Hagamos un pequeño test. El juego consiste en adivinar qué imputado/a en una causa de corrupción a quien se le dictó prisión preventiva hizo el siguiente planteo para objetarla: por empezar, dijo que la decisión estaba basada en “afirmaciones dogmáticas, genéricas y abstractas, sin justificar la existencia concreta de riesgos procesales”; que “implica una afectación al principio de inocencia, en la medida que establece un principio, absolutamente irrazonable, según el cual se debe encarcelar a todas las personas que ocupen cargos públicos y que resulten investigados por hechos cometidos durante funciones ejecutivas”; que los jueces “deberían decir por qué puedo profugarme o qué evidencia existe que pueda alterar el curso de la investigación”.