CFK y Mauricio Macri miran la inflación para definir sus jugadas políticas

CFK y Mauricio Macri miran la inflación para definir sus jugadas políticas

Coinciden en que el repunte de precios complica las chances electorales del Gobierno. Economía, en campaña. Ella ya dijo que será candidata, ¿y él?

 

Por Gabriela Pepe

“¿Cincuenta por ciento de aumento? ¡Me jodés! No pueden subir así los precios por un 10% de aumento del dólar. ¿Y cómo va la venta? Todos me tiran un panorama terrible". De recorrida por la Ciudad de Buenos Aires, unos pocos segundos de conversación con comerciantes le bastaron a Mauricio Macri para avisarle a Javier Milei que, aunque elogie las decisiones macro, disparará durante toda la campaña con los problemas del plan económico que golpean directamente a la población: la recesión y el rebrote de la inflación.

Macri piensa que la euforia del Gobierno en la comunicación del levantamiento del cepo y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) durará poco tiempo. El fundador del PRO cree que la incipiente escalada de precios terminará por detonar el malhumor social y redirigirlo hacia la Casa Rosada. Por eso, pide calma a los propios que apuran el acuerdo con sus pares libertarios. Todavía, el escenario está abierto.

Las elecciones de Santa Fe, el domingo pasado, dejaron un termómetro. Con el sello de La Libertad Avanza, el diputado Nicolás Mayoraz sacó apenas el 14% de los votos como candidato a convencional constituyente. Una señal de que la marca sola no alcanza, a contramano de lo que pregonaba el triángulo de hierro.

Los demás espacios tampoco están para tirar manteca al techo. Ninguno alcanzó sus expectativas, aunque Macri aprovechó para colgarse del triunfo de Maximiliano Pullaro. El macrismo lo vio como un buen augurio para la Ciudad, donde el Gobierno juega una carta crucial con la candidatura de Manuel Adorni. En ese caso, no se trata solo de la marca: el vocero es un hombre clave del mileísmo.

La elección porteña del 18 de mayo será apenas cuatro días después de que se conozca el índice de inflación de abril, que estará por encima del ya flamígero 3,7% de marzo. La mayoría de las consultoras proyecta entre 4,5 y 5%, con las paritarias congeladas. Un combo que alimenta el creciente malhumor social.

Por eso, como su primo, Jorge Macri también salió con todo contra el plan económico. “Ojo con la clase media, la guita alcanza menos”, dijo. Entre las encuestas que maneja el jefe de Gobierno, una ubica a los libertarios terceros en la elección. El PRO especula con que la discusión entre el expresidente y los Milei, hoy dominada por la Casa Rosada, se reconfigure a su favor a partir de ese resultado en la Ciudad. El partido amarillo le prende una vela a los puntos de Ramiro Marra.

El peronismo también mira con cierto optimismo la elección porteña. Su candidato, Leandro Santoro, va primero en todos los sondeos. “El 18 de mayo dejan de ser el gobierno del 56%”, dice un intendente de Unión por la Patria de peso en el conurbano. Al PRO no le disgusta la idea. Para Macri, lo importante es que no gane Adorni.

¿La Libertad Avanza?

El expresidente se puso la campaña porteña al nombro y salió de gira junto a su candidata, Silvia Lospennato. Quiere reflotar la memoria emotiva de la marca PRO en su bastión. A veces, encuentra que quienes lloran penurias económicas le piden que acompañe a Milei. “No se deja ayudar”, respondió este miércoles en Villa Pueyrredón en el video que difundió el PRO para que quede claro que la culpa de la falta de acuerdo entre los espacios es del Presidente.

El diálogo entre el PRO y LLA está congelado. Los Milei quieren negociar las incorporaciones de dirigentes del PRO con Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro en la provincia de Buenos Aires. Pero, de manera explícita, dicen que quieren afuera de las conversaciones tanto a Jorge como a Mauricio Macri. Es complicado. El expresidente volvió a decir esta semana que “no hay ningún acuerdo” y mandó al titular del PRO provincial a enfriar cualquier diálogo. ¿Quién necesita a quién?

Javier Milei y Karina Milei recibieron a Diego Santilli y a Cristian Ritondo en la Casa Rosada.

Las definiciones se patearán para después del 18 de mayo, cuando se sepa cuánto mide realmente LLA. En 2023, Milei obtuvo el 19,9% en las PASO de la Ciudad. Después, ganó el ballotage con el 57,24%. El resultado porteño también servirá para saber si el expresidente será candidato a senador nacional. Como dijo públicamente, no tiene ninguna voluntad, pero su entorno lo presiona porque es quien garantiza el mejor resultado para su espacio. La alternativa que baraja el PRO es María Eugenia Vidal.

CFK candidata

Como Macri en su bastión porteño, Cristina Fernández de Kirchner juega su partido del otro lado de la General Paz. Según sus colaboradores más estrechos, está decidida a ser candidata por la Tercera sección electoral, tal como hizo trascender en plena tensión con Axel Kicillof por el desdoblamiento de los comicios locales.

