Massa junta por debajo de él, pero la base de la pirámide parece atada con alambre

Massa junta por debajo de él, pero la base de la pirámide parece atada con alambre

En la primera sección, el massismo padece divisiones, como sucede en la Tercera sección. Detrás asecha Scioli y el fantasma del fracaso de Unión PRO luego del éxito. Para sostener las bases Massa necesita ganar las PASO, de lo contrario pueden pagarle con la misma moneda con que él le pagó a los K.

El fenómeno “Massa”, empieza a entrar en una lógica meseta a pesar de que alguna que otra consultora intente reinstalar la idea de un insólito despegue en medio de un mundial de fútbol, algo menos creíble que un Hobbit.

El líder del Frente Renovador (FR), Sergio Massa, tiene ya un núcleo duro de votantes en la provincia de Buenos Aires con los que trata de hacer crecer una fuerza que, en rigor de verdad, por debajo de él, está toda dividida, por no decir peleada.

El proyecto Massa 2015 por el momento es suficiente para sostener la estructura que se junta por debajo de esa idea, pero las internas ya empezaron a volverse furiosas ante la idea instalada de un triunfo.

Todos quieren ser. Massa trabaja con esa teoría de juntar para que arrastren votos para arriba, o sea, para él, aún con el costo que significa tener toda la base de pirámide atada con alambre.

Para muchos, la palabra “PASO” parece ser el abracadabra de los conflictos internos. Cualquier dirigente sale por la tangente ante la pregunta de las peleas con la teoría de que “todo se arregla en las PASO”, como si no quedaran heridos luego de esto. Sino que le pregunten al mismo kirchnerismo, al mismo macrismo, al mismo radicalismo y al mismo denarvaismo, como es que ahora todos esos “enojados” están con Massa.

La imposibilidad de los acuerdos en los Municipios tiene su correlato en lo que fuera la estructura de Unión PRO, que de ser la vedette de la política allá por 2009, terminó completamente diezmada hasta que Massa apareció para retomar el liderazgo bonaerense que dejaron vacante Mauricio Macri y Francisco de Narváez, más los heridos que dejó en el camino Cristina Fernández.

Eso es en parte el massismo: un intendente más ex denarvaistas de la tercera sección, intendentes y dirigentes del peronismo ortodoxo de la Primera sección, algunos kirchneristas relegados por Unidos y Organizados, y una parte del radicalismo (el possismo).

Lo demás, lo que aporta el interior de la provincia, hoy se lo disputan, tanto Massa, como Mauricio Macri como el gobernador Daniel Scioli.

Lo cierto es que en las bases massistas, la dirigencia juega su propio juego y es un todos contra todos. En la primera sección electoral, hay varios ejemplos, como pasa en la Tercera, y esto termina recordando el pos triunfo, justamente de Unión PRO: construyeron un futuro antes de ganar una elección, con toda la dirigencia peleada por un éxito que nunca llegó.

La primera

El caso más paradigmático es San Isidro, donde la misma familia de Massa se enfrenta a unos de los precandidatos a intendente del diputado nacional.

El núcleo duro de la Perón Vive reaviva la interna con el intendente Gustavo Posse, en medio de críticas furiosas de la concejala Marcela Durrieu y el senador provincial Sebastián Galmarini.

En Vicente López se da un caso aún más extraño, porque el mismo intendente Jorge Macri, coquetea a la vez con Massa y su primo Mauricio Macri, mientras trata con ese péndulo evitar la interna entre sus concejales y los armados massistas del municipio.

En Tres de Febrero la cosa no está mejor. Hoy en el Concejo Deliberante existen dos bloques bien diferenciados entre los concejales que responden a la Perón Vive y la otra línea más independiente. Tanto Horacio Alonso y el concejal Diego Achilli, como el edil Martín Jofré hacen ciertamente ingentes esfuerzos para no criticarse en los medios, pero la tensión difícilmente afloje conforme avance el crecimiento del espacio.

Hay casos aún más especiales, como el de Merlo, con un intendente (Raúl Othacehé) que llegó al massismo cuando el Frente Renovador era opositor al jefe comunal, con Gustavo Menéndez, algo que podría llegar a pasar en Ituzaingó, si Scioli no lo evita. Precisamente, la oposición massista a Descalzo era parte de la estructura Jesús Cariglino, lo que casi provoca la salida del mandamás de Malvinas Argentinas. Según algunas voces, no es el más querido dentro del FR por su pasado y su estilo polémico.

