La caída de Ficha limpia la dejó en carrera electoral, con final abierto para octubre. Acto el 25 de mayo. Control de daños en el PJ: se reúne por Zoom.
Por Gabriela Pepe.
La noche del miércoles 7 a las 22.03, el tablero del Senado volvió a torcer la historia. El proyecto de ley armado para sacar definitivamente de la cancha electoral a Cristina Fernández de Kirchner naufragaba ante espectadores atónitos. Una vez más, la expresidenta volvía al juego. Un sector de la dirigencia peronista tuvo que archivar sus ansias de renovación.
“Queda la Corte Suprema”, se apuraron a escribir los que insisten en apartar a CFK de la carrera. El máximo tribunal tiene en sus manos la causa Vialidad, en la que la expresidenta fue condenada a seis años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos. El procurador interino Eduardo Casal todavía no emitió dictamen. Los jueces no tienen plazo para fallar.
Ya sin Ficha limpia, a Cristina Kirchner se le vuelven a abrir las opciones electorales. La sanción de la ley la marginaba de las elecciones nacionales, pero no le impedía competir en la provincia de Buenos Aires. A principios de abril, reveló en encuentros con intendentes su decisión de ser candidata por la Tercera sección electoral.
Ahora, en su entorno remarcan que la expresidenta siempre cumple con su palabra, pero admiten que tiene “los dos caminos liberados” y tomará la decisión más conveniente para el PJ. “Lo que no puede pasar es que se pierda la elección de la provincia que gobierna el peronismo un mes antes de la elección nacional”, dicen en el cristinismo.
La hoja de ruta marca que el cierre de listas de Buenos Aires será el 19 de julio y ella podrá jugar con el misterio hasta ese día. Habrá que ver si el peronismo presenta una lista de unidad o termina partido, producto de las tensiones internas entre el cristinismo y el sector que lidera Axel Kicillof. La elección provincial se celebrará el 7 de septiembre. En paralelo, correrán los plazos nacionales. Las candidaturas se presentarán el 17 de agosto y los comicios serán el 26 de octubre.
La vuelta de CFK, el 25 de mayo
Cristina Kirchner volverá al ruedo el 25 de mayo, cuando encabezará una actividad con referentes de la cultura en la Ciudad de Buenos Aires, en el Polo Cultural y Deportivo Saldías, en el barrio Saldías. La charla podría tener un formato similar al que la expresidenta encabezó en marzo en la Facultad de Ciencias Sociales, donde participó de un Congreso Educativo Nacional.
La reaparición se dará una semana después de las elecciones de la Ciudad, donde el Instituto Patria avaló la candidatura de Leandro Santoro, que encabeza una lista variopinta que no resalta la identidad K. La estrategia no termina de caer en gracia en el entorno de Cristina, aunque el armado estuvo a cargo de Juan Manuel Olmos, un hombre de su confianza. El domingo 18 se verá si el enfoque fue acertado.
Por si acaso, Cristina no abrió la boca en toda la campaña y recién reaparecerá con las urnas contadas. La elección porteña definirá, entre otras cosas, el destino de las conversaciones entre el PRO y La Libertad Avanza.
Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador Axel Kicillof, en tiempos del gobierno de Fernández.
La charla de la exmandataria coincidirá con la fiesta patria, pero también con el aniversario de la asunción de Néstor Kirchner, el 25 de mayo 2003. La fecha elegida generó suspicacias relacionadas con la interna que el peronismo tiene en la provincia de Buenos Aires. Un día antes, el 24, Kicillof protagonizará el acto de lanzamiento de su espacio, Derecho al Futuro, con el que pretende sentarse a negociar el armado de listas con el cristinismo y con Sergio Massa.
La guerra interna del peronismo
Esta semana, las tensiones entre los dos sectores quedaron barridas bajo la alfombra de Ficha limpia y la elección del nuevo papa, pero están lejos de aplacarse. La Junta Electoral de la provincia de Buenos Aires, encabezada por la presidenta de la Corte Suprema, Hilda Kogan, tuvo que intervenir personalmente para conseguir que el bloque de Unión por la Patria le aprobara a Kicillof su pedido de modificación de plazos del calendario electoral.
En el entorno de Kicillof acusaron al cristinismo de jugar abiertamente en su contra. “Si el gobernador dice 'A' y su bloque dice lo contrario, entonces no es oficialista”, se quejó el ministro de Gobierno, Carlos Bianco. El asunto de los plazos quedó finalmente saldado, pero en paralelo se generó otra disputa: sin previo aviso a la gobernación, un grupo de intendentes referenciados en Cristina presentó un proyecto en la Legislatura que contempla la condonación de deudas de los municipios.
A pesar de la interna, el miércoles Kicillof salió a pronunciarse en contra de Ficha limpia. “Es una vergüenza y gravísimo para la democracia argentina”, dijo. Algunos dirigentes que ofician de celestinos en la relación entre La Plata y el Instituto Patria se ilusionaron con una tregua. Pero, eso, por ahora no parece posible. A pesar de la celebración pública, la caída de la ley volvió a poner a Cristina en el camino que parecía despejado para quienes se ilusionaban con un recambio y veían a Kicillof como referente de ese proceso. Parte de la dirigencia que alienta la carrera presidencial del gobernador quedó desconcertada.