“Hay que jugar muy fuerte. Tenemos una elección complicada”, dicen en el cristinismo para explicar la presencia de la expresidenta en las listas locales. La decisión había trascendido hace un par de semanas como una amenaza dirigida a Kicillof para evitar que avanzara en el desdoblamiento en contra de la voluntad de CFK.

La expresidenta sorprendió a primera hora del lunes pasado con el tuit en el que anunció que había dado instrucciones a los jefes de los bloques peronistas en el Senado y en la Cámara de Diputados bonaerenses, Teresa García y Facundo Tignanelli, respectivamente, para que desistieran del proyecto de concurrencia de las elecciones.

El anuncio descomprimió la tensión de la interna peronista, pero dejó algunas especulaciones negativas sobre los motivos que la llevaron a deponer las armas. ¿Por qué cedió? Los más prácticos hacen cuentas y aseguran que, en realidad, al cristinismo no le daban los números para aprobar la concurrencia electoral en la Legislatura. Dicen, incluso, que alguien le vendió gato por liebre a Cristina y le prometió un golpe imposible.

Fue fundamental, en ese tránsito, el rol de los bloques libertarios, que tuvieron un desacuerdo interno que bajó directamente desde la Casa Rosada, entre Karina Milei y Santiago Caputo. Tenían miradas diferentes sobre la conveniencia de dejar que Kicillof avanzara con el desdoblamiento para que escalara la tensión interna en el peronimso. Además, algunos intendentes también dieron aviso del caos que iba a generar la votación simultánea. “No alcanzaban las aulas de las escuelas ni el horario de 8 a 18. No había forma”, explica un hombre del territorio con llegada al Instituto Patria.

Otras voces son más aventuradas. Las encuestas ya avisan que será una elección complicada. “Dio marcha atrás porque cree que se pierde y quiere convertir a Axel en el mariscal de la derrota”, leyeron algunos intendentes. Agregan que, por eso, se encargó de dejar claro que está convencida de que el desdoblamiento es un error político. A eso se sumaron análisis que indican que el enfrentamiento público con Kicillof resulta demasiado costoso para Cristina frente a su propio electorado, que no termina de identificar en el gobernador al malo de la película.

Un sondeo de Alaska y Trespuntozero muestra que los votantes de Unión por la Patria reparten su cariño en partes casi iguales entre la expresidenta y quien asoma como candidato presidencial 2027. En el cristinismo lo explican de otra forma: argumentan que ella decidió tener un gesto con Kicllof y cortar con las peleas internas para enfocar todos los esfuerzos en la organización para ganarle a Milei.

La encuesta de Alaska y Trespuntozero consultó por el dirigente preferido entre los votantes de UP. Se repartió parejo entre Cristina y Axel Kicillof.

Pero el anuncio de Cristina sobre el desdoblamiento no llegó solo. Fue acompañado por la decisión posterior de no acompañar los cambios de plazos de la ley electoral que había pedido Kicillof y por el boicot a la reelección de los intendentes, que provocó furia en los distritos.

En el kicillofismo entendieron que fue una forma de marcarle la cancha al gobernador. Apuntan que los plazos indicados por Kicillof habían sido consensuados con la Junta Electoral de la provincia. El organismo envió una nota al Senado en la que advirtió que los plazos, tal como quedaron, “son materialmente imposibles de cumplir”. Como sea, quedó claro que el bloque oficialista de la Legislatura no responde a los deseos del mandatario provincial.

La nota que envió la Junta Electoral a la Legislatura bonaerense.

Según el último calendario, la discusión de la integración de las listas de la provincia será casi en simultáneo con las nacionales. Los cierres serán el 8 y el 17 de agosto, respectivamente. La proximidad y la posible presencia de la expresidenta en la lista bonaerense torna casi imposible la idea de Kicillof de provincializar el debate, pero también le dará al peronismo fortaleza en la boleta, en particular en la Tercera sección electoral, donde conserva niveles de popularidad altos.

A Kicillof le servirá si quiere conseguir un buen resultado en la provincia. Eso, según el cristinismo, le dará impulso al peronismo para la elección nacional de octubre. La primera gran batalla será la integración de la boleta. Luego vendrá la discusión sobre quién es el responsable de la criatura, victoria o derrota, local o nacional. Es evidente que la pelea de fondo es por la conducción del peronismo, aunque el kicillofismo lo niegue en público.

La expresidenta también atiende la marcha de la economía para evaluar sus decisiones. Como expresa en las consideraciones públicas que hace cada semana, piensa que Milei repetirá la historia de Macri con el FMI y pone especial atención en la evolución de los precios. Según un informe de la consultora Epyca, el impacto más fuerte del traslado de la devaluación se sentirá en alimentos, medicamentos, energía y combustibles. “Incluso en un escenario optimista, la inflación anual de 2025 superaría el 40% punta a punta, y el 50% la promedio”, dice.

“Es algo que el Gobierno supuestamente tenía controlado y en las próximas semanas va a quedar claro que no es así”, dicen en el Patria. Desde veredas opuestas, los diagnósticos coindicen a un lado y otro de la General Paz.

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