Tras la derrota del Gobierno en los comicios bonaerenses, el expresidente comenzó a pensar en su futuro político. Ya no espera invitaciones de Javier Milei para comer milanesas en Olivos y mirá incrédulo la incapacidad del oficialismo para reaccionar ante los casos de corrupción que lo salpican. Los contactos con los gobernadores y el regreso de Juntos por el Cambio.