Con cierta ironía, alguno se permitió recordar que fue la propia CFK quien se consideró “proscripta” en 2023, cuando sólo pesaba sobre ella una condena en primera instancia. Si estaba impedida de competir entonces, lo está aún más ahora, razonó un dirigente de peso alineado con el gobernador. El tema es más profundo. A Cristina se le allanó la carrera electoral 2025 y si el fallo de la Corte se demorara todavía más, la incertidumbre podría extenderse a 2027.
El Congreso del PJ, del estadio a un Zoom
A fines de abril, el luto por la muerte del papa Francisco sirvió de excusa perfecta para que Gildo Insfrán y Cristina anunciaran la postergación del Congreso Nacional del PJ, que iba a celebrarse el viernes 25, en el microestadio de Ferro. Como contó Letra P, el trasfondo de la suspensión fue el creciente malestar del peronismo de las provincias hacia la conducción del partido y el descontento con la interna de la provincia de Buenos Aires.
El evento iba a reprogramarse. Insfrán trabajó durante días para tratar de aplacar los ánimos. Se hizo una evaluación de riesgos y un repaso de los últimos acontecimientos. Alguien recordó que el Congreso Nacional del PJ que se celebró en 2024 fue una catarsis a cielo abierto con reclamos para todos. Hubo gritos y se habló de “decadencia” y “fracaso”.
En pleno período electoral, Insfrán, Cristina y el resto de los gobernadores prefirieron evitar el desastre. Para hacer control de daños, el formoseño convocó a la reunión del Congreso para el 20 de mayo. Será virtual, al solo efecto de cumplir con las disposiciones legales.
Ficha limpia, guerra sucia
El resultado dejó perplejo a casi todo el recinto. El miércoles por la noche, radicales y macristas quedaron boquiabiertos mientras los misioneros Sonia Rojas Decut y Carlos Arce salían del recinto a toda velocidad. El bloque peronista se sorprendió. El martes, José Mayans, Juliana Di Tullio y Anabel Fernández Sagasti se habían reunido con CFK en el Instituto Patria para evaluar el escenario. El trío volvió al Senado resignado: “Sale”, transmitieron a sus equipos.
El miércoles algo había cambiado. En silencio absoluto, unos pocos fieles contuvieron los nervios hasta que el tablero marcó el resultado final. Los impulsores del proyecto miraron fijo la pantalla, como tratando de identificar el error. Victoria Villarruel leyó con frialdad: “Resulta rechazado”.
En su banca, Wado de Pedro tragó un vaso de agua sin pausa. Salió del recinto y circuló por la galería interna hasta la otra entrada del hemiciclo. Entró por la derecha del estrado, recibió abrazos y felicitaciones. El santiagueño Julio Neder fue efusivo, el camporista Martín Doñate lo señaló y corrió a saludarlo. ¿De Pedro sabía algo que los demás desconocían? Algunos sospecharon por el diálogo subterráneo que, dicen, tiene con el todopoderoso Santiago Caputo.
Cristina esperó el resultado en su casa, donde trabajó durante todo el día. Se enteró de la marcha de la sesión por mensajes que le enviaron dirigentes cercanos. Respiró aliviada sobre el final. Además de la caída de la ley, contó otra buena: el bloque peronista la respaldó sin fisuras. Rápido, entre su gente de confianza circuló el video que mostraba a Silvia Lospennato perpleja en la pantalla de TN.
Después, el cristinismo entró en modo silencioso, mientras Mauricio Macri y Javier Milei se tiraban con acusaciones cruzadas. Desde Misiones llegó una filtración que indicaba que el mandamás de la provincia Carlos Rovira admitió que había recibido un llamado del Gobierno para que sus senadores dieran vuelta su voto. Desde ya, no fue para beneficiar a la exmandataria, con quien el exgobernador tiene una pésima relación. Los misioneros dicen haber recibido llamados del cristinismo que nunca atendieron. La Casa Rosada desmintió todo.
¿Para qué le sirve al Gobierno la caída de Ficha limpia? Especulaciones sobran. Las más obvias indican que el objetivo de Milei es polarizar con Cristina; o que el Gobierno quiso evitar que Lospennato se quedara con la bandera del antikichnerismo, justo cuando el libertario Manuel Adorni intenta instalar que el verdadero antikirchnerista es él. Otra indica que, en realidad, el proyecto nunca estuvo en la agenda libertaria, porque Caputo es consciente de la influencia que Macri tiene sobre la Justicia y teme que eso se vuelva en contra del oficialismo. También se habla de un toma y daca que incluyó liberar a Karina Milei de los pedidos de interpelación por el caso $LIBRA.
En el peronismo circuló otra hipótesis, que indica que se trata de una estrategia del Gobierno para forzar a Macri a pactar con Milei en la provincia de Buenos Aires, bajo el riesgo de que la expresidenta gane la elección. Cerca de Macri se rieron de la idea: “Demasiado sofisticado”.
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