Rodríguez Larreta no baja su bandera y complica a la ciudad

Rodríguez Larreta no baja su bandera y complica a la ciudad

Por Ramiro Melucci

El jefe de gobierno porteño ratificó que las clases comenzarán en su distrito el 21 de febrero. La decisión afecta a Mar del Plata. Diferencias con el antecedente de 2014. Y movimientos para aplacar las críticas.

Los dos desplegaron en la pandemia sus mejores estandartes para tomar distancia de las decisiones de Alberto Fernández y Axel Kicillof. Horacio Rodríguez Larreta alzó la bandera de las clases presenciales y llevó su reclamo a la Corte Suprema. Guillermo Montenegro repitió hasta el cansancio la palabra “laburo” y, con el aval de la Comisión de Reactivación Económica, reabrió actividades por fuera del esquema de fases.

En términos políticos, nadie puede decir que no les fue bien: esa clase de divergencias explican en buena medida el triunfo de Juntos por el Cambio en las últimas legislativas. Pero nadie podía prever que esas dos grandes líneas discursivas y de acción, tan redituables en el plano electoral, podían un día llegar a cruzarse. Es lo que sucede en la discusión por el inicio anticipado de clases en la Ciudad de Buenos Aires: está en juego la presencialidad educativa después de dos ciclos lectivos atípicos y también el trabajo y la reactivación económica de Mar del Plata y la Costa Atlántica, que es lo que implica la actual temporada.

El que indague por estas horas la postura del gobierno municipal escuchará un lema: “Es salud más trabajo más educación”. Es verdad que el intendente también levantó la bandera de la presencialidad educativa, pero no antes que la del trabajo, plantada desde el lacerante 26% de desocupación del segundo trimestre de 2020.

Es decir que las principales consignas diferenciadoras de Larreta y Montenegro con los gobiernos del Frente de Todos entraron en colisión. Pero no lo hicieron ahora, sino en octubre, en plena campaña, cuando el alcalde porteño presentó el calendario escolar 2022 con el 21 de febrero como fecha de regreso de los alumnos a las aulas. Montenegro supo que perjudicaba a Mar del Plata y pidió una revisión de la medida. La discusión duró dos minutos: el propio Larreta dijo en noviembre en Mar del Plata que mantenía la decisión.

La semana pasada, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, ratificó en una conferencia de prensa junto a Larreta que las clases empezarán el 21 de febrero y no el 2 de marzo, como será en la mayoría de las provincias –salvo Corrientes–, en sintonía con lo estipulado por el Consejo Federal de Educación.

Ocurre en un momento en que el larretismo comenzó a dar los primeros pasos para la candidatura presidencial del alcalde en 2023. Combinada con la apuesta del ex vicejefe, Diego Santilli, por la gobernación, que ya sumó una foto con Montenegro y dirigentes locales del PRO en Mar del Plata. El contexto parecía propicio para dar una señal más federal. Prima, en cambio, la fidelidad al electorado porteño.

El calendario educativo de CABA no solo implica que los alumnos volverán a las aulas el 21 de febrero: está previsto que el 7 regresen los docentes. “Vamos a completar 192 días de clases, 12 más que lo obligatorio”, se entusiasmó Larreta cuando anunció las fechas.

 

El contexto parecía propicio para dar una señal más federal. Prima, en cambio, la fidelidad al electorado porteño.

Mar del Plata sufrirá el impacto. De acuerdo con las estadísticas del municipio, en 2015 el 39,96% de los turistas llegaron de la Ciudad de Buenos Aires, en 2016 fue el 33,49%, en 2017 el 29,20%, en 2018 el 23,87% y en 2019 el 26,80%. En los dos primeros años de esa serie, CABA fue el principal centro emisor y el Gran Buenos Aires el segundo, con 31,1% y 30,17%, respectivamente. En los otros tres, los distritos del conurbano aportaron el mayor caudal, con 34,80%, 42,52% y 45%.

Alberto Sileoni, el director general de Cultura y Educación bonaerense, conoce los pormenores del debate. En 2013, como ministro de Educación de Cristina Kirchner, impulsó la definición del Consejo Federal de Educación para el inicio del ciclo lectivo 2014 el 26 de febrero. El entonces gobernador Daniel Scioli, del mismo signo político, se encaminaba a acatarla, pero desde Mar del Plata nació un clamor que involucró a la CGT regional, a la UCIP, a la Asociación Hotelera Gastronómica y al municipio. Y que también sumó a los gremios docentes bonaerenses.

La resistencia incluyó la planificación de una marcha por el centro de la ciudad. El anuncio se hizo en la sede de la CGT con el titular del Emtur, Pablo Fernández, entre los oradores. Pero no llegó a realizarse porque Scioli determinó antes la postergación del inicio del ciclo lectivo para el 5 de marzo. Se lo agradecieron públicamente el intendente Gustavo Pulti y los jefes comunales de la Costa. Era noviembre de 2013 y Mar del Plata lograba una victoria resonante de cara a la temporada de verano, coronada en febrero de 2014 con la postergación de la Ciudad de Buenos Aires, gobernada por Mauricio Macri, tras una reunión del ministro Esteban Bullrich con los sindicatos docentes.

Todo parece indicar ahora que el resultado será distinto. Se cuente como se cuente, Mar del Plata y los otros destinos turísticos saldrán derrotados. La temporada destinada a la recuperación económica tendrá en febrero menos turismo porteño del que podría haber tenido. 

En los últimos días la discusión se reinstaló por la confirmación de la fecha. En medio de los cuestionamientos a la medida se entreveraron los movimientos oficiales tendientes a controlar el daño o repartir culpas. Montenegro esta vez hizo silencio. Y el discurso oficial, musitado por el presidente del Emtur, Bernardo Martín, incorporó el recuerdo de los días sin clases de la pandemia, en un intento por enseñar el criterio de Larreta y no olvidar las decisiones del Presidente y el gobernador.

En la misma estrategia encajó la aparición del concejal oficialista Guillermo Volponi para cuestionar la exclusión de Mar del Plata por parte del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, que decidió otorgar un subsidio de $ 22.000 a trabajadores hoteleros de establecimientos de El Calafate, Rosario, San Miguel de Tucumán, Ushuaia y las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza.

El gobierno porteño también hizo lo suyo para atemperar las críticas. “Hoy, más que nunca, seguimos apostando por el desarrollo de la actividad turística como uno de los caminos hacia la recuperación económica y la generación de empleo”, dijo Rodríguez Larreta al destacar las actividades promocionales que realiza CABA en Mar del Plata. “Ambos distritos venimos trabajando en conjunto para promover la reactivación del turismo”, siguió la línea el presidente del Ente de Turismo porteño, Lucas Delfino.

Citaron, además, el acuerdo de colaboración turística que celebraron ambos distritos. Hubiera sido interesante que algún artículo, entre el palabrerío de ocasión que suelen tener esos documentos, incluyera un compromiso tan simple como concluyente para que una ciudad no afecte con sus decisiones la temporada de la otra.

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