Los anuncios de Raverta, la “cercanía” de Montenegro y los mordiscos de su mastín

Los anuncios de Raverta, la “cercanía” de Montenegro y los mordiscos de su mastín

La titular de Anses es una candidata de "buenas noticias". Montenegro busca mostrarse junto a los vecinos. Y su hombre de confianza, Rabinovich, no para de dar tarascones. Confusión sobre el impacto de la obra del gasoducto.

Por Ramiro Melucci

El martes anunció junto al ministro de Economía, Sergio Massa, los créditos para jubilados y pensionados. El miércoles anticipó que la producción de la multinacional Lamb Weston podrá exportarse desde el puerto local. El mismo día comunicó un aumento de las Becas Progresar. El jueves encabezó con la secretaria de Energía, Flavia Royón, el acto local para la inauguración de un tramo del Gasoducto de la Costa. Y el viernes, para cerrar una semana a pura agenda positiva, cortó con el ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, la cinta inaugural de la nueva sede del Conicet.

Fernanda Raverta es, o intenta ser, la candidata de las buenas noticias. La principal destinataria de las novedades con las que los gobiernos nacional y provincial procuran contrarrestar los sinsabores de la vida cotidiana, reflejados en la todavía dispar carrera entre precios y salarios.

De entrada dijo que no va a contestar agravios. Que no se va a meter “en el juego de las campañas sucias”. Fueron los concejales Marina Santoro y Horacio Taccone los que salieron al cruce de las críticas de Juntos por el Cambio por la falta de luminarias en la ruta 88. Fue el subsecretario de Recursos Hídricos bonaerense, Guillermo Jelinski, el que respondió los cuestionamientos que una semana antes había lanzado Obras Sanitarias por los convenios hidráulicos pendientes. Será el gobierno de Axel Kicillof el que recordará en las próximas horas los aportes y obras que concretó en Mar del Plata.

En cambio, la candidata a intendenta de Encuentro Marplatense procura no responder. Se limita a las estocadas iniciales. “Vamos a recuperar el tiempo perdido por la falta de gestión local”, lanzó la semana pasada. La misma en la que tuvo, aunque en formato de gestión, su primera foto con el postulante presidencial del oficialismo, Sergio Massa.

Vecinos del barrio Punta Mogotes, en una reunión con el intendente Guillermo Montenegro y su equipo.

Montenegro también evita las fricciones. Arma reuniones en sociedades de fomento a las que acude con buena parte de su gabinete, escucha los reclamos y evalúa soluciones. En todas admite que falta, pero ratifica el rumbo. En el discurso público, eso que falta siempre queda anudado a las circunstancias en que le tocó ser intendente (pandemia incluida) y a los gobiernos nacional y provincial con que debe convivir. Sería muy distinto, asegura, con Juntos por el Cambio en la cima del poder.

Para la furia lo tiene a su perro de presa: Alejandro Rabinovich. La sucesión de capítulos en que se recorta como protagonista lo confirma. Aseguró que Kicillof y Raverta no prenden las luces de la ruta 88 porque quieren “perjudicar a Montenegro”. Calificó de “mentira total” el anuncio que en enero de 2021 formularon la titular de Anses y el entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, de la construcción del espigón 9 del puerto. La elevó a “descarada” para el caso de la ampliación del Gasoducto de la Costa.

 Eso que falta siempre queda anudado en su discurso a las circunstancias en que le tocó ser intendente y a los gobiernos nacional y provincial con que debe convivir

Lo que va de la campaña vernácula puede compendiarse en esas instantáneas que generan la candidata opositora –generalmente en tándem con su flamante socio, Gustavo Pulti–, el intendente y el senador bonaerense. Cada episodio tiene sus particularidades. Algunas de las cuales son lamentables. Quedó claro que, en medio de la pelea electoral, los equipos técnicos de OSSE y la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia no pudieron sentarse a diagramar estrategias para acelerar los convenios firmados para obras hidráulicas.

Difícil que puedan hacerlo cuando cada uno ha decidido responsabilizar al otro de la falta de avances. “Los convenios de obras que reclaman desde Mar del Plata datan de 2016, 2017 y 2018 y desde la Municipalidad, no sé por qué, decidieron no continuarlos”, planteó el subsecretario de Recursos Hídricos de la Provincia. “En octubre de 2020 remitimos nota adjuntando la información técnica que permitía licitar y ejecutar las obras hidráulicas prometidas. Nunca la Subsecretaría avanzó en ninguna de ellas”, respondieron el presidente de OSSE, Carlos Katz, y la vicepresidenta, Cristina Coria.

El cruce de declaraciones por la falta de luminarias en la ruta 88 resultó todavía más fuerte. Sobre todo porque Rabinovich lo inició un día después de un choque fatal. El intendente filtró que, harto de la controversia, mandó al presidente del Emvial, Mariano Bowden, a reponerlas aunque no le correspondiese al municipio. Como si de la embestida contra Kicillof, coordinada por su hombre de confianza y del que participaron su primer candidato a concejal, Agustín Neme, y la radical Vilma Baragiola, no tuviera nada que ver.

Los equipos técnicos de OSSE y la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia no pudieron sentarse a diagramar estrategias para acelerar los convenios firmados para obras hidráulicas.

Rabinovich, sin embargo, se fue el jueves a dormir con la sensación de haber convertido un gol de media cancha. Advirtió que los 13 mil nuevos usuarios de gas de los que hablaban el kirchnerismo y el massismo en el acto del Gasoducto de la Costa ya estaban conectados. La situación ameritaba una aclaración rápida y contundente, en lo posible técnica, de los promotores del anuncio. No la hubo.

“El otorgamiento de nuevas factibilidades se restringió desde el Enargas en 2016, precisamente, por la carencia de estas obras”, señaló el propio Enargas. “Hubiese sido imposible que se conectaran 10 mil usuarios al sistema en forma previa a esta inauguración”, apuntó, cuando en rigor las conexiones por la obra del Gasoducto de la Costa fueron anunciadas por Camuzzi a fines de julio de 2019. 

La respuesta oficial canceló a los marplatenses sumados a la red de gas en el final del gobierno anterior e incluso en los inicios del de Alberto Fernández. “Las obras del Gasoducto de la Costa fueron iniciadas en 2018 y paralizadas en 2019 por la anterior gestión. Lo que se llegó a finalizar no permitió que se conecten nuevos usuarios porque se verificaban pérdidas de gas”, insistió la Secretaría de Energía y refrendó en la ciudad, casi en soledad, el massista Juan Manuel Cheppi.

No quedan dudas de que en este tiempo la obra fue continuada y es bienvenida, pero tampoco de que hubo errores en la formulación del anuncio. Es el riesgo que se corre en una campaña en que todo es blanco o negro, en que unos hacen todo y los otros nada y en que ni las verdades más tangibles son suficientes para que la política reescriba el mensaje terminante que quiere dar.

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