La pelea dentro de Cambiemos

La pelea dentro de Cambiemos

La tensión entre el Jefe de Gabinete nacional, Marcos Peña, y la dirigencia bonaerense no se puede disimular con fotos. El caso Mosca dejó al descubierto una maniobra difícil de digerir para la Provincia. Los motivos del enfrentamiento

La Casa Rosada tiene un plan único y un general para ejecutarlo. El plan es la reelección de Mauricio Macri. El general se llama Marcos Peña y no duda en dar todas las batallas en pos de ese objetivo, aun cuando deba recurrir a virulentas acciones que puedan hasta dejar coroneles de su propia tropa heridos de muerte. 

Hasta ahora, María Eugenia Vidal nunca dio muestras de deslealtad a su jefe, el Presidente; y quienes la conocen bien juran que jamás lo hará. Pero es constante el monitoreo de sus movimientos (sin entrar en los detalles escabrosos de que fue espiada por presuntos integrantes del AFI), y a cada desplazamiento de fichas por parte de la Provincia la respuesta es inmediata.  El el entorno dicen que “está un poco cansada de eso”. 

La Gobernadora tampoco es ajena a las dificultades electorales que enfrenta la alianza gobernante en medio de la crisis económica, y ello la lleva a intercambiar opiniones con otros actores de Cambiemos que si fuera por Peña ya habrían sido declarados desertores.  La foto conjunta del lunes de la semana pasada, llena de sonrisas, no alcanza para disimular las zancadillas por debajo de la mesa. Mucho menos disipa la convulsión interna que hay en Cambiemos y que lleva a roces constantes de la Nación con la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires.

Empresarios, mercados y un grupo de medios quieren mandar a Macri a su casa, pero en la Rosada están convencidos que funcionarios cercanos a la Gobernadora acompañan la movida. También se mira con desconfianza al Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, con más aspiraciones presidenciales que Vidal. Con todo, en Balcarce 50 pergeñaron la estrategia de pegar lo más posible los dos gobernadores al Presidente. La invasión de fotos de Mauricio, María Eugenia y Horacio se inició la semana pasada y será una constante.

A la par, Vidal asumió la obligación de desestimar hasta el hartazgo la posibilidad de que sea ella la candidata a presidenta. En los mentideros políticos bonaerenses se bromea en que “si María Eugenia llega a captar que un funcionario habla del Plan V lo manda a Siberia”. De todos modos, parecen insuficientes los esfuerzos de la Gobernadora por salir de esa encrucijada en la que la ponen la realidad social, las encuestas y la presión de las bases de Cambiemos.  Esos factores coinciden en posicionarla como el mejor reemplazo en la carrera presidencial para obturar la vuelta de Cristina Fernández.

“Todo lo que se hace es para desactivar le plan V”, reconocen en el entorno de la mandataria bonaerense. A Marcos Peña parece no alcanzarle, y desde Nación aguijonean con algunas cuestiones que le apuntan a Vidal. “Por ella hicimos el acuerdo de precios y resulta que después el Círculo Rojo que la banca se puso a jugar con el dólar”, se quejó ante este medio un funcionario que trabaja para Macri.

Pero si de desconfianza se trata, mayor es la generada en el gobierno bonaerense con la denuncia por presunto abuso sexual contra el presidente de la Cámara de Diputados, Manuel Mosca, que lo llevó, en consenso con la Gobernadora, a solicitar licencia por dos meses y a pedir su propio desafuero para facilitar la labor de la Justicia. Mosca, además, recurrió a los Tribunales porque sostiene que lo vienen extorsionado con este tema desde hace varios meses. De hecho, un colaborador suyo ya había presentado una denuncia por extorsión en diciembre.

El problema es que la supuesta extorsión tendría como origen oficinas ocupadas por dirigentes cercanos al Jefe de Gabinete de la Nación. Ahora, más allá del hecho en sí que la Justicia deberá investigar, en la Provincia generaron dudas los modos, las formas y el tiempo en el que apareció el caso por el que se acusa al presidente de la Cámara. 

A nadie escapa que Manuel Mosca ha sido un vocero efectivo de algunas resoluciones políticas tomadas en calle 6. Un caso emblemático es la idea de desdoblar las elecciones bonaerenses y desanclarlas del comicio nacional. Además, “es curioso que cuando empezó el tema del desdoblamiento aparecieron los llamados (que en Diputados traducen en extorsión) y ahora reflorece el tema cuando se ha instalado la idea del Plan V”, coincidieron tanto en la Legislatura como dirigentes cercanos a Vidal.

Laura Alonso, la principal impulsora de la denuncia contra Mosca y quien se ha encargado de distribuir la información a los medios, responde a Marcos Peña. También le tributan al Jefe de Gabinete dirigentes del PRO que acompañan la movida, como el rabino Sergio Bergman, el secretario de Cultura nacional Pablo Avelluto, y el filósofo Alejandro Rozitchner, entre otros. Hace ruido en la política bonaerense, además, el tratamiento que le dieron al tema medios muy vinculados a la Casa Rosada.

