Alianza bonaerense: Pro se llevó una promesa de LLA para sus intendentes, pero se dificulta un acuerdo con la UCR

Alianza bonaerense: Pro se llevó una promesa de LLA para sus intendentes, pero se dificulta un acuerdo con la UCR

Ritondo, Santilli y Montenegro no consiguieron definiciones sobre el frente y las listas tras una reunión con Sebastián Pareja; crispación de algunos jefes comunales

 

Maia Jastreblansky

El reloj corre y todavía el oficialismo y Pro no se pusieron de acuerdo en cláusulas básicas de una eventual alianza electoral. Hay muchos detalles que faltan “atar”, confiesan en ambos campamentos.

A dos semanas de que deban inscribirse los frentes en la provincia de Buenos Aires, el armador y titular de La Libertad Avanza (LLA) en la provincia, Sebastián Pareja, se reunió el martes a la tarde con su par de Pro, Cristian Ritondo, y con los negociadores de su partido, para seguir discutiendo un pacto de cara a los comicios bonaerenses del 7 de septiembre. El encuentro tuvo lugar en las oficinas de Palermo del diputado Diego Santilli, que hizo de anfitrión, y también fue de la partida el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro.

En la reunion, Pro se aseguró, de palabra, que LLA le dará “gobernabilidad” en todos los municipios en donde haya intendentes de Pro. No consiguió certezas sobre porcentajes de reparto en las listas en esos distritos, pero tanto Santilli como Ritondo salieron con la convicción de que podrán armonizar la situación con los 14 jefes comunales amarillos, incluso con los más díscolos.

“Estamos mejor que antes de la reunión”, dijo a LA NACION uno de los negociadores de Pro tras el cónclave en el búnker de Santilli. “Somos los Lakers”, bromeó, en alusión a la camiseta del equipo de la NBA, que es violeta y amarilla.

Con las principales candidaturas de la eleccion bonaerense (los cabeza de lista de cada una de las ocho secciones), no obstante, no se avanzó. “Primero tenemos que ordenar el territorio, de abajo para arriba”, agregó la fuente. Se da por sentado que Montenegro tendrá protagonismo en la quinta sección electoral (por el peso de su distrito, General Pueyrradón) y no se descarta que Santilli lidere en la primera, una de las más populosas de la provincia.

Los libertarios tampoco dieron garantías plenas de que el acuerdo, en los papeles, tendrá el formato de alianza electoral con apoderados para ambos partidos ante la justicia electoral. Se trata de una formalidad clave, porque los apoderados son los que autorizan las listas de concejales en cada municipio de la provincia. En Pro dieron por acordado este punto, pero en LLA postergaron una definición. Dijeron a LA NACION: “Hay varias cosas atadas unas con otras. No vamos a anunciar como cerrado un tema que no está cerrado”.

Tensión con los intendentes

El cónclave se dio en un momento de efervescencia en el campamento amarillo, sobre todo entre los intendentes que quieren garantizar una base de respeto en el armado que necesitan hacer en sus municipios. Los jefes comunales amarillos (son solo 14), piden que no les disputen la lapicera en los distritos que gobiernan para armar las listas de concejales, de modo de garantizar la gobernabilidad en los próximos dos años.

“Se pide lo básico de lo básico. Tener un apoderado de Pro en la alianza provincial y que se les permita a los intendentes armar las listas de concejales en los municipios que gobierna Pro. Ni siquiera se está discutiendo el color violeta o la marca de LLA en la boleta, pero hay que respetar al territorio si se pretende un apoyo cerrado en octubre”, dijo un colaborador de un intendente. “El problema es que los libertarios van empujando los tiempos, no quieren ceder nada y todos se ponen nerviosos”, agregó.

Consejo de Mayo en la Casa Rosada. Cristian Ritondo llegando a la reuniónNicolás Suárez

Aseguró, en tanto, que, en la mesa provincial de Pro que tuvo lugar este lunes vía Zoom, casi todos los intendentes amarillos advirtieron que están preocupados porque ven “pocas señales de voluntad” de acuerdo de parte de LLA. Los que vienen ejerciendo mayor presión, no obstante, son los más identificados con Mauricio y Jorge Macri.

Se trata de Pablo Petrecca (Junín), María José Gentile (9 de Julio) y Javier Martínez (Pergamino), que tensan la cuerda de la negociación por la escasez de diálogo que tienen con los libertarios y la sospecha de que los violetas prefieren disputarles el poder local antes que sellar un pacto.

