Montenegro y sus primeros 100 días

Montenegro y sus primeros 100 días

El intendente obtuvo triunfos legislativos y una temporada de verano favorable. Con austeridad se mostró pragmático de cara al futuro y rápido de reflejos ante el coronavirus.

“El balance es positivo. Pasamos la temporada sin conflictos internos, se avanzó en la recomposición de la institucionalidad, hay una línea interna clara y no nos aislamos”. La reflexión desde las entrañas del gobierno de Guillermo Montenegro sintetiza los cuatro elementos que, puestos sobre la balanza del primer tramo de la gestión -argumentan- la inclinan a su favor. Claro está, el cierre de ese período en medio de la alerta por el coronavirus pone el foco sobre múltiples factores.

El principal, el sanitario, ante la fragilidad del sistema público y una atención primaria que retrocedió en los últimos 4 años. El adelantamiento de medidas como la suspensión de las clases y el cierre de salas puso el énfasis en evitar la propagación del virus. El interrogante a futuro  también está puesto en las consecuencias económicas, en una ciudad castigada como pocas, donde ya se ven alterados el turismo, el juego y la actividad pesquera.

 

Primeros escenarios

Al desafío de un intendente debutante en General Pueyrredón, que debe lidiar con los  pormenores de una temporada en la principal atracción veraniega del país, el gobierno entendió en estos cien días de mandato que, además, debía hacer frente a otros dos complejos escenarios: la situación financiera heredada de Carlos Arroyo y la ubicación de la gestión PRO en un contexto de hegemonía K.

Un primer viento de cola se dio a partir de los números de la temporada de verano. Según datos del Emtur (Ente Municipal de Turismo) se registró un aumento en la inyección de dinero del 71,2% en enero y febrero en comparación al mismo tramo de 2019. La suba generó ingresos por $33.595 millones.

En esa línea, un eje central impulsado por el Ejecutivo en estos primeros cien días fue la austeridad. A la medida de disminuir en un 20% su salario y en un 15% el de sus secretarios, Montenegro adelantó que buscará la forma administrativa para recortar en un 50% las horas extras del personal municipal en todas las dependencias. “Hay que tratar de maximizar el personal en cuanto a la utilización de horas extras que no sean necesarias, ser respetuoso con la plata del vecino”, expresó el intedente a La Tecla Mar del Plata.

En tanto, el Concejo se plegó al ideal de austeridad. Los ediles se congelaron el sueldo por 180 días y se pusieron límites a la incorporación de personal, lo cual permitiría un ahorro anual de $45 millones. También los imprevistos fueron moneda corriente. La propagación de la pandemia del coronavirus encendió las alarmas. Ante ello, Montenegro se mostró rápido de reflejos y decretó la emergencia sanitaria por tres meses en un distrito que, por el momento, cuenta con un solo infectado. Además, un día antes que Nación y Provincia, determinó la suspensión de clases hasta el 31 de marzo. Y, entre otras medidas, licenció al personal municipal mayor de 65 años: el principal grupo de riesgo.

 

El armado del gobierno

Montenegro conformó una estructura heterogénea de funcionarios, algo que puede ser un problema a futuro, pero que, hasta ahora, mantiene su cohesión interna. El armado tiene una activa participación del PRO, UCR, Coalición Cívica, Crear, a través del senador Lucas Fiorini, e incluso Sumar, la agrupación del secretario de Gobierno, Santiago Bonifatti.

“No vamos a ‘lotear’ al gobierno”, aseveran desde su círculo íntimo. Se trata de algo que va en consonancia con lo expresado por el propio intendente: “No hago lugar al prejuicio, por eso, el gabinete es plural; en él se integran distintas miradas y orígenes; pero toda diversidad converge en la condición de que para poner al Municipio de pie debemos trabajar sin descanso”.

 

Vínculo con Nación y Provincia

Del cauteloso “construiremos una relación autónoma pero de cooperación con los gobiernos Provincial y Nacional”, del discurso inaugural, al más contundente “el Presidente y el Gobernador saben que pueden contar conmigo para trabajar en los temas que beneficien a esta ciudad”, de la apertura de sesiones, le pasaron tres meses de una relación que pocos pronosticaban.

El hombre del PRO se mostró más cerca del kirchnerismo de lo que referentes de su partido quisieran, en modo “antigrieta”. En el gobierno creen que ese es el motivo por el cual se lo marginó de la definición de las autoridades del PRO, donde la línea de Marcos Peña se impuso a Rodríguez Larreta y a Vidal, las dos figuras con que más se identifica el intendente.

La intervención para que avance la Ley Fiscal fue uno de los pasos más jugados de Montenegro, en  un contexto donde semana a semana ofrece alguna foto con funcionarios. En estos más de tres meses, el jefe comunal compartió actividades con Kicillof, Sabina Frederic, Agustín Rossi, Daniel Arroyo y Sergio Berni.

En este contexto deberá encarar el resto del año mirando hacia Nación y Provincia para hallar financiamiento. Todo ello, con un armado de gobierno que no muestra fisuras pero que se sabe heterogéneo.

