El G8 de Axel Kicillof: las espadas legislativas en una tropa oficialista loteada

El G8 de Axel Kicillof: las espadas legislativas en una tropa oficialista loteada

El gobernador construye kicillofismo con propios y prestados que se hacen lugar entre las otras tribus de UP: La cámpora, el massismo, el Evita y los líberos.

Por Juan Rubinacci

Con la admisión de Rusia en 2002, se terminó de constituir el Grupo de los ocho, un foro compuesto por los países con las economías más industrializadas del mundo. En 1989, la misma denominación fue adoptada por ocho diputados que dejaron el justicialismo para formar un bloque independiente en el Congreso. En 2011, un grupo de intendentes peronistas del Gran Buenos Aires formaron un espacio con el mismo nombre para mostrar sus diferencias con el kirchnerismo. A dos meses de conformada la nueva Legislatura bonaerense, Axel Kicillof busca hacerse fuerte en ese plano con su propio G8 en Diputados, una tropa que le reporta directa o indirectamente, en el centro de un bloque oficialista amplio que está loteado entre sus diferentes tribus.

 

A la fuerte influencia del presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, en el armado de listas para las elecciones del año pasado, que se tradujo en un bloque de Unión por la Patria liderado en –casi- las ocho secciones electorales por referentes de La Cámpora, se suma el nada despreciable pelotón massista que anota a varios legisladores con unas cuantas temporadas en la Legislatura; una representante del Movimiento Evita y un puñado de jugadores libres, sin una terminal netamente definida. Entre ellos, Kicillof se hace lugar con ocho embajadores del Ejecutivo en el parlamento bonaerense que comienzan a construir kicillofismo.

Tal vez el caso más conocido es el de Carlos Moreno, Cuto, el histórico dirigente peronista compañero de militancia de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner que fuera diputado nacional entre 2005 y 2013 y que, desde 2017, representa a la Sexta sección en la Cámara de Diputados. Es dueño de una de las vicepresidencias de la Cámara baja y es el hombre de confianza del gobernador. Otro veterano kicillofista es Ricardo Rolleri, de una extensa trayectoria como concejal de La Matanza que llegó a Diputados en 2021 con la venia del intendente de ese distrito, Fernando Espinoza, uno de los alcaldes más cercanos a Kicillof.

 

 

A ellos se suma el nicoleño Naldo Brunelli, exsecretario de los metalúrgicos que llegó a la política en los '90 de la mano del entonces gobernador Eduardo Duhalde. Fue diputado nacional y, desde 2021, representa a la Segunda sección electoral en la Legislatura. También se anota en esas filas Liliana Pintos, otra matancera que fue funcionaria en ese municipio en las gestiones de Alberto Balestrini, Espinoza y Verónica Magario, que ingresó a la Cámara baja en reemplazo de Mariano Cascallares el año pasado.

Otra diputada kicillofista es Lucía Iañez, la platense electa en 2021 y quien fuera hasta ese momento funcionaria del Ministerio de Justicia que conducía Julio Alak, su jefe político y uno de los hombres de mayor confianza de Kicillof. En esta tribu firma Lucía Klug, la militante del Frente Patria Grande de Juan Grabois, oriunda de Exaltación de la Cruz, que asumió la banca en 2021 por la lista encabezada por Brunelli en la Segunda.

Dos mujeres más reportan a Kicillof: Susana González, la ensenadense referenciada en el intendente Mario Secco -otro de los intendentes que junto a Espinoza y Jorge Ferraresi conforman la Santa trinidad de alcaldes kicillofistas-; y Mariana Larroque, diputada bonaerense desde 2017, con trayectoria en el feminismo y hermana del ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque, funcionario del primer anillo del gobernador.

Kicillof no intervino en el cierre de listas del año pasado, en el que las diferentes expresiones peronistas acordaron nombres y ubicaciones en las nóminas. En aquel momento, la agrupación que conduce Kirchner se quedó con los lugares más importantes, seguida por los alfiles de Sergio Massa y el intendentismo que conducía Martín Insaurralde. Más libres, juegan el diputado de la Quinta sección Gustavo Pulti, exintendente de Mar del Plata que encabezó la boleta tras un acuerdo con la camporista Fernanda Raverta, y dueño de un sello vecinalista; Viviana Guzzo, la diputada de la Cuarta que se referencia en Cristina Álvarez Rodríguez, y Noelia Saavedra, de la Primera y miembro del Movimiento Evita, en línea con Kicillof.

Con ese panorama interno, el gobernador le tratará de imprimir una impronta ágil y eficiente a la Legislatura, lejos del letargo en el que cayó el año pasado con tan sólo un puñado de sesiones . Lo hará a través del presidente del cuerpo, Alejandro Dichiara, un hombre de sintonía fina con Kirchner, pero que tendrá la presión del trabajo que pretende Kicillof, en una Cámara que equilibró fuerzas en el reparto de autoridades, con representantes de casi todos los sectores en las vicepresidencias, y a la espera de que suceda lo propio en la conformación de las comisiones.

En el Senado, Kicillof cuenta con la histórica Teresa García, exministra de Gobierno de su gabinete y presidenta del bloque oficialista. García se sienta junto a Sergio Berni, el exministro de Seguridad de la provincia que dejó la cartera para asumir esa banca por la Segunda sección. Son las caras más visibles del kicillofismo en ese cuerpo, que suma 21 escaños entre todas las tribus peronistas.

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