El atraso cambiario y la apertura a importaciones, en un contexto de reactivación económica, motorizó una suba desestacionalizada del 6% para las compras externas en 2025. Las exportaciones, en cambio, caen 8,3% pese a la devaluación y la baja de retenciones. El superávit fue de USD204 M en abril
Por Mariano Cuparo Ortiz
La devaluación del 9,1% que se registró en abril, sumada a la baja de las retenciones para el agro, no alcanzó a torcer la tendencia que se venía observando en el primer trimestre, y las exportaciones volvieron a caer un 5,7% mensual desestacionalizado, mientras que las importaciones, de la mano del atraso cambiario, el rebote de la economía y la apertura comercial, crecieron un 2,6%. El superávit comercial devengado fue de apenas USD204 millones y en lo que va del año se redujo un 79,6%. En lo que va del 2025 las exportaciones se redujeron un 8,3% desestacionalizado y las importaciones subieron un 6% desestacionalizado.
El Indec publicó este martes el informe del Intercambio Comercial Argentino (ICA) de abril, que muestra el base devengado de la balanza de bienes. Eso quiere decir que no da cuenta de los dólares efectivamente ingresados y salidos por exportaciones e importaciones, sino de las declaraciones juradas, dejando de lado posibles deudas comerciales. El BCRA completará la información a fin de mes cuando publique el base caja. En marzo, por caso, el ICA dio un positivo de USD623 M y el BCRA un rojo de USD456 M. Se supone que la cuenta bienes debería dar un positivo lo suficientemente grande como para compensar los rojos crónicos que dejan el turismo y los pagos de de intereses de la deuda. Como no viene alcanzando, en los últimos diez meses se registró un persitente negativo de la cuenta corriente cambiaria.
En abril las exportaciones crecieron solo un 2,3% interanual, mientras que las importaciones treparon un 37,3%. La reactivación económica, la apertura comercial impulsada por el Gobierno y el atraso cambiario que la salida del cepo en abril no ayudó a dejar del todo atrás explicaron esos números, que se ven un poco más claro en la serie libre de estacionalidad, que dejó en abril una suba del 2,6% mensual para las importaciones y un desplome del 5,7% para las exportaciones.
No son números aislados. En el primer trimestre ya traían esas direcciones que venían forzando una fuerte baja del saldo comercial. Las exportaciones, de hecho, cayeron 1,4% en enero; subieron 1,4% en febrero y cayeron 2,8% en marzo, acumulando una baja del 8,3%. Las importaciones, en cambio, crecieron un 2,4% en enero, un 9% en febrero, cedieron un 7,4% en marzo y volvieron a subir un 2,6% en abril, con un alza acumulado del 6%.
El director de Planificación Productiva de Fundar, Daniel Schteingart, dijo: “Las cantidades exportadas desestacionalizadas, que venían recuperándose en 2024, se pincharon en los últimos meses. Las cantidades importadas desestacionalizadas, por su parte, siguen firmes al alza. No parece sostenible la dinámica. A diferencia de las cantidades exportadas, que se pincharon en los últimos meses, las cantidades importadas están cerca de romper el récord histórico de principios de 2018”.
Y agregó: “Por un lado, las cantidades importadas de bienes de capital y bienes de consumo están en máximos históricos. La de bienes de capital se explica por recuperación de la inversión, en un contexto de apertura a las importaciones y dólar barato. La de bienes de consumo, por reactivación del consumo (también en un contexto de apertura y apreciación cambiaria). El importado viene ganando cuotas de mercado frente al nacional, lo que ayuda a entender por qué en el primer trimestre de 2025 la producción industrial total fue 10% menor que en 2023”.
Desde el Grupo SBS reseñaron: “En línea con lo que mostró el primer cuatrimestre de 2025, esperamos una marcada caída en el superávit comercial de este año respecto a 2024. Diversos factores llevarán a esta contracción. En primer lugar, la apreciación del tipo de cambio real contra el año pasado es notable. Esto, junto al rebote en actividad y salarios reales, viene impulsando importaciones devengadas. Además, menores precios de commodities agrícolas y energéticos contienen los flujos de entrada de dólares, aún con el incentivo que significó la rebaja temporal de retenciones al agro”.
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