El fiscal federal Marijuán imputó y allanó a Sigman por el escándalo de las vacunas que no llegan

El fiscal federal Marijuán imputó y allanó a Sigman por el escándalo de las vacunas que no llegan

Fue primicia de LPO. La causa está radicada en el juzgado de Ercolini. Analizan la figura de "defraudación al Estado". Por la vacuna de AstraZeneca habrían cobrado 60 millones de dólares y no llegó ni una.

El fiscal federal Guillermo Marijuán imputó al empresario Hugo Sigman en la causa iniciada a raíz de una denuncia de un particular que pidió se investigue porqué el Estado pagó al proyecto conjunto de Hugo Sigman y AstraZeneca millones de dólares para que provean al país con 22 millones de dosis, que iban a comenzar a llegar a principios de marzo y tres meses después no apareció ni una dosis.

La denuncia fue anticipada en exclusiva por LPO y contaría con importante información sobre el contrato que el gobierno de Alberto Fernández firmó con AstraZenaca y Sigman. Contrato que el Ministerio de Salud se rehúsa a publicar. La causa se instruye en el juzgado de Julián Ercolini, quien estaría analizando si corresponde aplicar al dueño del Grupo Chemo la figura de "defraudación al Estado".

El operativo incluyó un allanamiento al Ministerio de Salud y las oficinas que Sigman declaró en el contrato con AstraZeneca, que el juez Ercolini -que hasta ahora se ha mostrado muy prudente con el empresario- habría tenido la gentileza de presentar como un requerimiento de información o algún eufemismo por el estilo, que finalmente habría decantado bajo la figura de "orden de presentación". 

El juez Ercolini tuvo la deferencia con Sigman de camuflar el allanamiento de sus oficinas bajo la figura de "orden de presentación". Sin embargo, el fiscal Marijuán parece decidido a investigar si se produjo una defraudación al Estado en el pago por adelantado de millones de vacunas que nunca llegaron al país.

La denuncia fue presentada por Josefina de Elizalde y además del empresario incluye al presidente Alberto Fernández; la ministra de Salud, Carla Vizzotti; el ex ministro Ginés González García, muy cercano a Sigman y la jefa de Gabinete de Salud, Sonia Tarragona también dentro de la esfera de influencia del dueño del Grupo Chemo. Entre otros posibles delitos a investigar se menciona abuso de autoridad, malversación de caudales públicos e incumplimiento a los deberes de funcionario público.

La denuncia también pide que se investigue un versión anticipada por LPO el año pasado: Sigman habría sido determinante en el fracaso del acuerdo con Pfizer para comprar su vacuna, una de las mejores del mundo y que están aplicando en todos los países de la región. En ese sentido pide investigar el rol de Sonia Tarragona, que tuvo un rol clave en la negociación de los contratos de vacunas y anteriormente fue directiva de una de las empresas de Sigman.

No es la primera vez que Sigman queda cruzado en investigaciones judiciales por sus voluminosos contratos con el Estado. Ocurrió con la vacuna contra la aftosa en el gobierno de Fernando de la Rúa y con el caso de la efedrina durante el kirchnerismo.

El laboratorio de Garín donde Sigman produjo los millones de dosis de vacunas contra el Coronavirus que envió a México y no volvieron, se construyó con un crédito blando del Bicentenario que le dieron Amado Boudou y Guillermo Moreno.

Si bien el Gobierno se rehúsa a publicar el contrato y de manera más inexplicable aún no le exige a Sigman ninguna explicación, el diputado radical José Cano parece haber accedido a algún dato certero porque afirmó que el Estado ya pagó 60 millones de dólares y pidió que se sancione a estas empresas, como analiza hacer la Unión Europea ante demoras incluso menos gravosas.

La vacuna de Sigman y AstraZeneca fue la gran apuesta del gobierno que creyó o quiso creer en el empresario, que vive la mayor parte del año fuera del país. El propio Sigman cuando anunció los acuerdos el año pasado recibió una serie de notas celebratorias de los principales medios de Argentina y España, donde se lo presentaba como el empresario que iba a salvar a Latinoamérica del coronavirus.

"Para julio de 2021 la situación de la pandemia va a cambiar muchísimo porque va a haber mucha gente protegida, ya sea el 70, 80 o 90 por ciento de las poblaciones", vaticinó en tono profético en la conferencia de la UIA de diciembre del año pasado en la que afirmó que en Marzo llegarían al país sus vacunas y hasta se jactó que si AstraZeneca no hubiera firmado con su laboratorio no habría vacunas hasta fines del 2021.

El sicólogo lacaniano Sigman es socio en numerosos emprendimientos de dos familias poderosas: Gold y Sielecki. Con habilidad construyó una red de laboratorios que crecieron sobre todo con negocios con el Estado argentino y le permitieron una expansión internacional, con eje en España, donde vive buena parte del año y la semana pasada compartió un almuerzo con el ministro Martín Guzmán.

La demora en entregar las dosis prometidas obedece según Sigman a dificultades de su socio mexicano para envasar el producto enviado desde la Argentina, por supuestos faltantes de insumos como los frascos que contienen las vacunas. Una excusa insostenible ya que en México se está envasando sin problemas la vacuna de Cansino. 

Se supone que luego de eso, según le dijo el propio Sigman a El País, decidió "desviar" unas 14 millones de dosis a un laboratorio de Ohio para que las envasen y ahora por las leyes de seguridad sanitaria de Estados Unidos no podrían salir del país. Con una paradoja adicional, hace algunas semanas Biden envió a López Obrador casi dos millones de dosis de AstraZenaca a cambio que refuerce los controles fronterizos. Esa vacuna no está aprobada ni se aplica en Estados Unidos, sería el colmo que sean las fabricadas en Argentina.

Sigman tiene en una planta que ahora mismo envasa vacunas, ubicada exactamente al lado de su laboratorio de Garín donde produjo el principio activo de la vacuna contra el Covid. De manera elíptica dijo que no podía usar esa planta porque estaba dedicada a envasar vacunas de Pfizer contra la gripe.

De buenos vínculos con el oficialismo, su planta de Garín la construyó gracias a un crédito del Bicentenario que le dieron Amado Boudou y Guillermo Moreno. "Me toca vivir más afuera de la Argentina, así que para retribuir siento que tengo que invertir, generar puestos de trabajo y buscar la excelencia, llegar a la cooperación entre el sector público y privado, transformar el conocimiento teórico en uno práctico y generar valor para nuestro país. Eso resulta.", afirmó en la UIA.

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