Si hubo un mensaje no fue sólo dirigido a la Legislatura, sino también a la Gobernación, aunque Vidal reaccionó rápidamente. Un dato no menor: se dice que quien primero puso al tanto del tema a la Gobernadora fue precisamente Peña. 

¿Al gobierno nacional sólo le molestaron el intento de desdoblar las elecciones y la insistencia del Plan V? No. Los acuerdos políticos a los que llegó Vidal con la oposición, fundamentalmente con el Frente Renovador y los intendentes dialoguistas del Conurbano, materializados en la actividad legislativa, nunca fueron digeridos por el entorno de Macri, poco afecto a “acordar con la vieja política”.

Como si todo esto fuera poco, en el interior del oficialismo hay reuniones casi secretas que alteran los ánimos de Peña. “Salvemos Cambiemos”, es una frase que circula en varias oficinas, cuyos jefes están en constante diálogo, preocupados por el futuro electoral de la alianza. Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Rogelio Frigerio y Emilio Monzó, son algunos de los que intercambian estas ideas. También habría participado alguna vez Martín Lousteau. 

El economista estuvo todos estos días fomentado la iniciativa de “armar un nuevo frente electoral”, que incluya al oficialismo y sume otras fuerzas. Se plegaron después desde el radicalismo con la solicitud de abrir la puerta a peronistas; algo que los mencionados en el párrafo anterior promueven desde hace tiempo, y que Vidal ha llevado a la práctica en los acuerdos legislativos aunque sin materializarlo en la estructura de Cambiemos. Esa apertura es la que niega Peña, el general que arma las fotos y manda los ataques, aunque algunos podrían estar apuntados en dirección a la tropa propia.

El radicalismo no esconde sus ganas de “Vidal presidenta”

El sueño del desdoblamiento de las elecciones provinciales de las nacionales quedó atrás. Los intendentes que en voz baja tanto añoraban esa jugada, no sólo llevarán a la gobernadora Vidal en la boleta, también tendrán que bancar al presidente Mauricio Macri, que claramente es el peor posicionado de los dos. 

La única salida para muchos es el tantas veces rechazado Plan V: Vidal candidata a presidenta y Macri a seguir los comicios desde su casa. El tiempo apremia y en la Casa Rosada hacen oídos sordos a la propuesta. Quizá por eso es que los jefes comunales boina blanca, de a poco, empiezan a hacerse sentir sin temor alguno. Claro, peor es perder.

Como siempre, sin vueltas, el mandamás de Chacabuco, Víctor Aiola, señaló que Mauricio Macri “ha cumplido un ciclo muy importante, en el que tomó las decisiones que había que tomar, difíciles, con un mercado internacional totalmente complicado, con una política económica a nivel internacional que terminó afectando la política económica de débil crecimiento de la Argentina”. Pero agregó: “A mí me gustaría mucho que María Eugenia Vidal sea candidata a presidente”. 

En el mismo sentido, aunque no de manera tan contundente, se expresó el saladillenese José Luis Salomón, quien manifestó que la Gobernadora “sería una muy buena candidata” al sillón de Rivadavia, aunque aclaró que eso sería posible “en caso de que haya algún inconveniente (con Macri)".

 

"Es una persona que ha demostrado muchísima capacidad para gobernar la Provincia", sostuvo el referente radical de la Séptima, pero especificó que "hoy por hoy, el único candidato a presidente que se plantea de Cambiemos es el propio Macri". 

En tanto, el senador radical Julio Cobos, que nada tiene que ver con la Provincia, se pronunció de manera similar al chacabuquense Aiola. "Si las condiciones macroeconómicas no se mejoran, me parece que hay que volver a poner la lupa sobre la posibilidad de Vidal", sostuvo el ex Vicepresidente de Cristina.

“Cambiemos tiende a dirimir sus internas de manera virulenta”

El titular de la consultora Circuitos, Pablo Romá, desestimó que la denuncia contra el presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia, Manuel Mosca, pueda llegar a perjudicar la imagen de la Gobernadora María Eugenia Vidal, quien tiene serias intenciones de competir por la reelección.

Por el análisis que uno puede hacer a partir de las lecturas del caso, no va a afectar demasiado la imagen de María Eugenia Vidal, básicamente por dos razones. La primera, la Gobernadora tiene el respaldo de los mercados, y me da la sensación que eso es un apoyo muy fuerte en este escenario. Y la segunda es que Vidal no fue indiferente a la denuncia. La posición que tomó puede jugarle a favor en el posible perjuicio hacia su imagen. Hay que ser muy respetuoso y tomar muy seriamente las denuncias de abuso”, señaló el politólogo.

Por otra parte, Pablo Romá añadió que “también entiendo que Cambiemos tiende a dirimir sus internas de manera virulenta. El primer caso tiene que ver con las denuncias de espionaje ilegal a Vidal, y el segundo con el cruce entre la Policía Federal y la Bonaerense, que forma parte de una interna que está solapada, pero que se expresa desde una profundidad un poco oscura. Es un dato a tener en cuenta”.

