«No vamos a imponer el impuesto a la herencia»

«No vamos a imponer el impuesto a la herencia»

Lo dijo el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés en un reportaje exclusivo al diario La Nación que se publica hoy lunes. Ratificando el anticipo de EL LIBERTADOR no se excluyó de la posibilidad de anotarse para hacer bailar su trompo en 2023 con los colores de la UCR nacional y dentro de la alianza Juntos por el Cambio, aunque no descartó que Mauricio Macri pueda volver a ser Presidente en un juego de cintura que apunta a no ser refractario a otras aspiraciones, aun las del PRO.

En los hechos, también Patricia Bullrich le disputa a Larreta y a Macri la candidatura mayor dentro del PRO, mientras en la UCR, con un Gerardo Morales fuertemente devaluado y un Lousteau sin resto, quedan en carrera Facundo Manes y el propio Valdés con Coty Nosiglia que, tras bambalinas, sigue siendo el poder oculto en el Partido de Alem.

El misionero no descarta al Gobernador de Corrientes para la etapa que se viene. Lo considera un punta de lanza en sintonía con los tiempos, y reserva a Lousteau para consolidar el poder territorial en la Ciudad Autónoma. La caída de Vidal deja al delfín de Coty en carrera, a Jorge Macri y a la propia Bullrich, cuyo nivel de instalación comienza a sorprender. Otra revelación de alto impacto fue la confirmación de que Corrientes descarta la reelección de Gobernador estimando que dos periodos son suficientes. Valdés terminó por confirmar que ha pasado a jugar en primera A, agotando su juego en la escena politica provincial donde se abre un abanico de postulantes a la sucesión, aunque de hecho se circunscribe a dos opciones claramente definidas.

Gustavo Valdés ofrece una receta para blindar la unidad y aplacar las tensiones que agitan a Juntos por el Cambio desde que la coalición se alzó con una victoria en las urnas: pide domar los egos para «compartir liderazgos» y consensuar en «armonía» un plan de gobierno con una mirada pragmática, con el objetivo de cambiar el rumbo del país a partir de 2023. Aliado de Gerardo Morales, flamante jefe de la UCR, el Gobernador de Corrientes es una de las nuevas figuras del resurgimiento radical: fue reelecto en su distrito con más del 70 por ciento de los votos y sus correligionarios lo anotan en la carrera por la presidencia. Valdés, de 53 años, prefiere ser cauto, pero no lo descarta.

Pese a la reciente pelea facciosa del radicalismo, Valdés dice que la UCR está siendo revalorizada «como un partido capaz de gobernar». Elogia a Morales y desliza críticas a Martín Lousteau, rival del jujeño en la interna partidaria. También se anima a opinar sobre la pugna por el liderazgo del PRO. Dice que Horacio Rodríguez Larreta no corre con ventaja frente a sus contrincantes internos y remarca: «Mauricio Macri todavía tiene chances de volver a ser presidente en 2023».

Hace unos días, usted dijo que en la UCR había peleas por «carguitos» y pidió responsabilidad, ¿atribuye las internas en JxC a una crisis de crecimiento o a las falencias de la conducción?

-Hace mucho tiempo que la UCR no crecía tanto y de golpe. Y había que resolver de alguna forma quién iba a conducir y administrar ese crecimiento. Es decir, reconocer quién tiene más posibilidades o poder interno. Yo decía que para lograrlo había que reducir los egos. Eso se fue logrando: vamos a tener una conducción en el partido y, ojalá, podamos tener una integración y mayor disciplina en el bloque para tener a todos los diputados juntos y podamos mostrar un radicalismo unido de cara a 2023. Había que dialogar y consensuar.

En plena crisis de la UCR, el politólogo Andrés Malmud dijo: «El radicalismo olfatea el poder y corre para el otro lado». ¿Qué opina?

-No coincido para nada. El radicalismo está recobrando la vocación de poder. De alguna forma nos cansamos de perder a nivel nacional y, ahora, tenemos que recobrar esa vocación de estar juntos, para mostrar a la sociedad que podemos construir una alternativa de poder. Y lo estamos logrando: hay que fijarse lo que pasa en Jujuy, Mendoza o Corrientes o en otras provincias donde el radicalismo encabezó las listas y ganó. No es que no queremos… Había que resolver el tema de la conducción nacional y lo hemos hecho.

Unificaron la conducción, pero el bloque sigue fracturado. ¿Comprende el argumento de Lousteau o no? El Senador pide exhibir en el Congreso a las nuevas figuras que pueden pelear por la gobernación o intendencias en 2023.

