Máxima tensión en el Gobierno: el Presidente canceló un acto mientras Massa lauda entre él y Cristina

Máxima tensión en el Gobierno: el Presidente canceló un acto mientras Massa lauda entre él y Cristina

Crónica del detrás de escena de una interna feroz en el Gobierno. Qué rol juega cada ministro. Y cuáles son los planes de Cristina Kirchner

 

El ministro del Interior Eduardo 'Wado' de Pedro ingresó a la reunión de gabinete visiblemente molesto y contó que al llegar un periodista le había preguntado por qué fue al médico con su hijo y no su esposa. Por su ausencia a las 7.30 y en el lapso de una hora hasta se dijo que se desencadenarían renuncias kirchneristas, como en agosto pasado. Sin embargo él mismo le había avisado a la secretaria de Juan Manzur que tenía un problema familiar y que su mujer se quedaba con su otro hijo. Para cuando él arribó Martín Guzmán ya había dado un pronóstico de crecimiento para la economía y esperanzas en la batalla contra la inflación. Pero admitió que la suba de precios es la principal preocupación y que hasta que eso no mejore será difícil mostrar otros índices. Aún así Manzur pidió difundir la gestión y reforzar el "equipo", tan golpeado estos días por los cruces entre el ala kirchnerista liderada no solo por Andrés "Cuervo" Larroque sino por la propia Cristina Kirchner.

 

La primera reunión de ministros en seis meses -a pedido del Presidente- fue bastante larga. Incluso hubo ministros distraídos con sus celulares en algún momento. Juan Zabaleta dio las cifras de asistencia alimentaria de Desarrollo Social y varios preguntaron, preocupados, sobre el Presupuesto que en dos semanas saldrá por decreto. La secretaria de Legal y Técnica Vilma Ibarra fue la que encaró sin vueltas el tema más crítico y pidió trabajar "juntos" y "bajar el tono" a las internas ventiladas públicamente.

Al término de la reunión una funcionaria dijo off the record que al que no le gusta la gestión tendría "que se vaya" y puso esas palabras en boca de Manzur a pesar de que los ministros consultados dicen no haberlo escuchado.

Está claro que quien más en desacuerdo está es Cristina Kirchner y según todas las fuentes que hablan a su alrededor (que son pocas) no tiene pensado dejar su lugar. No quiere -repiten- ni ser Julio Cobos ni Carlos "Chacho" Alvarez. Lo aclaró además el ministro bonaerense Larroque, jefe de La Cámpora: "Es nuestro gobierno, no se lo vamos a dejar a Alberto para que se lo lleve a la mesa de luz". "El gobierno es del pueblo", respondió Fernández. 

Cristina Kirchner ayer volvió a hacer un gesto a través de las redes sociales al felicitar públicamente a Sergio Palazzo por el 60% de aumento que obtuvo para los bancarios. Evidentemente ella no cree lo que prometió Guzmán, que el próximo número de inflación será más bajo.

A la reunión no iba a ir el Presidente porque de Olivos tenía previsto moverse hasta General Pacheco. Sin embargo sorpresivamente Alberto Fernández suspendió su única actividad pública del día, un recorrido en la planta de la empresa Volkswagen. Según estaba agendado participaría del anuncio de nuevas inversiones de la compañía automotriz para el período 2022-2026. Era una buena noticia de gestión.

Pablo Di Si, el líder regional de la compañía, viajó expresamente para el evento en el que anunció una inversión de u$s 250 millones que redundará en más empleo. Al excusarse el Presidente avisó que irá la próxima semana. La futura visita no apaciguó los ánimos ni en el parque industrial ni en Casa Rosada.

El argentino Di Si dio un optimista discurso y tuvo contundentes elogios para Daniel Scioli a quien describió como "un incansable" trabajador desde Brasil "para generar más flujo comercial y empleo". En la fábrica hubo aplausos y ovación para el embajador en Brasilia y foto sonriente entre el secretario de Industria, Ariel Schale, el intendente de Tigre, Julio Zamora; los representantes de Volkswagen, del gremio de SMATA y hasta de la embajada de Alemania.

En paralelo a esa postal, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se reunía en el Senado con Cristina Kirchner a menos de 24 hs de que la Vicepresidenta cuestionara la legitimidad de la gestión de Alberto Fernández. De ahí el tigrense se fue directo a Casa Rosada para almorzar con el Presidente.

A uno y a otro encuentro Massa buscó bajarle la expectativa y aseguró que la charla con la titular de la cámara Alta estaba prevista de antes y que adelantó una comida en la Rosada para poner al tanto a Fernández sobre los acuerdos en el Congreso para poder sesionar este jueves. "Charlamos de la agenda parlamentaria", aseguró sin convencer a los incrédulos sobre las verdaderas razones de sus encuentros. Sobretodo porque el martes también pasó por su despacho Máximo Kirchner mientras se replicaban en los medios la denuncia de Larroque contra el Presidente ("le hace operaciones a Cristina", dijo) y la respuesta de Aníbal Fernández. "Al Presidente no lo van a apretar con una declaración estúpida", lanzó el ministro de Seguridad sin calma.

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