Más allá de las candidaturas: cuál es la otra pelea interna de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires

Más allá de las candidaturas: cuál es la otra pelea interna de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires

Hay una discusión en la principal fuerza opositora que excede los nombres y tiene que ver con el mecanismo de distribución de los cargos a elegir en caso de que haya Primarias.

María Eugenia Vidal, Elisa Carrió, Diego Santilli, Emilio Monzó, Jorge Macri, José Luis Espert. Todos estos nombres suenan en Juntos por el Cambio para competir por encabezar la boleta de diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, hay una discusión subterránea que atraviesa toda la interna por quién será finalmente la persona que busque hacer pie en el bastión peronista y tiene que ver con lo que se llama mecanismo de distribución de los cargos a elegirse.

Lo primero que hay que decir es que esta es una discusión que deberá saldarse solamente en el caso de que haya una PASO para dirimir las candidaturas (son el 12 de septiembre) porque en caso de haber lista de consenso no tendría sentido, ya que cada dirigente tendría arreglado su lugar. Entonces, habiendo Primarias, lo que se pone sobre la mesa es con qué porcentaje de votos cada lista pone un candidato en las generales de octubre.

Entre 2015 y 2019 Juntos por el Cambio no tuvo este problema porque siempre las candidaturas se eligieron a dedo -con conflictos- pero tratando de respetar los lugares del PRO, la UCR y la Coalición Cívica. Ahora, lejos del gobierno y sin un liderazgo claro, son muchos los actores que creen que pueden luchar por un lugar y consideran que una PASO es la mejor herramienta para definirlos. El problema es si esa interna es inclusiva o exclusiva.

Históricamente, los espacios que iban a Primarias utilizaban la regla “3x1” que, traducido, significa que el ganador de la interna encabeza la boleta y si su competidor o competidores alcanzaban el 25% de los votos ponían un diputado cada tres de la lista ganadora. Pero este mecanismo de distribución, alegan ciertos dirigentes, es exclusivo porque el piso para entrar es muy alto. Lo que piden es que ese porcentaje sea de entre 10% y 15% para ser competitivos y que el espacio gane amplitud.

Uno de los grandes militantes de bajar ese piso es Emilio Monzó, que está batallando para que lo dejen competir en la PASO de Juntos por el Cambio bonaerense. Otro de los beneficiados, pero que aún no está en la discusión porque el espacio no decidió si ampliará la coalición, sería José Luis Espert. Y aquí entra un punto clave: qué quiere hacer Horacio Rodríguez Larreta. Desde el monzoísmo insisten en que para el proyecto presidencial del jefe de Gobierno porteño es fundamental acompañar la baja del piso porque le permitiría incluir a muchos más actores.

El ex presidente de la Cámara de Diputados durante el gobierno de Macri ya habló del tema con todos los protagonistas de una posible interna y hasta con Larreta, quien podría ser, en última instancia, el ordenador de lo que suceda. Sin embargo, no es muy optimista en que se pueda bajar el piso más allá del 20 por ciento. Según explican en su entorno, tanto el radicalismo, referenciado en Maximiliano Abad, como la Coalición Cívica con Carrió y el PRO con Jorge Macri no están interesados en que esto suceda porque con el esquema actual mantendrían sus lugares ocupados tanto a nivel nacional como provincial.

Por el momento todas las negociaciones ocurren en reuniones reservadas y están más atravesadas por la rosca y los intereses personales. Los canales oficiales se abrirán cuando los partidos que finalmente integren el espacio presenten a sus apoderados, quienes son los encargados de determinar ante la justicia electoral el mecanismo de distribución. Pero el trabajo previo es fundamental para lograr el consenso -o no- de una interna amplia o una exclusiva.

Los armadores bonaerenses de Larreta, que tienen como orden directa del alcalde no excluir a nadie, no dan por cerrado el debate. Aunque admiten que no hay definiciones sobre lo que sucederá y que la negociación se torna más complicada con respecto a intendentes y concejales, sobre todo del interior de la provincia de Buenos Aires, no descartan que se pueda llegar a un acuerdo con respecto a los diputados nacionales.

En caso de hacer esta división, explican cerca del jefe de Gobierno, aceptarían que quede el 25% para los cargos distritales y que se baje a un número entre el 10% y el 15% para la competencia nacional. Sobre todo porque, a diferencia de otros sectores de Juntos por el Cambio, Larreta ya ve casi inevitable una PASO en la que participen Diego Santilli, Emilio Monzó o Gustavo Posse, Jorge Macri y José Luis Espert, si logran convencerlo de que no vaya por afuera.

La propuesta de Monzó va en esta línea y se basa en una asignación pensada por Martín Lousteau y que se aplicará en la ciudad de Buenos Aires si hay Primarias entre María Eugenia Vidal y Patricia Bullrich. Lo que plantea es que se utilice como referencia el mismo porcentaje que se necesita para que un diputado entre al Congreso pero proyectado a la interna. Por ejemplo, en PBA entra un legislador con entre 4 y 5% de los votos. Extrapolado, eso representa el 12% en una interna entre espacios.

Más allá de lo que suceda con el mecanismo de distribución, Emilio Monzó ya definió que será candidato a diputado, sea dentro de Juntos por el Cambio o por fuera con su espacio Partido del Diálogo. Aunque es consciente de que la elección le será cuesta arriba, el ex intendente de Carlos Tejedor trabaja con vistas a 2023, cuando quiere luchar por ser el gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Tampoco ve con buenos ojos, por el momento, sumarse a Florencio Randazzo para competir por el peronismo no kirchnerista. Si bien mantienen diálogo fluido y coinciden en que ambos están en posiciones similares, ninguno de los dos cedería a no encabezar la lista y prefieren jugar por su cuenta más allá del resultado.

A pesar de la danza de nombres, Juntos por el Cambio aún debe definir sus candidatos en el principal distrito del país y la interna entre duros y moderados escala día a día dejando cada vez más en evidencia que la pelea de fondo es entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta de cara al 2023. Ya es un secreto a voces que el ex presidente quiere que Vidal represente a la oposición en el distrito que gobernó cuatro años y que Bullrich centralice la oferta en territorio porteño. Por el contrario, el jefe de Gobierno busca que la ex gobernadora sea su candidata en CABA y compita en una interna con la ex ministra de Seguridad para dar una muestra de autoridad y de alguna manera empezar a delinear los liderazgos del PRO para la futura carrera presidencial. Del otro lado de la General Paz, su apuesta es Diego Santilli, a quien busca posicionar para suceder a Kicillof.

 

Por Marcos Shaw

 

Comentá la nota