Máximo relegó a los intendentes en un acto en el que se leyeron cartas de Boudou y De Vido

Máximo relegó a los intendentes en un acto en el que se leyeron cartas de Boudou y De Vido

En Ensenada, el hijo de la ex presidenta cerró un plenario de la militancia y cuestionó al gobierno.

 

El kirchnerismo duro revivió su poder de movilización en un plenario de Ensenada que cerró con un extenso discurso de Máximo Kirchner. El hijo de la ex presidenta evitó cualquier tipo de convocatoria a la oposición peronista de cara a 2019, apuntó sus críticas al gobierno de Mauricio Macri y reflotó su vieja pelea con los medios de comunicación.

 

El acto en Ensenada tuvo componentes del kirchnerismo más tradicional: una banda de rock que rememoró los clásicos de los Redondos, Luis D'Elía y Gabriel Mariotto en las gradas, y cartas de Julio De Vido y Amado Boudou desde los pabellones de Ezeiza.

 

Máximo Kirchner apostó a un discurso extenso (casi una hora) en donde apeló a datos duros de la economía de los últimos dos años. El tema ausente de su oratoria fueron los cuadernos de Oscar Centeno, el chofer de Roberto Baratta, que destaparon el entramado de coimas a través de la obra pública.

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"(A Macri) no le va a alcanzar con perseguirnos. El Emperador (en referencia al Presidente) dice algo y ahí sale corriendo el partido judicial con jueces que tuvieron más de 70 causas y pedidos de juicio político. Que nunca inauguraron nada, que nunca resolvieron nada. Pero que para mantenerse, obedecen al Presidente. Entonces quieren poner a Cristina a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, como el las viejas épocas", dijo el diputado.

 

Aunque allí estaban los intendentes del PJ, detrás del único orador del acto sólo hubo lugar para la militancia de Unidad Ciudadana. Desconocidos para la mayoría, pero claves en el armado que Cristina Kirchner propuso en 2017, ellos -en su mayoría jóvenes- ocuparon el lugar central detrás del hijo de la ex presidenta.

 

A los costados viejos referentes del kirchnerismo: Carlos Zanini, Oscar Parrilli, Carlos Tomada, Diana Conti, Jorge Taiana, Nilda Garré y Martín Sabbatella. También líderes de La Cámpora -que coparon los plenarios durante la tarde- como Andrés Larroque, Juan Cabandié, Wado De Pedro y Mariano Recalde.

 

Lo llamativo fue el lugar que destinaron a los intendentes del PJ, que el ayer habían confirmado su participación como muestra de apoyo en medio del escándalo de los 'cuadernos de la corrupción' que genera preocupación en el círculo íntimo de Cristina. Fernando Gray (Esteban Echeverría), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Ariel Sujarchuk (Escobar), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Juan Zabaleta (Hurlingham) participaron del acto a un costado y en ningún momento fueron mencionados ni por los presentadores, ni por Máximo Kirchner.

 

Desde el mediodía al centro de Ensenada, un enclave petrolero que dio nacimiento al peronismo, comenzaron a llegar micros con militantes desde varios puntos de la provincia. Se organizaron 14 comisiones de trabajo que funcionaron repartidas en diferentes puntos de la ciudad (un esquema que pregona Larroque como organización del camporismo). De allí surgió otro dato que demarca el esquema del armado kirchnerista de cara al futuro: todos los plenarios estuvieron encabezados por la primera línea de La Cámpora. 

 

Máximo encabeza un acto para instalar su candidatura a diputado por la Provincia

El polideportivo donde en 2009 Néstor Kirchner lanzaba las primeras críticas a Clarín se alzaba como el lugar para el discurso de cierre, esta vez a cargo de Máximo. Durante toda la tarde hubo bandas de cumbia y cánticos contra el gobierno: "Che gorila, no te lo decimos más, si la tocan a Cristina que quilombo se va a armar". También hubo merchandising kirchnerista, banderas de La Cámpora, Kolina y Nuevo Encuentro. Y una variable nueva para actos peronistas: modernos foodtrucks que reemplazaron a los viejos puestos de choripan.

 

"Este modelo económico está agotado y solo va a cerrar con represión", proclamó, y asoció esa situación con el reciente decreto de Mauricio Macri de "reorganización" de las Fuerzas Armandas. "Por eso el señor Presidente tiene la brillante idea de disponer que las Fuerzas Armadas actúen en seguridad interior. Desde acá hay que pedirle a los hermanos y hermanas que trabajan en las fuerzas de seguridad que no vayan contra su propio pueblo", cerró.

 

Máximo Kirchner se enfocó en desentramar las políticas económicas del gobierno. "El viernes en la Argentina se perdieron reservas por 18.000 millones de pesos. Son dos presupuestos y medio de La Matanza en un día. Y nadie dice nada", señaló.

 

Allí cometió un desliz incómodo. Cuando mencionó La Matanza buscó entre los presentes a Fernando Espinoza a quien mencionó como "el intendente". Un error grave en tiempos de luchas de género, toda vez que quien dirige los destinos del distrito más grande del Conurbano es Verónica Magario.

 

Luis D'Elía y Gustavo López.

Maximo leyó varios fragmentos de libro 'Economistas contra la democracia' de Jacques Sapir (un experto en economía rusa) que asegura que los mismos que fueron protagonistas de la crisis de 2001 en Argentina volverán en el futuro. Allí el diputado recordó al ex director del Banco Central, Federico Sturzenegger. "En un mes perdió 20.000 millones de dólares, sin embargo andará por ahí diciendo cómo deben hacerse las cosas", dijo.

 

También apeló a algunos papers para blandir datos duros. Dijo que el presupuesto en seguridad de la provincia de Buenos Aires es de 60.000 millones y el de CABA 34.000 millones. "¿Dónde está la diferencia?", se preguntó y argumentó que en función de la cantidad de población la provincia puede destinar 3.501 pesos por habitante mientras que la administración porteña cuenta con 11.289 por habitante. Allí cuestionó la decisión de Macri de aumentarle la coparticipación a la ciudad.

 

"Hasta los helechos tienen luz en la 9 de Julio, pero cuando uno se sumerge en el Conurbano falta todo. Hay millones de argentinos que la están pasando mal", dijo.

 

Durante toda la jornada sobrevolaron rumores sobre la posibilidad de que Cristina participara del plenario. El intendente local, Mario Secco, se había ocupado de hacer rodar algunos trascendidos por la mañana. Durante las comisiones algunos militantes decían tener la posta: "Cristina viene", aseguraban. Sin embargo, nada de eso ocurrió y fue Máximo el encargado de cerrar el plenario.

 

El hijo de la ex presidenta también se ocupó de fustigar en varios tramos de su discurso a los medios de comunicación, especialmente al Grupo Clarín. "A los medios no les interesa nada, no le interesa ni la muerte de un policía, ni la de un vecino, ni la de nadie. Cuando van a negociar con lo que tienen el poder, lo que le dicen es que la inseguridad puede ir en la página 44 si me das Telecom, o en la página 1 si no me das Telecom. Así negocian la sangre de los argentinos", aseguró.

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