El peronismo bonaerense empezó a pensar la reconstrucción

El peronismo bonaerense empezó a pensar la reconstrucción

Sus referentes debatieron en Santa Teresita; hubo autocrítica por la derrota y dardos para Massa

 Esta vez no hubo cabecera especial ni atriles. Las sillas plásticas, una al lado de otra y repartidas en rectángulo para que todos quedaran cara a cara, pusieron en pie de igualdad a 150 dirigentes y referentes del peronismo provincial que, en el Club de Golf local, se reunieron para lamer heridas tras la derrota en las urnas, repasar quiénes quedaron, alumbrar una estrategia inicial y depositar la reconstrucción de esta fuerza en el liderazgo no ya de los viejos barones sino de medio centenar de intendentes, entre ellos varios jóvenes, que en octubre ganaron en sus distritos.

Con mucho sciolismo, sin La Cámpora y con ánimo de repatriar a los que fueron pares y se abrieron otros caminos, Fernando Espinoza sacudió a todos. "Es imperdonable haber perdido la provincia de Buenos Aires", advirtió el presidente del PJ bonaerense durante un encuentro que estuvo flaco de nombres.

Desde esa horizontalidad se permitieron autocríticas. Desde haber minimizado la potencialidad de Mauricio Macri hasta renegar de las primarias abiertas y simultáneas -creación del kirchnerismo- en las que se forjaron figuras que terminaron por arrebatarles distritos clave.

En este contexto de duelo se comprometieron a dar el primer paso hacia la unidad partidaria. Marcaron el camino Alberto Pérez y María Cristina Álvarez Rodríguez, como expresión directa del ex gobernador Daniel Scioli; también un más duro Julián Domínguez (ver aparte), Juan Manuel Abal Medina como expresión más próxima al kirchnerismo y jefes comunales en ascenso como Fernando Gray (Esteban Echeverría), Gabriel Katopodis (San Martín),Gustavo Menéndez (Merlo), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Verónica Magario (La Matanza), Gustavo Arrieta (Cañuelas) y el anfitrión, Juan Pablo de Jesús (La Costa).

"Sabemos quiénes faltan, hay que ir a buscarlos", fue el reclamo de Alberto Descalzo, intendente de Ituzaingó, que abrió el debate. "Si Cristina quiere conducirnos, deberá demostrarlo. Si Scioli quiere ser parte, bienvenido sea, y los de La Cámpora también son parte", describió.

Por lo pronto anticiparon una comisión política, con intendentes y legisladores, que pedirá audiencias a la gobernadora María Eugenia Vidal y a Macri para plantear necesidades de la provincia, incluidas mejoras en la coparticipación. "Tenemos el 49%, somos la oposición", aclararon.

Massa, sin lugar

Además del llamado a construir un solo peronismo, los participantes dejaron mucho más en claro quiénes ya no tienen lugar en el partido. Lo resumieron en el líder del Frente Renovador, Sergio Massa. Lo llamaron desde enemigo hasta traidor.

Les dolió que el ex candidato presidencial, durante la cumbre de Davos fuera señalado por Mauricio Macri como principal opositor y futuro líder del PJ. Casi una provocación que Menéndez vio con optimismo. "Fue música para nuestros oídos porque nos simplifica a los peronistas la idea de juntarnos", aseguró. "Lo suben para bajarlo", arriesgó Gray, y le restó relevancia al ex intendente de Tigre.

Álvarez Rodríguez reclamó construir "unidad y mayoría" y hasta le encontró un valor particular a la derrota. "Ahora todos valemos uno, nadie es imprescindible", advirtió.

Y en esto de juntarse asomaron las primeras diferencias. "Si nos disgregamos estamos jodidos y si no reconstruimos la matriz partidaria, tenemos macrismo para rato", avisó Abal Medina. Se encontró con la postura contraria de Domínguez y otra más moderada de Pérez: "Para la unidad hay un límite y son los que están cogobernando a nivel provincial y nacional", dijo sobre el massismo.

Espinoza dijo que lo llaman kirchneristas y massistas que sienten que su límite es Macri. "Esto no lo arreglan tres boludos, lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie", insistió el presidente del partido y consideró que el camino es marchar con los intendentes que ganaron.

Porque, advirtió Espinoza en el cierre, sienten que se dejaron manejar desde arriba. Lo dejó bien claro el líder del PJ bonaerense: "No es contra Cristina, pero no pueden cuatro o cinco definir por miles de peronistas de la provincia de Buenos Aires".

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