Frente a empresarios, “Wado” de Pedro retrucó a Rodríguez Larreta y lo llamó a integrar un acuerdo para el desarrollo productivo

Frente a empresarios, “Wado” de Pedro retrucó a Rodríguez Larreta y lo llamó a integrar un acuerdo para el desarrollo productivo

El dirigente de La Cámpora habló como principal invitado en un almuerzo de la CICYP, donde evitó referirse a la complicada coyuntura económica y política, pero rechazó el pedido del alcalde porteño al arco político de consensuar un plan sin el kirchnerismo

Por Brenda Struminger

El personal de la cocina del hotel Alvear Icon de Puerto Madero estaba inquieto este mediodía. El servicio de almuerzo que debían brindar a las 13 en el salón de eventos para el encuentro del Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (CICyP) se postergaba y alteraba sus planes. No sabían que la demora se debía al tour pormenorizado que estaba ejecutando, mesa por mesa, el invitado principal, el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro, para saludar a cada uno de los 150 empresarios que, poco después, escucharían el plan de “Acuerdo para el Desarrollo” que viene desarrollando el alfil de Cristina Kirchner hace un año y medio, con aval de la vicepresidenta, con la vista puesta en las próximas elecciones presidenciales.

Su paseo por el coqueto salón del subsuelo del enorme edificio llamó la atención de los presentes. Primero, porque no todos los invitados, en estas reuniones, hacen este tipo de recorrido. También, porque, al fin y al cabo, era un dirigente del espacio político más cuestionado por el empresariado. Y, a su vez, por el delicado contexto político y económico que atraviesa. Pero la sorpresa mayor llegó poco después, cuando De Pedro llamó, ante el establishment, al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, a un consenso, a pesar de las fuertes críticas que lanzó, hace un tiempo, el líder presidenciable de Juntos por el Cambio.

“Escuché el discurso del jefe de Gobierno, que convocaba a discutir metas con todos menos con el kirchnerismo. Pero igual quiero convocar a Larreta, también, a consensuar la estrategia productiva. Porque ese consenso tiene que ser una de las políticas que no se puedan cambiar (a pesar de los cambios de Gobierno). Es el consenso de cómo nos insertamos en el mundo”, lanzó, mientras promediaba su discurso.

Antes, también llamativamente, el presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja y presidente saliente del Consejo -hoy fue su último día en el cargo institucional-, lo había elogiado con énfasis, al presentarlo en la apertura del almuerzo: “Él forma parte de la nueva generación de políticos de la Argentina. No es un joven político, es un político joven, con experiencia y gestión. Es importante escucharlo. Lo percibo. Como dialoguista hablamos muchas veces y tiene visión de futuro”, dijo. Después, inclusive, le dio espacio, durante el momento de las preguntas, sobre el postre, para el “derecho a réplica” hacia Larreta, que había encabezó el anterior evento del Consejo, por la coparticipación.

De Pedro evitó hablar en profundidad del álgido momento político que atraviesa el Gobierno, por la fuerte corrida cambiaria que empezó la semana pasada con la profundización del cepo a las importaciones, y se agravó en los últimos días por la renuncia inesperada de Guzmán al Ministerio de Economía, atosigado por las tensiones con el kirchnerismo que él mismo integra. Pero deslizó que, a pesar de todo, cree que la que corre es “la semana más tranquila (para realizar el encuentro) porque Argentina tiene futuro”. Y de inmediato, agregó: “Tenemos que ponernos de acuerdo”.

Mientras tanto, corrían fuertes rumores de que habría nuevos cambios en el Gabinete, después de la salida de Guzmán y la llegada de Batakis. Trascendió, durante el almuerzo, que anoche el presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Kirchner y el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, tuvieron un encuentro secreto anoche, para ponerse de acuerdo sobre el rumbo a seguir. Cerca de De Pedro dijeron que no conocían los detalles del encuentro, pero deslizaron que esta tarde podrían haber novedades de posibles nuevas modificaciones en el Gobierno, sin adelantar nada más.