-Había que entender a todos. Primero, el triunfo del radicalismo no se dio en la Capital. Si bien participamos en la lista (de María Eugenia Vidal), no encabezamos ninguna de las nóminas en la Ciudad. Es importante que el radicalismo de la provincia de Buenos Aires haya vuelto a cobrar volumen con Facundo Manes o Maximiliano Abad. Y está claro que el radicalismo también tiene fuerza en la Capital, en Córdoba o en Mendoza. Conjugar todo eso es complicado y complejo.

Hay que comprender que para generar esto no tenemos que tener divisiones internas y estar juntos. Nosotros fuimos a la mesa de negociación y vimos cómo podíamos compartir liderazgos, algo que nos permite que estemos dialogando permanentemente. Eso es positivo.

¿La discusión pública entre Morales y Lousteau los desperfiló en su cruzada por disputarle el liderazgo de JxC a PRO?

-El límite terminó siendo la ruptura del bloque. Por supuesto, que las discusiones fuertes y la ruptura del bloque no son un buen camino. El votante de JxC nos pidió que estemos juntos, porque quieren un proyecto de país distinto.

¿Sigue pensando que la pelea entre Morales y Lousteau fue «un papelón»?

-Fue muy mala, pero el papelón mayor es la ruptura del bloque. Eso termina desencantando a nuestro votante. Lo racional es que estemos juntos y que haya una conducción. Y entender que el que tiene más votos es el que debe conducir el bloque. Si no aceptás las reglas de juego, no tenés que estar en ese espacio político.

¿Mario Negri debía seguir al frente de la bancada o tenía que correrse por perder la interna en Córdoba?

-Negri viene reuniendo el apoyo desde hace mucho tiempo, pero antes no lo tenía. Estaba dentro del bloque y respetaba esa regla, porque no había conseguido el número. A mí me hubiese gustado ser presidente del bloque de diputados nacionales, pero no pude obtener los votos. Y acompañé al que los consiguió. Funciona así.

¿Por qué cree que forzaron la ruptura del bloque?

-Egos.

¿De quién?

-Hay que quererle mucho al radicalismo para entender que cuando el otro consigue los votos vos tenés que reducir tu ego y acompañar al que ganó.

¿Considera que Lousteau debe bajar el ego?

-No. Lousteau está en el bloque de senadores.

Pero Lousteau lidera Evolución Radical, el espacio de Emiliano Yacobitti y Rodrigo de Loredo.

-No, pero todos tenemos que bajar un poco el ego para construir esa alternativa (en 2023), desde Yacobitti, De Loredo hasta Valdés (por él) y Morales. No es que yo diga: «Fulano tiene el ego…». Todos tenemos que contribuir para la construcción del radicalismo exitoso que viene. Es una responsabilidad de todos.

¿Teme que estas internas le generen un desgaste a la coalición? ¿Pueden pagar un costo electoral?

-En la última reunión de JxC tuvimos una muy buena charla, como hace rato no ocurría, para reestructurar la coalición hacia adelante. Nos estamos preparando para mostrar nuestro proyecto político a la sociedad. Vamos a tener una sede común y a tratar de consensuar con economistas, técnicos y profesionales para la construcción de ese proyecto. Ese el camino.

¿Las internas pueden generar un desgaste o no?

-Bueno, esto le pone un corset a ese desgaste. Lo que no se puede hacer es tener prepotencia. La gente nos pide que estemos juntos. Y nosotros vamos a estar juntos.

¿A JxC le cuesta hacer valer el triunfo electoral? El Congreso está más equilibrado, sin embargo, el oficialismo logró imponerse con Bienes Personales.

-En el Senado, el oficialismo no tiene quórum propio, pero con sus aliados tiene más votos que JxC. No es que no podemos administrar el crecimiento en las cámaras, sino que no tenemos por sí solos el número para poder conducir. Apostamos a tener la Presidencia y la conducción del Senado y de la Cámara de Diputados para poder gobernar la Argentina. Cuando Macri ganó en 2015, fue uno de los presidentes más débiles, porque no tenía número suficiente en ambas cámaras.

¿Está satisfecho con el hecho de que el Gobierno no haya tenido presupuesto o habría que haber actuado con racionalidad, como dijo Morales?

-Tendría que haber habido más diálogo, tanto en el Gobierno como en JxC. El presupuesto era horrible. A nosotros nos recortaba mucho en obra pública y no explicaba de dónde iba a venir el financiamiento del déficit. Más allá de eso, el proyecto debió haber vuelto a comisión, para darle unos retoques y ser corregido. Así, el oficialismo hubiera podido tener un presupuesto. Es lo que pedimos para un país racional. Yo hubiese preferido tener un presupuesto más negociado y equilibrado, pero también el oficialismo se dio cuenta de que no tiene el número y que no puede hacer cualquier cosa en Diputados. Ese es el lado positivo.