Hay dos Municipios que parecen atados a una interna muy tranquila (por ahora). En Morón conviven la Perón Vive con el concejal Juan Laviuzza, con el espacio de Cariglino (concejal Vanesa Sosa), más el sindicato de Trabajadores Municipales (con Pablo Salvo), más un líbero que preside del bloque de concejales, el precandidato a intendente del Frente Renovador Martín Marinucci, detrás de quien se cierra todo el peronismo ortodoxo de Morón. A ellos se les podría sumar el concejal Ramiro Tagliaferro del PRO, si Mauricio Macri no le da la debita atención a su esposa en la Provincia, la vicejefa de gobierno porteño, María Eugenia Vidal.

El otro Municipio es Hurlingham, donde el intendente Luís Acuña por ahora sostiene un massismo atado a su ala, con la convivencia del espacio de Juanjo Álvarez, que hoy preside el comité de campaña de Massa.

San Miguel fluctúa bajo el paraguas de Joaquín de la Torre, pero ya perdió un concejal que se pasó al sciolismo (Miguel Ángel Figueredo-UTA) y le salió un famoso ex futbolista ahora sciolista (El chino Tapia) a hacer una oposición férrea, aunque, en rigor, su massismo parece gozar de buena salud.

En San Martín con Gabriel Katopodis parece haber cerrado un acuerdo tranquilo con el possismo que representa el diputado provincial Walter Carusso, pero del otro lado está el espacio del otro diputado provincial Rubén Eslaiman, con una fuerte oposición de los Ivoskus, más un kirchnerismo sin pausa y un sciolismo representado en la figura del ministro de Desarrollo Social, Eduardo Aparicio.

La Tercera

La populosa tercera sección electoral no difiere mucho de la Primera en cuando a las internas y las divisiones por debajo empiezan a tener un cariz bastante confrontativo. La primera visión de esta pelea la dieron dos diputados nacionales del massismo: Alberto Roberti de Avellaneda y Darío Giustozzi de Almirante Brown.

La disputa por el dominio territorial de la sección llevó a estos dos compañeros de banca a pararse en veredas opuestas para mostrarle a Massa quien gana en la correlación de fuerzas internas.

De allí para abajo, todos se agrupan, pero mirando hacia la primera donde existe una oferta de precandidatos a gobernador más fructífera que en la Tercera, donde compiten Giustozzi y la diputada provincial Mónica López.

En este sentido, el mismo Giustozzi tiene una interna en el mismo distrito que encarna el titular del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, Julio González Insfrán.

Avellaneda tiene un escenario donde conviven el espacio de Roberti y López, asociados a la ex Juan Domingo del poderoso ex intendente Baldomero Cacho Álvarez de Olivera, junto a un ex cristinista y ex denarvaista como José Alessi. Del otro lado se encolumnan el ex titular del HCD, Armando Bertolotto, el titular de Comercio, Orlando Machado y la concejal Sandra Alice (cercanos a la Perón Vive).

Lanús no es menos

De un lado se ubica el senador provincial José Luis Pallares, que tendría un acuerdo tácito con el ex presidente del Club Lanús, Nicolás Russo. Según los testimonios recogidos aquí, el senador no se involucraría en la rosca del Distrito y el concejal no pelearía lugares a nivel provincial.

Por el lado de Russo, la troika se arma con el espacio del intendente de San Miguel, Joaquín de la Torre, López y Roberti, el diputado nacional Marcelo D´Alessandro y el referente de Quilmes, Walter Quejeiro. Luego, jugando cercanos al oficialismo local, los ex macristas y ex denarvaistas, Gabriel Di Massi y Cristian Bossio.

En Lomas de Zamora, el vértigo del massismo se confunde con la interna desatada entre la Perón Vive donde se acerca el histórico mercurismo que busca un anclaje en este peronismo, Jorge Ferreyra y el concejal Juan Carlos Veliz. Por otro lado, desde la Universidad de Lomas de Zamora, intenta posicionarse Diego Molea.

Luego de ver los distintos escenarios del Frente Renovador, claramente Sergio Massa tendrá que evaluar la posibilidad de que los heridos de las PASO, no se vayan a otro espacio, si es que el tigrense pierde las primarias con el gobernador Scioli. De todos, modos, el ingrediente secreto para sostener una estructura peleada entre sí, es sencillamente ganar las PASO, pero hay que lograrlo y para eso, Massa necesita mirar afuera del territorio bonaerense, y por ahora ningún gobernador dio el salto.

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