Macri ensaya su "vamos por todo" frente a una incipiente meseta económica

Macri ensaya su

por Alejandro Bercovich

 

Gustavo Lopetegui no pudo haber elegido una metáfora menos feliz. A solo nueve días del asesinato por la espalda del joven carpintero Rafael Nahuel en la ocupación mapuche de Villa Mascardi, comparó la tarea de la Jefatura de Gabinete con la de "los caballos que descuartizaron a Túpac Amaru". 

Lo hizo al encabezar el lunes una reunión ampliada del Ministerio de Producción, en la Usina del Arte, donde explicó a un centenar de funcionarios que su rol es lograr que los caballos tiren todos al mismo tiempo para garantizar el éxito de la empresa.

Más allá de la evocación del fallido desmembramiento del curaca quechua en plena campaña oficial para convencer a la sociedad del riesgo terrorista que representan los mapuches, el influyente escudero de Marcos Peña procuraba responder a una demanda concreta de los hombres de negocios. La falta de coordinación entre el gradualismo fiscal de Nicolás Dujovne y el shock antiinflacionario de Federico Sturzenegger, aducen cada vez más voces del establishment, hundió al Gobierno en su primera meseta económica tras la dura recesión del año pasado. Un frenazo todavía incipiente pero extendido sectorialmente, que se superpone además con las alarmas que encendió la inflación en noviembre y lo que va de diciembre.

Lejos de amilanarse, el Presidente ordenó a su equipo avanzar a todo vapor con las reformas previsional, laboral e impositiva. Y apurará para antes de Navidad su plan de despidos y retiros voluntarios en el Estado, cuya hoja de ruta terminó de delinear Andrés Ibarra el 28 de noviembre en un powerpoint que elevó la Subsecretaría de Planificación de Empleo Público al primer piso de la Rosada. Es el ahorro que complementa el recorte que sufrirán, si finalmente se aprueba el cambio de fórmula de actualización, unos 17 millones de jubilados, beneficiarios de planes sociales y trabajadores en relación de dependencia que perciben asignaciones familiares de la Anses.

Ni Justicia

La detención de Carlos Zannini y el pedido de desafuero de Cristina Kirchner que ordenó el juez Claudio Bonadío, en ese contexto ya tirante, desconcertaron ayer a los empresarios que siguen los espasmos de Comodoro Py con una mezcla de expectativa y estupor, según su grado de involucramiento en las causas. Lo que más les llamó la atención fue el timing. Ayer mismo, los primeros delegados extranjeros que desde el domingo asistirán a la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) debieron cruzar una Plaza de Mayo llena de manifestantes kirchneristas para retirar del CCK sus credenciales de acceso al encuentro. ¿Una marcha opositora contra encarcelamientos políticos sería la postal que Peña imaginaba el martes, cuando dijo ante el Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (CICyP) que "el mundo ahora nos abre la puerta"?

Aunque lo tenía casi enfrente, sentado al lado de Juan Nápoli, Peña evitó en ese almuerzo en el Sheraton saludar a Jorge Pablo Brito, todavía presidente de la Asociación de Bancos de capital nacional (ADEBA) y heredero de Jorge Horacio, el fundador del Macro a quien Ariel Lijo citó a indagatoria por la causa Ciccone. El jefe de Gabinete ya se había cruzado con Brito Jr. en la conferencia anual de la UIA, la semana pasada, y apenas le había retribuido un frío apretón de manos para luego huir raudo de una posible foto con él. Los Brito se inquietaron el sábado cuando leyeron el editorial del diario La Nación donde se acusaba a su patriarca de haber encarnado "junto a José Luis Manzano, Enrique y Sebastián Eskenazi, Eduardo Eurnekian, Carlos Wagner, Sergio Szpolski, Osvaldo Acosta y Gerardo Luis Ferreyra, entre otros, esa clase de empresarios que son verdaderos cortesanos del poder".