¿Lamenta que la UCR haya acompañado la flexibilización de las reelecciones indefinidas en Buenos Aires?

-Eso lo tiene que definir la provincia de Buenos Aires. Es difícil entender políticamente a ese distrito, que tiene sus propias normas y reglas. Entonces, eso lo dejo reservado a los dirigentes de provincia. Yo creo que una persona deber tener dos períodos en el cargo, no más de 8 años. Ese es el sistema democrático que tenemos en Corrientes y en la mayoría de las provincias.

¿Está conforme con la nueva conformación de la mesa nacional de JxC o no es representativa de la nueva configuración del espacio? ¿Falta federalismo?

-Sin duda se puede hacer más chica, con un ala más política y otra ejecutiva, pero necesitamos coordinar en algún esquema y en un espacio. Me gustó la integración y fue positivo para mí haber podido llevar la voz del interior a la mesa nacional de JxC.

¿La oposición necesita un líder para mantenerse unida?

-No tenemos un liderazgo marcado, pero necesitamos un presidente. Seguramente, el próximo presidente va a tener un liderazgo importante en JxC. En una coalición es difícil tener un solo liderazgo cuando hay varios partidos que la integran. Necesitamos tener armonía y un diálogo permanente respecto de los temas.

¿Qué mantiene unida a JxC: sólo el rechazo al kirchnerismo o hay un proyecto de país común?

-Hoy tenemos una vocación de estar juntos y seguir incorporando a sectores de la sociedad. Es fundamental que sigamos convocando a ese peronismo federal, que realmente comparte nuestra visión de la Argentina, como el espacio que encabeza Miguel Pichetto. Así vamos a conformar una fuerza lo suficientemente grande para poder construir una Argentina del encuentro. Para producir cambios hay que tener mayorías claras. Y somos los responsables de construirlas.

¿Juan Schiaretti es uno de los peronistas que podrían incorporar?

-Es un peronista federal y republicano. Depende de Schiaretti y del peronismo de Córdoba, pero nosotros tenemos que sumar a la mayoría de los que se quieran incorporar.

¿JXC es una coalición de derecha, como propone Macri, o de centro?

-Hay elementos que son de derecha y otros, de centro izquierda. Tenemos liderazgos de distinta naturaleza y eso enriquece al espacio. Lo que nos va a mantener unidos es escribir estos programas para definir qué vamos a hacer cuando estemos en el Gobierno. Necesitamos discutir sobre esos puntos para saber cómo podemos salir adelante. Los chinos dicen: «no importa si el gato es blanco o negro, lo importante es que cace el ratón». Debemos hacer esa construcción. Una vez escuché comentar a «Pepe» Mujica que «el hambre no tiene derecha ni tiene izquierda». Eso tenemos que resolver. Hay que ser más pragmático.

¿Se siente más cerca de la visión de país de Macri o de Larreta?

-No, me siento cerca de la visión de la UCR o de la que tiene Morales o de la que tenía Raúl Alfonsín en su tiempo. Tenemos una formación humanista y hacemos política por el ciudadano. Por supuesto que la economía es fundamental, pero hacemos política para que el ciudadano se pueda sentir contenido en un esquema político.

¿Esa concepción implica un Estado presente?

-Sin dudas. Hay puntos de vista en los que no coincidimos, otros que sí. Entonces, tenemos que ver cómo administramos eso. Pero, por ejemplo, un peronista tradicional no tiene la misma mirada que un kirchnerista. Eso mismo está pasando en JxC. Tenemos que convivir y construir la alternativa de futuro.

¿Morales tiene un estilo de construcción política similar al de un peronista?

-No. Morales es radical, como Lousteau, Alfredo Cornejo, Negri o Facundo Manes. Tenemos una oportunidad porque la gente está revalorizando al radicalismo como un partido capaz de gobernar.

¿La UCR debe encolumnarse detrás de un solo candidato?

-Van a surgir varios postulantes y tenemos que ver cuál es el mejor candidato a presidente que va a llevar el radicalismo para ganar la elección. Se verá en el camino.

¿Usted aspira a ser candidato a presidente y competir con un candidato PRO, como Larreta?

-Falta mucho tiempo todavía. Yo acabo de asumir como gobernador.

¿Larreta corre con ventaja debido a la maquinaria electoral y la caja de la Ciudad?