Uno de los participantes del cónclave en las oficinas de Santilli por el bando amarillo confió: “Finalmente va a primar la cordura porque siempre se habló de que el formato fuera una alianza electoral, con respeto mutuo”.

Dudas por la UCR

Ya no queda demasiado tiempo para hacer manifestaciones de buena voluntad sin definiciones concretas. El acuerdo entre LLA y Pro, implícitamente, es la condición necesaria para cerrar una alianza más grande con el radicalismo bonaerense que responde al senador Maximiliano Abad.

Tras la reunión palermitana, uno de los asistentes dijo a LA NACION: “Lo del radicalismo no lo veo”. Los armadores karinistas están cediendo a cuentagotas ante Pro y difícilmente abran un reparto también a los radicales.

Es una mirada que no comparten los jóvenes de Las Fuerzas del Cielo que responden a Santiago Caputo y que quieren que la oferta electoral provincial contemple dos aristas: lugares para los jóvenes militantes puros −los “celestiales”− y un acuerdo con Pro y con la UCR que redunde en mayor apoyo y gobernabilidad para Javier Milei, tanto en octubre como en lo que siga después.

La UCR, que tiene una veintena de intendentes en el interior de la provincia (sobre todo en la segunda y la cuarta sección), no puede avanzar en un frente de centroderecha si Pro, como aliado natural del Gobierno, no da el primer paso. Además, los radicales no aceptarán suscribir a un acuerdo que no contemple bases y condiciones elementales, como su representación legal como partido en una eventual alianza y las garantías de gobernabilidad hacia los jefes comunales en sus municipios.

Tres perfiles

Hasta ahora, los libertarios están lejos de tratar a Pro como un par en la negociación. Dilatan los tiempos de las definiciones, no garantizan el formato jurídico que tendrá la alianza electoral y están lejos de aceptar la hegemonía de los intendentes en sus distritos. Prefieren estudiar “caso por caso”.

Si bien los tres están sentados a la mesa de negociación provincial, Ritondo, Santilli y Montenegro no están en la misma posición. El primero, titular del partido en la provincia y jefe de bloque de Pro en Diputados, debe hacer un equilibrio cada vez más difícil entre los intendentes, el mandato de Mauricio Macri (titular del partido nacional) y los armadores de LLA para evitar que el acuerdo termine en la nada.

Salida de Cristian Ritondo, Diego Santilli y Sebastián Pareja de la reunión con Karina Milei en la Casa RosadaCamila Godoy

Si entrega demasiado en la negociación, Ritondo corre el riesgo de que un grupo de intendentes −sobre todo de la primera, la segunda y la cuarta sección electoral− presenten un sello provincial propio para colgar sus listas de concejales y municipalicen la elección.

Un modelo “vecinal” similar al que ya inauguró el intendente San Nicolás, Santiago Passaglia, uno de los aliados de Pro que optó por desmarcarse de la alianza entre Pro y LLA, y presentó un sello provincial propio, “Hechos”.

Santilli, por su parte, quiere hacer valer su capital político en las encuestas de la provincia y solo carga en sus espaldas con lo propio. Es uno de los más convencidos de que no hay margen para una aventura electoral de Pro sin integrarse a una coalición de centroderecha liderada por LLA. Si bien su mayor aspiración era liderar la boleta de octubre, a esta altura del partido da por perdida la pulseada con José Luis Espert, el favorito del Presidente.

El “Colo” hoy aparece en el menú libertario como una opción para liderar la primera sección electoral. Martín y Eduardo “Lule” Menem, lugartenientes de Karina Milei para el armado nacional de Pro, lo quieren en ese lugar, aunque él preferiría un futuro en el Poder Ejecutivo y no en la Legislatura bonaerense.

La primera sección es una batalla crucial porque, con 4.988.779 de electores, es prácticamente tan populosa como la tercera (donde es más fuerte el kirchnerismo) y elige ocho senadores provinciales. Asoma como una contienda cuerpo a cuerpo con el PJ: contiene al corredor de zona norte −con partidos como Vicente López, San Isidro, Tigre y San Fernando− pero también distritos populosos donde gobierna el peronismo, como San Martín, José C. Paz, Merlo, Moreno y Morón.

Montenegro, por su parte, es el hombre fuerte de Pro en la quinta sección electoral por el peso de su distrito, General Pueyrredón, y tiene más allanado en acuerdo con los violetas. No descarta encabezar, él mismo, la boleta de legisladores provinciales para empujar un triunfo en su sección, aunque hay quienes en el Gobierno le auguran un desembarco en el Poder Ejecutivo.

Comentá la nota