Esa lista negra expresa viejas cuitas del mundo VIP pero también disputas por los negocios del siglo XXI. En ella conviven un ultrakirchnerista llamativamente indultado por la justicia federal y el poder político como Szpolski con un lobista todoterreno como Manzano, un veterano innovador devenido concesionario como Eurnekian y contratistas más típicos como los Eskenazi, Wagner y Ferreyra. Brilló por su ausencia Cristóbal López, contra quien Macri ordenó apuntar todos los cañones del Estado. Su ex grupo Indalo, al cual el Gobierno le retiró la concesión de la Richieri esta misma semana, es objeto de un tironeo inédito por su peso en el mercado energético, donde se expandieron como ningún otro los amigos presidenciales Marcelo Mindlin y Nicky Caputo. ¿Profundizará Macri su apuesta por una nueva "argentinización" ante la sequía de inversión extranjera, aun a riesgo de dinamitar lo que le queda de su relato meritocrático?

Ventajitas

La vara no solo luce dispar en Comodoro Py a la hora de evaluar causas de amigos y enemigos de la Casa Rosada. Tampoco hay reglas claras sobre qué hacer con las tres o cuatro empresas en problemas donde peligran casi 50.000 puestos de trabajo. El rigor oficial sobre las compañías que Ignacio Rosner dice haberle comprado de forma irrevocable a López no es el mismo que se aplica a OCA, donde Patricio Farcuh negocia con el Gobierno un indulto informal a cambio de desplazar del control a un Hugo Moyano de quien el oficialismo pretende una improbable bendición de la reforma laboral. El plan de Mario Quintana para esa compañía es una virtual fusión con el Correo Oficial, donde se pondrá en marcha el ajuste que anticipó esta columna el 1 de septiembre pasado.

El de OCA tampoco es el mismo criterio que se aplicó a Cresta Roja, la avícola bonaerense cuya crisis heredaron Macri y María Eugenia Vidal recién asumidos. Para sortearla, la empresa recibió ingentes beneficios impositivos y laborales de la Nación y de la provincia. ¿Habrá tenido que ver eso con que terminara en manos de Santiago Perea, compañero de grado de Marcos Peña del Champagnat, y de familiares del diputado Eduardo Amadeo? En cualquier caso, no funcionó: el nuevo holding controlante acaba de anunciar una nueva cesación de pagos.

El traspié quizá responda al frenazo del consumo que advirtió en ese mismo almuerzo del CICyP el CEO de Mastellone, José Moreno, quien volvió a ver caer las ventas de lácteos en noviembre. Lo mismo admitió en esa comida el CEO de Newsan, Rubén Cherñajovsky: sus despachos remontaron entre agosto y octubre pero en noviembre vendió menos otra vez. Lo mismo anunció la Asociación de Fabricantes de Autos (ADEFA): el mes pasado, según sus datos, la producción local cayó un 4% e interrumpió siete meses de recuperación.

El ministro de Economía que no fue, Carlos Melconian, lo expresó por radio anteayer cuando advirtió que "diciembre viene bravo". Desde que se fue del Banco Nación, al que ahora lamenta ante sus íntimos que "convirtieron en un nuevo BANADE" (por el quebrado Banco de Desarrollo), Melco volvió a verse varias veces con el Presidente. La última vez que se vieron, le reconoció la "normalización" pero le comentó que no veía "factores de crecimiento". Lo que ayudó este año, a su juicio, fue el crédito, "un bicho raro que antes no estaba". Pero lo que no avizora es su continuidad en 2018. Lo llama, en lenguaje marcial, "un evento de desaceleración".

En nombre del Padre

Lo que queda de diciembre será clave para el reformismo permanente. Jorge Triaca juega simultáneas con el sindicalismo para intentar ofrendar a Macri una aprobación antes de fin de año y amenaza ahora con borrar del mapa a más de 500 gremios recientemente reconocidos. Frenético, afrontó una dura semana por la polémica que levantó la designación de su hermana en el Nación. Será peor cuando empiecen los despidos en el Estado: seguramente algún gremio reclamará que el ahorro fiscal empiece por su familia, que en conjunto cobra casi un millón de pesos por mes del Estado.

Las reformas enfrentan enemigos inesperados, como Susana Giménez, y otros más anunciados, como el Papa. Pero el Gobierno jamás imaginó tanto activismo del Santo Padre: no solo se sacó la foto con la familia de Santiago Maldonado y le dijo a un conductor de Crónica TV que "ya era hora de que (los periodistas) se preocuparan" por la libertad de prensa en Argentina. También viene de recibir con honores a Pablo Moyano y acaba de entrevistarse, más silenciosamente, con Gustavo Menéndez, el flamante jefe del PJ bonaerense. Bendiciones en la semana de la Inmaculada Concepción.

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