-No hay ventaja en la política. Uno tiene que mostrarse, trabajar y caminar.

¿Coincide con Morales que Larreta busca dividir al radicalismo?

-Cada uno es responsable de su partido y de su destino.

¿Le molesta que Lousteau se arrogue la renovación y la vocación por gestionar cuando usted fue reelecto por amplio margen?

-No me molesta, pero hoy no es tan así. Tal vez, Lousteau lo diga como un modo de captar adhesiones. Si todos tratamos de crecer, vamos a tener más poder y fuerza.

¿Le hace ruido la alianza entre Lousteau y Larreta en la Ciudad?

-No. Me parece que se cubren las espaldas entre ellos. Es lo que pasa en Corrientes, cuando construimos poder, nos cubrimos las espaldas. Es importante que haya consolidación del espacio de conducción.

¿Larreta y Lousteau juegan en tándem?

-Es que están juntos, ¿no? Comparten espacio en el Gobierno de la Ciudad. Y está bien que se cuide ese espacio de poder.

¿Lo ve a Macri revalorizado después de la elección?

-Macri todavía tiene chances volver a ser el presidente. Tendrá que definir él si quiere ser candidato o no y ver sus posibilidades, pero es uno de los nombres fuertes de JxC.

¿No lo descarta como candidato a presidente en 2023?

-No, para nada.

¿Por qué acompañó la firma del Consenso Fiscal? ¿No habrá aumentos de impuestos con ese acuerdo?

-En Corrientes tenemos la misma estructura impositiva hace diez años. Somos de las provincias con menor presión fiscal de la República Argentina. Y no vamos a modificar nuestra estructura expositiva ni acompañar el impuesto a la herencia.

Acompañamos el Consenso Fiscal porque coincidimos con las normas que nos estaban proyectando. Tenemos que tener una unificación fiscal en la Argentina y estamos muy por debajo de esos topes que se están imponiendo en el consenso fiscal. Firmamos en el 2015 y también lo hicimos ahora. Pero garantizamos compensación por Obras Públicas. Por lo tanto, esto fue ventajoso para la provincia de Corrientes y, además, implica una mirada responsable al sistema impositivo en general.

Si el Gobierno arregla con el FMI, ¿JxC debe acompañar?

-Vamos a ver cuál es la postura del fondo y qué es lo que va a dar conocer el Gobierno. En base a lo que nos presenten, miraremos en qué consiste este acuerdo y ahí podremos tener una opinión. Hay que acompañar la reestructuración y ojalá al Gobierno le vaya lo mejor posible.

¿Le llamó la atención la denuncia de la AFI contra el gobierno de María Eugenia Vidal?

-Cuando hablamos de inteligencia, no se sabe dónde termina.

¿Lo ve como un pase de facturas?

-No vi ningún Gobierno que haya renunciado a la inteligencia. Es más, el Congreso debería controlar más el sistema de inteligencia argentino. Le cambiaron el nombre (a la exSide), pero seguimos igual.

¿Macri y Vidal deben dar explicaciones?

-Tiene que ver con maniobras de inteligencia, golpes de efecto. Cuando uno va por el buen camino, no tiene que mirar para el costado. Me parece que son maniobras políticas. No hay que hacerle caso a este tipo de cosas.

BIEN PLANTADO.

El Gobernador de Corrientes ya no tiene reparos para mostrar las cartas y revelar sus aspiraciones. Está dispuesto a jugar en la cancha grande de la política nacional y hasta donde dé. EL LIBERTADOR lo anticipó hace tres meses, como también anticipó que había que mirar con atención al ministro del Interior, Wado de Pedro quien aparece como «el tapado» para la candidatura mayor del peronismo en 2023 con mayores posibilidades que cualquier otro de los hasta ahora anotados. Con todo hay que esperar que 2022 acomode los tantos en ambas alianzas, cada una con sus propias contradicciones.

En una clara señal a la iniciativa privada, Valdés confirmó que no habrá aumento de impuestos y que hay que descartar que la Provincia implante el impuesto a la herencia que sí podrían hacerlo otras jurisdicciones. Importa recordar que en Misiones el sistema tributario triplica en las alícuotas a la Provincia de Corrientes, con aduanas interiores que quitan incentivo a la inversión y justifican el florecimiento de Gobernador Virasoro y la mirada puesta sobre Ituzaingó. A partir de junio, Carlos Rovira volverá a controlar la Entidad Binacional Yacyretá. No se descarta la vuelta del arquitecto Thomas, artífice del crecimiento exponencial de la ciudad de Posadas.

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