Los secretos de la negociación de Sergio Massa con el FMI por la meta de reservas

Los secretos de la negociación de Sergio Massa con el FMI por la meta de reservas

El juego a tres bandas del Ministro de Economía en India, Argentina y Estados Unidos para lograr tocar las metas del acuerdo. El rol del Tesoro, Georgieva y las potencias europeas.  

 

Por Leandro Renou

Este martes, según adelantaron fuentes gubernamentales a PáginaI12, el Fondo Monetario Internacional (FMI) formalizará el nuevo acuerdo de metas de acumulación de Reservas en dólares que alcanzó con Argentina, luego de un pedido expreso del ministro de Economía, Sergio Massa, de considerar el impacto de la guerra y la sequía e las posibilidades del país para sumar divisas. Esa decisión del FMI de flexibilizar la única meta en la que Argentina tenía problemas de cumplimiento fue producto de un juego a tres bandas, en tres países diferentes, de Massa y sus técnicos para cerrar el pacto con esfuerzos conjuntos en Estados Unidos, Argentina y la India, donde este fin de semana se desarrolló la reunión de ministros de Finanzas del G-20. 

Según supo este diario, los números finos los anunciará el FMI, pero a lo que se comprometieron las partes es a un esquema de baja en la meta de reservas para el corto plazo, para salir del cuello de botella que supone marzo, abril y junio, y luego la meta irá subiendo porque Massa cree que el país tendrá este año un nivel de recuperación paulatina de reservas luega de la etapa más difícil. El primer período es el más duro porque se ha perdido casi la totalidad, por la sequía, de las liquidaciones de la agroindustria sojera. Para todo el año, de hecho, la cámara CIARA-CEC estimó pérdidas por más de 10 mil millones de dólares. 

La estrategia a tres bandas

El sábado previo al viaje de Massa a Bengaluru, la ciudad en la que se desarrolló el G-20, Massa reunió en Tigre a Leonardo Madcur, jefe de asesores de Hacienda, Lisandro Cleri. directo del BCRA, Gabriel Rubinstein, viceministro de Economía; Raul Rigo, secretario de Hacienda; Ricardo Casal, secretario Legal y Administrativo y Eduardo Setti, el secretario de Finanzas. En el mitin, se definió trabajar sobre la misma premisa, la de lograr una baja en la meta de reservas, en tres escenarios diferentes: Setti y Casal se quedarían a trabajar con reuniones en Buenos Aires e interacción constante con Massa. En ese pelotón estuvieron además el secretario de Producción, José Ignacio De Mendiguren, el secretario de Comercio, Matías Tombolini y sobre todo Guillermo Michel titular de Aduanas, al que describen como "un cuadro de máxima confianza para Massa". 

Horas después, el segundo equipo voló a Washington, encabezado por Madcur, Rubinstein, Cleri y Rigo, a reuniones técnicas en el FMI y negociar con el venezolano Luis Cubbedu, jefe de las misiones del organismo a Argentina y viejo conocido de varios. La parte del lobby político, en tanto, se la llevó Massa, quien desembarcó en Bengaluru junto al titular de INDEC y encargado de relaciones con los organismos internacionales, Marco Lavagna, y la secretaria de Energía, Flavia Royón. 

Nada de un "perdón"

La premisa de Massa para los negociadores técnicos en Washington fue evitar que la corrección de la meta de reservas se haga a través de un "waiver" o "perdón", sino por medio de la concientización de un daño largo que hará la sequía y que sigue haciendo la guerra entre Rusia y Ucrania. Rubinstein se encargó, entonces, de mostrar los números fiscales y de impacto en las reservas. Planteando que salvo el caso de los dólares, el resto de las metas se cumplirían. 

Vale aclarar que para que el FMI haga giros de dinero para pagar las cuotas del crédito de 45 mil millones que tomó el Gobierno de Macri, Argentina tiene que cumplir con las metas impuestas en las revisiones trimestrales. Por eso eran claves las gestiones.

En paralelo, Massa sostuvo el reclamo, que inició su antecesor, Martín Guzmán, de que el organismo no le cobre al país la sobretasa por haberle otorgado un crédito por encima de la lógica. 

En La India estuvo el agite

La vía política del lobby de Massa estuvo centrado en Bengaluru, donde hubo una reunión clave que fue con el titular de Asuntos Internacionales del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Jay Shambaugh. El organismo es el brazo político de autorización de medidas del FMI. Otro dato poco conocido es que Massa se cruzó en G-20 con la jefa del Tesoro, Janet Yellen, con quien también habló del tema en un almuerzo el día jueves. En esa comida, el Tesoro aprobó las revisiones y el proceso de estabilización política que se logró con la llegada de Massa. Allí mismo se empezó a cerrar la idea de corregir la meta de reservas porque, en síntesis, pondría en peligro el cumplimiento del resto de las variables si no había una modificación. 

Antes de encontrarse a solas con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, el ministro hizo otra movida de búsqueda de apoyos. Tuvo bilaterales con los ministros de Finanzas de la Unión Europea, entre ellos Francia, Alemania e Italia. También con Canadá, todos países miembros del FMI y con sillas calientes en la toma de decisiones. Argentina tiene, particularmente, un apoyo casi total de las potencias europeas que se remonta a los tiempos en los que Guzmán negoció la deuda con acreedores privados. 

Luego, el sábado, cenó Massa con Georgieva y su mano derecha, Gita Gopinath, donde se habló de ese tema y muchos otros. Horas después, Georgieva usó sus redes sociales para destacar el encuentro. Lo cierto es que, además, luego del préstamo geopolítico a Macri y el cambio de signo político en Estados Unidos, el FMI echó a todos sus directivos y la relación de la administración Biden con la de Fernández modificó el escenario. Falta ver ahora cuál será el nivel de reducción de la meta y qué plafón tiene Argentina para pelear otras reformas hacia adelante. 

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