La trastienda del Concejo y el error que unió a la oposición

La trastienda del Concejo y el error que unió a la oposición

En el acuerdo de Acción Marplatense con Montenegro se vio la mano de Pulti. En la comisión de Hacienda no faltaron las especulaciones electorales. Y el secretario de Seguridad generó lo impensado.

“El que quiere ser intendente de esta ciudad o de cualquier otra y te vende el discurso de que nunca te va a aumentar las tasas o nunca te va a aumentar el transporte te está mintiendo vilmente a la cara”. Vilma Baragiola, 3 de diciembre de 2020, tratamiento preliminar de las ordenanzas fiscal e impositiva.

Es probable que la frase de la radical no haya buscado recordar a Carlos Arroyo, que en un rapto de euforia prometió no aumentar las tasas y luego hizo lo contrario sin siquiera sonrojarse. Pareció más una advertencia para el Frente de Todos, que desde el desempeño electoral de Fernanda Raverta en 2019 tiene fundadas razones para creer que puede alcanzar la intendencia de Mar del Plata y no acompaña ningún aumento.

Con esa lógica de que no subir las tasas es un sueño imposible, el oficialismo avanzará mañana en la aprobación de las ordenanzas recaudatorias y el presupuesto 2021. Guillermo Montenegro terminó de asegurarse los votos el viernes, en un encuentro con los concejales de Acción Marplatense en el COM. No hace falta que salga en la foto ni que lo nombren: los que conocen la dinámica interna de ese partido que fue gobierno hasta diciembre de 2015 saben que el ex intendente Gustavo Pulti tuvo un rol protagónico en la negociación. También en el formato que tuvo la presentación del acuerdo.

El Frente de Todos mantiene su rechazo al presupuesto y a las ordenanzas fiscal e impositiva. “Son decepcionantes”, los definió la presidenta de la comisión de Hacienda, Virginia Sívori, que cuestionó la baja de recursos para áreas claves como Salud, Seguridad y Producción al mismo tiempo que criticó el aumento de tasas. El oficialismo cree que en ese discurso anida una contradicción. “¿Cómo crecería un presupuesto si no aumentan las tasas?”, se han preguntado en público y en privado los concejales de Montenegro. Sívori les responde que les falta creatividad y que nunca analizaron ni gestionaron los créditos disponibles.

El presupuesto dio su último paso en la comisión también el viernes. El día anterior habían concluido las exposiciones de los funcionarios del Ejecutivo. Sívori evaluó que tendieron a hablar más de 2020 que de 2021. Que se pareció más a una rendición de cuentas que al tratamiento de un presupuesto. Pero igual valoró la predisposición de los secretarios. Sus compañeros del Frente de Todos la elogiaron desde el principio por comandar el proceso. El oficialismo sospechó que esos elogios escondían el germen de una candidatura. Por eso le bajó las acciones, sacó a la luz disidencias con su estilo de conducción y buscó restarle trascendencia al debate. Con este trasfondo se entiende todavía mejor aquella frase de Baragiola sobre los candidatos y los aumentos.

El oficialismo podrá decir muchas cosas de Sívori, menos que demoró el debate. Los tiempos de las ordenanzas medulares de la gestión son los que el gobierno pidió en el inicio. Incluso a pesar de que en el medio hubo una retención de tareas de los municipales. Montenegro tendrá sus normas aprobadas antes de fin de año. Con lo que eso significa para la gestión del municipio después de un año sacudido por el terremoto de la pandemia.

El Frente de Todos elogió a Sívori. El oficialismo sospecha que esos elogios esconden el germen de una candidatura. 

Uno de los últimos secretarios que expuso fue el de Seguridad, Horacio García, que hace un mes reemplazó a Darío Oroquieta. Con tono cortés, convocó a la oposición a un trabajo de colaboración mutua y marcó el buen diálogo con la Provincia y la Nación. Mencionó al ministro bonaerense, Sergio Berni; a la jefa de Gabinete del ministerio nacional, Cecilia Rodríguez, y a Eduardo Villalba, el funcionario de la Nación que nunca congenió con Oroquieta. “Hemos angelado el espectro político”, fueron sus palabras. Cerca del intendente lo explicaron de forma más terrenal: “En seguridad hubo un cambio de estrategia. Se fue un halcón y entró una paloma”. Es decir que la llegada de García buscó, ante todo, mejorar las relaciones políticas.

Pero el novel secretario cometió el error de admitir que no hay un plan escrito. Entonces consiguió lo que en más de un año la política doméstica no había logrado: unir bajo un mismo concepto y una idéntica preocupación a un concejal del Frente de Todos y a uno de Acción Marplatense. Vito Amalfitano y Martín Aiello lamentaron, casi a coro, que no haya un plan de seguridad en la gestión de un intendente que llegó hace un año con los pergaminos de su combate contra el delito en el gobierno porteño y la promesa de refrendarlos en Mar del Plata. Faltó que le explicaran a García que el único vínculo que no tiene que mejorar es el de los dos bloques opositores.

La cercanía de fin de año y la presentación del aumento de boleto hacían presuponer que también podía haber novedades en ese sentido. Pero el gobierno se mostró sorprendido por el pedido de los empresarios. Lo considera una presión por subsidios nacionales, por lo que no dio ninguna instrucción para que se trate. El reflejo fue la última reunión de la comisión de Transporte, conducida por el oficialista Agustín Neme, donde no hubo alusiones al pedido empresarial.

Con los votos para las ordenanzas financieras garantizados y el boleto encapsulado, la expectativa legislativa se trasladará a la comisión de Obras. El Foro de la Construcción pide a gritos el tratamiento del plan de reactivación. Los empresarios, los colegios profesionales y la Uocra afirman que hay inversiones frenadas a la espera de que se apruebe. Piden que se vote antes de fin de año.

La presidenta de la comisión de Obras, la radical Marianela Romero, está convencida de que un proyecto de ordenanza de 14 anexos que modifica el Código de Ordenamiento Territorial (COT) demanda otros tiempos, pero ya pautó el inicio del debate para el martes. Discrepa con el secretario de Obras, Jorge González, que en privado suele lamentar las demoras de este expediente y de la inversión para el Lago Stantien. En el entorno del funcionario recuerdan que juntó a todos los concejales oficialistas para darles detalles del plan de reactivación, y que la iniciativa llegó “con todos los consensos” al Concejo. Falta el de la política. “Es verdad que nos explicó el plan, pero recién vimos el expediente completo cuando ingresó al recinto”, esgrimen en el oficialismo.

Mientras se dirimen esas disputas, Montenegro prepara otro cambio de gabinete. Esta vez no será en la primera línea, pero sí en un cargo de fuste. También ratificará la reducción salarial de la política con la que avanzó el año pasado. Y continuará con la planificación de la temporada, que le arrancó una primera sonrisa el fin de semana pasado. No solo por la buena impresión que causaron los controles en los espacios públicos desplegados por el municipio, sino también porque llegaron 125 mil turistas que dejaron $ 700 millones, más de lo que se esperaba.

Las buenas noticias vinieron después de los disgustos. La fiesta en un balneario de Punta Mogotes, la clausura de un local de la Escollera Norte por no cumplir el protocolo y la de un bar de Alem por la vileza de un grupo de inspectores provinciales deslucieron el fin de semana. El intendente se despegó enseguida de ese último episodio. Pero quedó la sensación de que a un comercio pueden ponerle la faja de clausura o no según quien lo inspeccione. Solo el trabajo coordinado entre el municipio y la Provincia podrá desmentirlo en lo que resta de la temporada. De un lado y de otro juran que existe. 

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