"Ponemos un aviso y no viene nadie", afirma a este medio un empresario del rubro textil. Es una realidad que contrasta (o se explica) con otra, la de una economía que crece fuertemente y genera puestos de trabajo. En los hechos lo que se exhibe es una baja en la oferta de empleos registrados bien remunerados y una pérdida de poder adquisitivo de los salarios, en un contexto de alta informalidad laboral.