 

Legislativo local: gobernabilidad y reinstitucionalización

La causa judicial por competencia de poderes que debe resolver la Suprema Corte fue el corolario de una relación por demás tensa entre el exintendente Arroyo y el Concejo Deliberante. Como  contracara, rápidamente, el gobierno logró recomponer el vínculo institucional y se impulsaron medidas como la reducción de asesores.

Siendo consciente de su debilidad -ya que apenas cuenta con un interbloque de diez ediles-, Montenegro desplegó acuerdos con sectores de la oposición que le garantizaron la gobernabilidad. Más cercano en lo ideológico, aunque con tensiones por la transición, logró encolumnar al único concejal del arroyismo, Mauricio Loria. También anotó en su favor la ruptura de la barrionuevista Mercedes Morro con el Frente Renovador y finalmente logró un  entendimiento con el exintendente Gustavo Pulti, logrando el acompañamiento clave de Acción Marplatense.

De ese modo, en sus primeros tres meses, el Ejecutivo se anotó varios triunfos legislativos que el 10 de diciembre emergían como una incertidumbre: consiguió ratificar a las autoridades propuestas para los cuatro entes descentralizados y Obras Sanitarias; en un trámite exprés se aprobó una ordenanza para prohibir la pirotecnia; mientras que en enero obtuvo la aprobación del Presupuesto 2020 y el aumento de tasas, que promedió el 50%.

 

La agenda para el Concejo Deliberante

En su discurso de apertura legislativa, el intendente fijó las ordenanzas que impulsarán este año: la modificación de la fórmula de actualización de la tasa de Servicios Urbanos, la erradicación de la tracción a sangre y la regulación de los cuidacoches, entre los concretos, y un paquete orientado al desarrollo del trabajo, como prioridad para empresas locales en licitaciones, la creación de un Polo Tecnológico y mayor dinamismo en la entrega de habilitaciones comerciales.

 

El frente provincia, una prioridad

El presupuesto provincial es algo que ocupa y, también, preocupa a la gestión de Guillermo Montenegro. La negativa de Gobernación de hacerse cargo de la renovación de un convenio con guardavidas que prestan servicios en La Feliz -que obligó a la ciudad a hacer frente al pago de $53  millones- generó una alerta en el Palacio Municipal de cara al futuro.

Mientras esperan que se aclare el panorama económico y se conozcan las obras proyectadas en la región desde La Plata, Montenegro tomó la iniciativa y el 8 de marzo se reunió con los cinco legisladores marplatenses.

En concreto, dijeron presente los diputados Maximiliano Abad, Johanna Panebianco y Sergio Siciliano, además de los senadores Lucas Fiorini y Franco Bagnato. “Mar del Plata tiene que estar bien posicionada. Si no tenemos un laburo coordinado con quienes están en La Plata, puede volver a pasar lo que sucedió con los guardavidas. Acá no hay problemas de tiempos, sólo queremos fondos para la ciudad”, advirtió una alta fuente municipal.

 

La vuelta de las bonificaciones

Desde el 1 de febrero, el gobierno efectivizó una promesa de campaña: la restitución de las bonificaciones docentes para los educadores del sistema municipal. El beneficio había sido quitado por la administración de Carlos Arroyo en octubre de 2018. En consecuencia, el gobierno se ahorró un frente de conflicto que fue protagonista durante parte de 2018 y todo el año pasado. Ahora, el desafío será cómo financiar el retroactivo en el pago de las bonificaciones, algo que Montenegro prometió y aún está en estudio. Una posibilidad serían las partidas del Fondo Educativo.

 

Unidad de Gestión e inicio de clases

Una de las preocupaciones para Montenegro en estos cien días de gobierno fue el comienzo de clases. Para ello conformó la Unidad de Gestión, área dedicada a la reparación de establecimientos educativos y compuesta por el EMSUR (Ente Municipal de Servicios Urbanos), Obras Sanitarias, Vialidad y las secretarías de Educación y Obras. Además adhirió al convenio de “Escuelas a la Obra”, que destinará $26 millones a escuelas de jurisdicción bonaerense.

 

El frente vial para tratar el bacheo

En infraestructura, Montenegro conformó un frente vial para mejorar el bacheo y la pavimentación en diversos puntos de la ciudad. Sin embargo sabe que necesitará financiamiento.

Para ello mantuvo una reunión, el 9 de marzo, con el ministro de Obras Públicas bonaerense, Agustín Simone. Entre los ejes tratados se delineó una agenda en común para establecer un plan de obras hidráulicas, asfalto y bacheo para Mar del Plata.

 

El rol de Alejandro Rabinovich en el gobierno

El jefe de campaña de Montenegro, y su mano derecha, asumió en una función novedosa dentro del esquema municipal. Rabinovich es el coordinador de Gabinete. Tiene bajo su mando la articulación entre las secretarías y los entes, además de ser el nexo entre el Ejecutivo y el Concejo. También es una de las piezas claves de la política comunicacional del gobierno y tiene injerencia en la designación de funcionarios.

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