Luego de otro resultado fiscal positivo en agosto, el Gobierno consiguió acumular un superávit del 1,3% del PBI. De esa forma, a cuatro meses de fin de año, logró llegar al nivel que le exige el FMI para la totalidad del 2025. Advierten que la recesión, especialmente si hay devaluación después de las elecciones, y las derrotas en el Congreso implican un riesgo para el equilibrio de las cuentas públicas