La mesa de campaña y la última encuesta estudiada

Un día a la semana, funcionarios de María Eugenia Vidal se reúnen a delinear la estrategia electoral para la Provincia. La mesa de campaña, que preside el Jefe de Gabinete Federico Salvai, la integran el ministro de Justicia, Gustavo Ferrari; el ministro de Asuntos Públicos, Federico Suárez; el secretario de Medios, Mariano Mohadeb; y el subsecretario de Asuntos Municipales, Alex Campbell; y otros funcionarios de esas áreas.

Se tratan periódicamente dos cuestiones. Por un lado la implementación y organización de la campaña en lo que tiene que ver a los aspectos legales y de logística electoral. Por el otro, la estrategia, concentrada principalmente en los 40 municipios del territorio donde vive el 80 por ciento del electorado. También se analizan encuestas y se puntean ciudadades y barrios.

En la reunión de la semana pasada se analizó minuciosamente una encuesta que llegó a manos del Gobierno unos días antes y no tuvo difusión pública. El sondeo marcó que la diferencia entre Mauricio Macri y Cristina Fernández es de 7 puntos en favor de la expresidenta, y que sus respectivos candidatos a gobernador, María Eugenia Vidal y Axel Kicillof, respectivamente, mantienen la misma distancia cuando se los asocia al candidato presidencial; pero la Gobernadora aventaja al economista cuando se los desvincula de Macri o Cristina. 

Con esos números en la mano, en el gobierno bonaerense están cada vez más seguros que para retener la Gobernación se debería repetir el corte de boleta de 2015, lo que no aparece como fácil cuando del otro lado falta la imagen negativa de Aníbal Fernández. 

“El escenario es muy difícil, pero mientras la diferencia no sea mayor a los 7 puntos todavía hay chances”, se autoconvencen en Cambiemos. El problema es que, semana a semana, ven que la imagen de Macri se deteriora, y cada vez afecta más las chances de Vidal.

Una evaluación que hacen en el Ejecutivo bonaerense es que los oficialismos locales están perdiendo votos, tanto en Cambiemos como en el peronismo. Si bien les alcanza para ganar, les dejan más remanente a la oposición, por eso en el Gobierno se ilusionan en que lo que 

puedan perder en distritos gobernados por ellos se recompense en comunas que hoy tiene el peronismo.

El dilema en la Legislatura para los principales espacios políticos 

El presidente de Diputados, Manuel Mosca, pidió licencia por dos meses y que la Cámara le retire los fueros para que la Justicia lo investigue sin impedimentos tras una acusación de presunto abuso sexual. El tema abrió un fuerte debate interno en el propio bloque de Cambiemos, y también en las bancadas de la oposición, acerca del camino a seguir. 

Las aguas divididas en el bloque de Cambiemos sobre la decisión a tomar se reducen a una conclusión: “Se va a hacer lo que quiera la Gobernadora”. Fue Vidal la que le sugirió la jugada, sobre todo para diferenciarse de Unidad Ciudadana, que mantuvo en la banca al senador Jorge Romero, acusado de abuso sexual.

En Unidad Ciudadana son proclives a acompañar el pedido de licencia “porque si se aducen cuestiones personales corresponde que le demos la licencia”, dicen. Sin embargo, ponen reparos al desafuero porque “se sienta un precedente peligroso para la actividad legislativa y el trabajo de los diputados y senadores, porque después ante cualquier denuncia se va a pedir que se saquen los fueros, que es una protección constitucional”.

 Agregan también que, todavía  no hay ningún oficio en la Cámara con la denuncia, condición indispensable para desaforar a un legislador. Más aún, no existiría denuncia formal sino una presentación ante la secretaría de Género de la Corte. Y reconocen en el universo K que la actitud tomada por ellos ante el caso Romero ahora también los condiciona. “Si desaforamos a Mosca deberíamos pedir el desafuero del loco Romero”, argmentó ante este medio un legislador.

Reglamentariamente, extirparle los fueros a un diputado tampoco es tarea sencilla, y hay artículos del Reglamento Interno que ponen demasiadas trabas. 

El Frente Renovador, por su parte, se muestra dispuesto a acompañar el pedido de desafuero de Mosca pero no la solicitud de licencia. “Los diputados estamos muy expuestos, entonces si empezamos a aplicar estos criterios cualquiera te puede denunciar, y aunque esa denuncia sea falsa te vas a ver obligado a irte. El desafuero, en cambio, permite que te investiguen sin tener que dejar el cargo”, dijo el presidente de la bancada massista, Rubén Eslaiman.

Una de las preocupaciones que atraviesa a todos los bloques es cómo queda la estructura de poder de la Cámara mientras Mosca esté de licencia. Cambiemos y el massismo son reticentes a dejar la conducción en manos del peronismo dialoguista y de Unidad Ciudadana. Después de Mosca, en la línea sucesoria están Marisol Merquel (PJ Unidad y Renovación), Carlos “Cuto” Moreno (UC), Ramiro Gutiérrez (FR) y Maricel Etchecoin Moro (Cambiemos). Pero el reglamento imposibilita hacer un cambio de orden si no renuncian todas las autoridades y se eligen nuevas.

Comentá la nota