Todas las miradas apuntan, entonces, a dos eventos de peso en la agenda oficialista que tendrán lugar a las cinco. Por un lado, la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, brindará una conferencia de prensa. Con el llamativo detalle de que esas ruedas ante periodistas suelen realizarse los jueves por la mañana. Hoy, en cambio, se postergó hasta la tarde, en principio sin justificación. En simultáneo, el titular de La Cámpora, Máximo Kirchner, hablará en un acto en Escobar, por primera vez desde que se conoció la renuncia de Guzmán. Es decir, del funcionario contra quien el propio dirigente kirchnerista había despotricado en innumerables ocasiones desde que se firmó el acuerdo con el FMI, previa renuncia a la titularidad del bloque del Frente de Todos en Diputados.

Las conversaciones entre los empresarios, esta tarde, giraban en torno al sinfín de versiones que circulan sobre anuncios sobre medidas económicas, o bien sobre cambios de nombres en el gobierno nacional. Se rumoreaba sobre la salida de Sergio Massa de la Presidencia de la Cámara de Diputados, y un posible desembarco en la Jefatura de Gabinete en lugar del gobernador tucumano en uso de licencia, Juan Manzur. Esta posibilidad se robusteció hacia las 16, cuando desde el entorno de Massa dejaron trascender una foto que se había tomado durante una “reunión de trabajo”, según se informó, con la flamante ministra de Economía. Antes, Batakis había hablado con el Presidente, como cada día desde el domingo, para analizar los nombramientos en la cartera y definir el plan económico en el convulsionado contexto de suba del dólar y del riesgo país.

Hasta ayer, algunos técnicos de Interior se lamentaban por la coincidencia entre la presentación de De Pedro y la fuerte crisis. Desde que regresó de su gira de alto perfil por Israel, el ministro había disminuido sensiblemente sus apariciones públicas y esperaban que el encuentro de hoy fuera una plataforma para exhibir con bombos y platillos su plan de desarrollo federal, en un encuentro de alta exposición por el peso específico de las figuras que asistirían, con el condimento de que casi todos ellos suelen mostrar desconfianza con el kirchnerismo.

Además de Funes de Rioja, estaban Nicolás Pino, de la Sociedad Rural Argentina (SRA); Eduardo Eurnekian, de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios; Gustavo Weiss, de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC); y Adelmo Gabbi, de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, entre otros que integran el directorio del CICP.

De Pedro había confirmado su participación hace más de un mes, y barajó bajarse para evitar introducir más ruido en el enrarecido contexto político y económico. Pero anteayer decidió asistir de cualquier forma, resuelto a avanzar con su posicionamiento y transmitir sus ideas en persona frente al sector. Y hoy, como tenía planeado, les dijo a los empresarios que busca eliminar las “intermediaciones” mediáticas y políticas con el kirchnerismo, a las cuales considera como una de las causas de los ruidos entre esa fuerza política y el establishment. 

Su participación en la reunión empresarial del coqueto hotel de Puerto Madero fue una muestra más de la seguidilla de conversaciones con ese sector que emprendió en 2020, cuando había pasado menos de un año de asumir en el Gobierno. Antes estuvo en el Foro Llao Llao, en la Cámara Argentina Española, y la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) de Córdoba -de la que también formó parte el gobernador del PJ disidente Juan Schiaretti, uno de los dirigentes del interior más distantes de Cristina Kirchner-, entre otros.

El plan que les presentó, en el que vienen trabajando a diario los técnicos de su cartera, se refirió a los detalles productivos, de infraestructura y energéticos de cada provincia, basado en intercambios con gobernadores, ministros, intendentes y cámaras empresariales de todas las provincias. En las reuniones con su círculo de confianza, De Pedro suele repetir que eviten pensarlo como un “plan” a futuro, sino más bien, como un “borrador”, del cual varias partes ya están en ejecución, para un “acuerdo” entre sectores para dar “previsibilidad” sobre la economía.

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