Ados años de mandato el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, estrena casi por primera vez en su historia el apretado traje de la moderación política. En línea absoluta con Cristina Fernández y en acuerdo con ella, definió mostrar un perfil bajo, moderado, en las discusiones públicas que, a través de diferentes voceros, sostiene la vicepresidenta con el presidente Alberto Fernández. También decidió trabajar desde ahora en su reelección, sumar intendentes para que le ayuden en la tarea territorial, recargar la atención en algunas comunas, fundamentalmente del interior donde creen poder recuperarlas, y reforzar las críticas a la oposición en una sola figura: Mauricio Macri. Sobre Sergio Berni, el ministro de Seguridad ultra crítico a la gestión de Fernández,  aseguran que continuará en su cargo ya que resulta funcional a la gestión bonaerense.

En esta nueva etapa, Kicillof espera seguir manteniendo distancia de situaciones sensibles de la interna oficialista, como fue el portazo de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque de diputados nacionales del FdT. El mandatario supo de la renuncia por boca del propio Máximo, que se lo contó antes de estampar la firma. Hubo aval y coincidencia, también reserva del gobernador que eligió no participar de la posterior discusión pública y mediática.

Aunque la relación cuasi familiar que Kicillof tiene con CFK no se reproduce con Máximo, desde el búnker bonaerense afirman que el vínculo es sólido. Va como ejemplo la reciente incorporación de Daniela Vilar como ministra de Ambiente, una candidata propuesta por el ex jefe de bloque, que la tuvo como parte de su staff en el Congreso.

“Ni de un lado ni del otro” dicen cuando PERFIL indaga sobre la grieta oficialista. Aunque el gobernador reivindica la jefatura de la vicepresidenta, con quien tiene diálogo constante y encuentros quincenales o semanales, el vínculo con Alberto Fernández es razonable. El miércoles pasado el Presidente viajó a  La Plata para marcar presencia en un acto de la Juventud Peronista Universitaria, que responde a la diputada albertista Victoria Tolosa Paz y que litiga con el sector kirchnerista de la ministra de Cultura bonaerense, Florencia Saintout. A esa misma hora el mandatario bonaerense tenía previsto una cita con CFK en el Senado, agendada tres días antes, por lo que decidió buscar un acuerdo para recibir al jefe de Estado en su oficina de La Plata, con foto incluida sin suspender el encuentro con la vicepresidenta.

“Hablaron por la mañana de ese día, el presidente aceptó llegar un rato antes y Axel ir más tarde al Senado”, indicaron a este diario. “Ellos se llevan bien, tienen sintonía, y además se necesitan”, apuntaron.

El próximo miércoles el gobernador abrirá las sesiones ordinarias en la Legislatura provincial. Allí dejará en claro sus ansias de reelección aunque maquilladas con el plan “6x6”, que traduce los cuatro años de la ex gobernadora María Eugenia Vidal más los dos de la pandemia como pérdida y la necesidad de establecer seis más de producción.

Por debajo de ese formato el gobernador planea sumar intendentes del interior a su equipo, incluso ex jefes comunales, para sumar experiencia y bajar de forma intensa al territorio. El plan tiene un listado de comunas opositoras, donde el oficialismo provincial tuvo buenos votos en 2019, para apuntalar y reconquistar. También se suman algunos municipios de Cambiemos del Conurbano como Lanús, comandado por Néstor Grindetti (PRO) y San Miguel con Jaime Méndez que responde al senador provincial y ex funcionario de Vidal Joaquín De La Torre.

Estas incorporaciones, que todavía están en estudio, serían en lo inmediato los únicos cambios ya que no se esperan modificaciones de ministros y ministras.

Ni siquiera en el caso de Berni de Seguridad, un funcionario muy crítico al gobierno nacional que cada tres semanas levanta el perfil para golpear la gestión de AF. En la balanza, el ministro resulta más funcional que disruptivo y además, Kicillof no tiene otros candidatos para reemplazarlo.