La intrascendencia del medio

La intrascendencia del medio

El peligro de permanecer a la sombra de la grieta premium. Los casos Larreta – Santilli y Manes. Palomas con campaña en loop vs. halcones al acecho.

 

Por Pablo Lapuente

Las enormes marquesinas y transitadas pasarelas que la ancha avenida del medio supo tener en 2013 se convirtieron en una angosta y lúgubre calle en la que apenas se observan algunos varados y otros que amagan con devolverle su antiguo esplendor de cara al 2023. Eso, aunque la realidad de la polarización furibunda, que tiene como principales exponentes a Cristina Fernández y Mauricio Macri, amenaza con cerrarla para siempre. De ahí que Horacio Rodríguez Larreta, al igual que alguno de sus copilotos incondicionales como Diego Santilli, se encuentren atrapados en un loop de moderación que podría desplazarlos de la centralidad política, incluso pese a liderear desde hace dos años las principales encuestas de imagen e intención de voto.

El ala dura de Propuesta Republicana (PRO) es consciente de esto y por eso amalgama entre sus distintos líderes nacionales y provinciales una estrategia común. Si bien todavía está en etapa de construcción, no hay dudas de que el expresidente es el gran gestor y garante de esta propuesta, que no se queda sólo en el enfrentamiento explícito hacia el kirchnerismo en el poder, sino también en marcar la propia agenda de la coalición que comparte con los moderados del partido amarillo y otros accionistas mayoritarios como la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica (CC).

 

Macri haciendo una pausa a las recorridas por el conurbano, de las que puede prescindir como pocos por su instalación y manejo a la distancia de lo que sucede en el territorio, para instalarse en el piso 14 de su nueva oficina en Avenida Libertador es una muestra de eso: fiscalizó los movimientos de Cristian Ritondo, que encabezó una cumbre en su nombre para mostrarse como el candidato más taquillero de los halcones y recibió a Patricia Bullrich y a los presidentes del PRO de todo el país para seguir el termómetro federal del armado amarillo, que hace tan sólo tres años atrás los propios daban por extinto.

Todo eso, en una misma semana, en la previa de su viaje hacia Qatar, en la que tampoco se privó de dar una definición que incomodó a los demás aspirantes a ocupar el sillón de Rivadavia. Aseguró que solamente hay “dos modelos” en la discusión interna del partido que fundó. ¿Bajó con esa frase a María Eugenia Vidal o quizá a la propia Bullrich en el caso de que él decida ir en una boleta, en un intento de mostrarse como la figura más depurada del antikirchnerismo, en contraste con Larreta? Por ahora es terreno de la especulación, porque ni la exgobernadora ni la exministra desisten de sus aspiraciones. “Estoy trabajando para ser presidenta”, le dijo Vial a Letra P, mientras que Bullrich dejó en claro en su cumbre de Mar del Plata que también tiene un programa de shock para poner en funcionamiento el primer día de gobierno.

 

Por ahora, la respuesta de Larreta al avance de sus aliados es el fundamentalismo del diálogo y los amplios acuerdos, y una reedición de la campaña de 2021, que estuvo marcada por la búsqueda de amplitud hacia sectores desencantados con el gobierno -primero lo ensayó sin éxito a través de la agrupación Hacemos y después con igual resultado a través de las peñas peronistas- y una agenda de cercanía que lo lleva cada semana a distintos distritos de la provincia de Buenos Aires, en los que prefiere mantener un perfil bajo, sin cámaras de televisión y con poca presencia de community manager.

 

En su equipo creen que no es momento de exponerse demasiado en medio de una crisis económica irresuelta o hacer grandes actos partidarios, como el que encabezó Cristina o Ritondo, sino más bien el de hacer un contrapunto de gestión entre la Ciudad de Buenos Aires, la más rica del país, y los municipios peronistas que la rodean. Eso y -aunque no lo admitan en público- mostrarse superadores de los cuatro años macristas signados por una crisis económica de alta inflación, suba de tarifas que llegaron a tres mil por ciento y cierre de numerosas fábricas. 

 De todos modos, los halcones saben que transitar todo el tiempo por los márgenes de la grieta tiene sus riesgos, de ahí que una fuente relevante de la mesa de los martes de Bullrich haya analizado con el correr de los días el video en el que la presidenta del PRO amenaza a Felipe Miguel: “Le dio centralidad nuevamente a Patricia y la mostró como lo que es, una mujer con convicciones firmes, que las defiende siempre, pero es un riesgo enorme si se la muestra así nuevamente”. La mención hace referencia a que especulan que fue la propia usina de publicidad larretista la que filtró el video para apuntar contra Bullrich, porque estiman que detrás de eso puede haber una estrategia en marcha de generar una narrativa interna de mostrarla “desequilibrada y sin capacidad” de hacerse cargo de algo tan complejo como la presidencia.

Como sea, el principal problema para los líderes de la oposición que buscan repavimentar la ancha avenida del medio es, nuevamente, la intrascendencia, la misma que apagó el proyecto de Florencio Randazzo, Emilio Monzó, Juan Manuel Urtubey y Margarita Stolbizer, de diseñar un tercer espacio político, que salte la grieta y en el que, en principio, puedan tomar decisiones. Entra también Facundo Manes, la gran apuesta del renacimiento radical que por ahora no asoma en ninguna encuesta y parece ir junto a todos los demás en un viaje al sol sin retorno.

 

Está claro que la realidad del proyecto larretista es distinto y un poco lo marcan los números de las consultoras con las que se entusiasman sus protagonistas. Al ver sólo a los líderes amarillos, Larreta tiene 50% de imagen positiva y 45% de negativa, mientras que Macri, mucho más abajo, obtiene 33% de positiva, contra un 65% de negativa, de acuerdo a un estudio de Isonomía realizado entre el 11 y el 27 de octubre. Algo de esto se traslada al ámbito bonaerense, donde Larreta es el principal interesado en que tenga éxito la apuesta que hace por Santilli para su propio beneficio nacional. De acuerdo a esta misma encuesta, Axel Kicillof tiene 32% de intención de voto y lo sigue el diputado PRO con 27%. Más atrás, está José Luis Espert, con 8%; Randazzo, con 7%, y Nicolás del Caño, con 5%.

 

Un dirigente amarillo que sigue con pericia el minuto a minuto de las encuestas y los movimientos internos, le dijo a este medio que el rol que hoy tiene Macri es el de desplazar a Larreta en la interna, pero que más allá de eso tiene un camino empantanado de difícil tránsito e improbable éxito para volver al poder. Quizá por eso es que el ala dura se entusiasma con una reedición de la grieta versión 2023, con un mano a mano entre la vicepresidenta y el expresidente, que termine de desplazar a otros modelos de centro y en el que, también, las versiones ultras como las de Javier Milei terminen fugándose hacia el macrismo en un eventual balotaje. 

 

Con un para qué definido, leitmotiv de la obsesión de Macri por volver al poder y título de su segundo libro, y múltiples ejemplos del fracaso que significó ceder el mando a un delegado como le sucedió a Lula con Dilma Rousseff o Cristina con Alberto Fernández, crecen las especulaciones de un posible lanzamiento de Macri. “¿Si Larreta es presidente, con quién te pensás que van a ir a hablar los empresarios, con él o con Macri?”, dice un armador de Ritondo. Larreta, que pese a todo tiene un techo más alto que su competidor interno, ya avisó que irá a fondo con su candidatura; acaso ya sea hora de que abandone la comodidad de su estrategia estanca y mostrar con precisión de qué va aquel programa de gobierno que pretende llevar adelante si llega a Balcarce 50.

 

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