Analía Argento

Axel Kicillof reasumió con un reclamo al gobierno de Javier Milei, recursos que cedió Buenos Aires y que necesita recuperar para cumplir sus promesas de campaña. Por la misma razón -su promesa a la inversa- el libertario anunció el domingo un brutal ajuste con consecuencias en el corto plazo: caída de la actividad económica, del empleo y los salarios y más pobreza e indigencia en el futuro inmediato.

 

Antes de arrancar el gobernador respiró hondo. Apretó los labios. Suspiró con ruido y cerró los ojos. Pareció darse fuerza o calmar su ánimo. Después habló en el recinto en un tono moderado pero con firmeza y lo más sorprendente, bastante breve para su estilo.

Tras los agradecimientos reconoció la legitimidad del triunfo de Milei pero demandó reciprocidad en el trato. "Pedimos que se respete la voluntad de la mayoría de los bonaerenses", demandó, tras prometer respetar al Gobierno nacional y que no haya "venganzas". Está claro que tampoco le conviene pelearse demasiado con el nuevo Presidente con el que deberá confrontar, negociar o convivir. Criticar políticas y no persona pareció ser en sus palabras una coincidencia con Milei.

A los propios y a la oposición los convocó a trabajar juntos y a unificar una estrategia para que Buenos Aires no pierda en la distribución de recursos desde Nación. No le será nada fácil.

Axel Kicillof tomó la bandera de los Derechos Humanos y se abrazó con Madres y Abuelas

Habló "sin exitismo" pero celebrando cómo a la inversa de lo que ocurrió en el balotaje y de las derrotas de varios de sus colegas justicialistas, en Buenos Aires se revalidó un modelo con Estado presente y "sin claudicaciones".

Kicillof tuvo que admitir con sutileza las dificultades que puede tener para gestionar cuando en la provincia y en la Casa Rosada gobiernan fuerzas políticas "tan distintas" y que están en las "antípodas" una de la otra.

Los votos de Milei 

Más de una vez recalcó que es soberana la voluntad popular aunque enumeró la contundencia de su triunfo y cómo en más de una decena de ciudades ganó Unión por la Patria a pesar de ser oposición. La Plata es una de esas batallas ganadas de la que Kicillof se siente responsable y hoy acompañará a Julio Alak en la jura como intendente.

"Lo que falta no se consigue con motosierra ni con ajuste", recalcó frente a diputados y senadores y también frente a intendentes de su propia fuerza, varios radicales y sólo uno del PRO.

La presencia de Cristina Kirchner en la Asamblea Legislativa bonaerense, vestida con un modelo casi igual al que lució el domingo último en la jura de Milei pero en verde y no colorado, dejó claro el peso que tiene este sobreviviente en el nuevo escenario nacional y en la interna justicialista.

La metáfora se repitió entre distintos testigos del evento. ¿Kicillof es el heredero de ese bastón del poder que pidió usar la ahora exvicepresidenta?

Desde el palco ella pareció liderar su espacio político aunque también con sus palabras Kicillof asumió un traspaso generacional en el peor contexto para él pero con la posibilidad de tener chances de liderar a la oposición.

Ganar la reelección -después de varios intentos por correrlo- lo pone por encima de gran parte de su espacio aunque pudiera haber otros legítimos herederos del kirchnerismo como Eduardo 'Wado' de Pedro presente en el recinto.

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Para no molestar -necesita a todo su espacio de su lado e incluso ampliarlo- no volvió a mencionar su idea de cantar una nueva canción. En cambio, reivindicó la "audacia" de Cristina y Néstor Kirchner en "aquellos 12 años maravillosos de gobierno". Y planteó que aquella gestión debe ser "un manual de cómo gobernar en favor de las mayorías".

Por el contrario, apuntó que en los últimos cuatro años "faltó más rebeldía, faltó más justicia social, faltó más distribución de la riqueza, faltó más igualdad". Aún así, en la transmisión oficial, su equipo compartió un video de la campaña de 2019 en el que había imágenes tanto de Alberto Fernández como de Sergio Massa. Después se vio un spot en el que Kicillof desplegaba toda su simpatía en imágenes de cercanía con los bonaerenses.

Cristina Kirchner posó con varios de los intendentes del Conurbano bonaerense

Prudente, quizás por la debilidad que vislumbra frente a un gobierno nacional del que depende, confesó "con honestidad" su deseo de que "las cosas salgan bien". Es evidente que descree de que eso suceda o está demasiado preocupado porque el ajuste no afecte a la mayoría de los bonaerenses.

Lejos de intimidarse en la Plaza San Martín Kicillof dio un segundo discurso y se plantó como jefe de la oposición. Reveló, con la bandera provincial a su espalda, un liderazgo nacional en construcción y del que no se puede escapar. Más de una vez subrayó que ganó la reelección en la provincia más grande del país donde vive casi el 40% de los argentinos.

Axel Kicillof agradeció a su mujer y a sus hijos y a Cristina Kirchner que lo escuchó desde el palco

Todas las tribus saben que quedan bajo la sombra del mayor sobreviviente. Y lo acompañaron. Estuvieron desde el camionero Hugo Moyano a Hugo Yasky de la CTA; intendentes cristinistas como Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada) y Fernando Espinoza (La Matanza). También estuvieron la quilmeña Mayra Mendoza, Mariel Fernández de Moreno, el pilarense Federico Achával y Gastón Granados de Ezeiza entre otros. 

Los más jóvenes posaron con Cristina Kirchner alzando los dedos en V. En lugar central se sentó también Máximo Kirchner, diputado nacional y presidente del PJ que tiene una relación fluctuante con el gobernador. En los últimos días se vieron con más frecuencia.

 

Al grito de "¡Viva la justicia social, carajo!" Kicillof cerró un discurso que dijo, representa también a su vicegobernadora Verónica Magario. La reiterada imagen de abrazos y miradas entre ambos dieron fe de la sintonía personal y política y del buen funcionamiento de fórmula entre el gobernador y la matancera.

A esa fórmula la tuvo que defender en el cierre de listas cuando Máximo Kirchner le pedía que diera un salto como candidato a Presidente de la Nación. No pocos lo miran como la esperanza de 2027.