Interior de la central obrera. Quiere salir a atar los lazos rotos del peronismo del interior para el proyecto Kicillof 2027. Dice que, si el gobernador quiere ser presidente, tiene que reconciliar al justicialismo del interior con el AMBA kirchnerista. Trabajará para el armado de una PASO competitiva, que incluya a Kicillof y sectores que están afuera de Fuerza Patria, como el del cordobés Martín Llaryora.
Sergio Massa siempre está
No habla en público y apenas se dejó ver pocas veces desde que Milei asumió como presidente, pero Massa sigue activo como siempre. El líder del Frente Renovador trabajó en los cierres de listas de la provincia de Buenos Aires y se involucró en el armado de todas las provincias. Jugó fichas propias por fuera de Fuerza Patria, como hizo con Natalia de la Sota, en Córdoba, y apoyó a los candidatos del peronismo en diferentes distritos, con recursos de todo tipo.
Hasta Juan Grabois le agradeció el respaldo el jueves, en el acto de cierre, en San Martín. “Sergio Tomás, con el que me peleo un poco cada tanto, me ayudó muchísimo en la campaña”, dijo. Kicillof también le había agradecido antes de la elección bonaerense, al punto de hacerlo emocionar hasta las lágrimas.
Quienes frecuentan al exministro de Economía aseguran que nunca abandona su sueño de ser presidente y en el Frente Renovador imaginan que tendrá una nueva chance en 2027. “Sergio siempre lo va a intentar”, dice un dirigente que lo conoce hace décadas. Algunos, sin embargo, le susurran otros planes: lo impulsan como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Massa, por ahora, “no quiere saber nada” del tema.
El tigrense se mantuvo este tiempo cerca de Kicillof y en línea con Cristina, con quien cruzó análisis y datos electorales. Ofició como un puente en el diálogo roto entre los dos sectores. Massa hablará este domingo en el búnker de Fuerza Patria, en La Plata. Espera que el clima sea más plural y menos kicillofista que el de septiembre, cuando la hinchada local cantó por “Axel presidente”. Cayó mal en todos los sectores.
Con el aval de CFK
Como Kicillof y Massa, Primero La Patria también piensa en 2027. El espacio se lanzó a fines de mayo de este año con la bendición de Cristina, con el objetivo de mostrar la confluencia de distintas líneas del peronismo para “darle complementariedad” al dispositivo que ya rodeaba a la expresidenta. Busca mostrar un cristinismo de fronteras ampliadas y posicionar candidatos propios.
Está integrado por dirigentes que tuvieron muchas diferencias con la exmandataria, como los exgobernadores Sergio Uñac (San Juan) y Juan Manuel Urtubey (Salta), el exsenador jujeño Guillermo Snopek y otros más cercanos como Nicolás Trotta, la camporista Gabriela Estevez, Carlos Castagneto y José Glinski. Trotta trabaja codo a codo con el camporista Rodrigo “Rodra” Rodríguez.
Según pudo saber Letra P, el espacio ya levantó la mano para impulsar al exgobernador Uñac como candidato a presidente 2027 y al intendente de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini, para la gobernación. En la lista de los presidenciables también se anota Urtubey.
Tanto Uñac como Urtubey buscaron diferenciarse de Cristina a partir de diciembre de 2015 e intentaron armar opciones peronistas por fuera del kirchnerismo. Los dos se reencontraron con la expresidenta el último año.
En Primero la Patria cuentan que, a partir de diciembre, contarán con cerca de 15 bancas en la Cámara de Diputados y dos o tres en el Senado. Dicen que el número se hará valer en las negociaciones internas. Cristina los levantará en su disputa con Kicillof, en la que podría volver a anotarse Wado de Pedro. El candidato a diputado Sergio Palazzo, líder de La Bancaria, lo animó en la recorrida bonaerense en su ciudad, Mercedes, durante la campaña: presagió que "Wado va a ser un gran presidente".
La paz del 26 y después
Una mesa política integrada por el kicillofismo, el cristinismo y el massismo trabaja desde hace un mes para ordenar el último tramo de la campaña y el mismo domingo electoral. Del grupo participan Massa, los intendentes Mariano Cascallares y Federico Otermin, Jorge Taiana, Castagneto, Rodra Rodríguez, el ministro Gabriel Katopodis y equipos de comunicación.
En conjunto, piensan cómo mostrar una postal "compacta" el domingo en el búnker de La Plata. Planifican una noche plural, con discursos de Taiana, Kicillof, Massa y, posiblemente, Máximo Kirchner. Cristina enviará un audio. La interna está controlada, pero más viva que nunca.
El día después se abrirá un mundo de posibilidades. Cuando este año el Congreso aprobó la suspensión de las PASO para 2025, se cuidó especialmente que no se eliminaran para siempre. Así lo pensaron Massa y Cristina, que ya tenían en el horizonte la posible interna de 2027, donde se anotan los candidatos mencionados, a los que se suman otros aspirantes, como el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, y Grabois.
Más allá de las disputas, hay algunos puntos de acuerdo entre todos los sectores. Salvo que haya una sorpresa, el domingo, el eje del relato estará puesto en la cantidad de bancas que Fuerza Patria tendrá en el Congreso para frenar a Milei. Dicen que, esta vez, nadie sacará los pies del plato. "Nuestro bloque va a votar todo homogéneo contra Milei, eso ya está acordado", jura un candidato. Es lo único que no está en duda para el peronismo que, otra vez se ilusiona con resurgir de las cenizas.























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