Psicosis, confusiones y la vuelta de Montenegro al centro de la escena

Psicosis, confusiones y la vuelta de Montenegro al centro de la escena

El intendente se abocó a la prevención de saqueos en un clima enrarecido. Y reaccionó con dureza ante el error que dejó eliminada a una delegación marplatense de los Bonaerenses. La oposición, entre el ruido y la expectativa.

Por Ramiro Melucci

–¿Para qué vas a salir a hablar? ¿Y si después igual hay saqueos en toda la ciudad?

La pregunta formó parte de un debate interno que el martes a la mañana se presentó en la mesa chica del intendente. La formuló un estrecho colaborador de Guillermo Montenegro con la intención de disuadir al jefe comunal, que pretendía advertir públicamente sobre los rumores de saqueos que empezaban a surgir y contar lo que se estaba haciendo para prevenirlos.

El intendente supo que podía quedar en ridículo, pero prefirió el riesgo. Al caer la tarde, cuando las versiones invadían los grupos de WhatsApp y tenían en vilo a los comerciantes, aparecería junto al secretario de Seguridad, Martín Ferlauto, para dar cuenta de los operativos que se estaban preparando. “No vamos a permitir que organizaciones delictivas generen terror en nuestra ciudad”, diría.

Varias horas antes había establecido los primeros contactos con el jefe departamental, José Segovia, y con el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. Concretamente, desde que comenzó a recibir en su teléfono mensajes de vecinos que reenviaban audios sobre posibles saqueos en Mar del Plata.

Entre la noche del martes y la madrugada del miércoles caerían en su celular y los de sus funcionarios más de mil mensajes sobre supuestos ataques a comercios. Moduló con la policía desde una comisaría y recorrió distintas zonas, mientras los operarios del COM que seguían las imágenes de las cámaras veían que algunos grupos de individuos se acercaban a supermercados y locales comerciales y pateaban las persianas para tantear el terreno. Era tal la psicosis, el temor a que pasara lo peor, que esa noche el intendente no volvió a su casa dormir. Ni se cambió: en la conferencia de prensa del día siguiente, convocada para llevar tranquilidad, luciría la misma ropa que la tarde anterior.

“Creemos que se evitaron varios saqueos similares al que hubo en la feria de Alvarado y 192”, aseguran altas fuentes municipales. Finalmente, los tres imputados por instigación quedaron detenidos el jueves, después de que la Justicia de Garantías ordenara sus capturas.

Montenegro volvió así al centro de la escena política después de una campaña en la que habló poco. En un el clima enrarecido, regresó bajo la impronta del orden, la que mejor sabe explotar. Escenas de igual tenor pueden rastrearse en la pandemia y en los conflictos por las tomas de tierras.

Con el Enduro del Invierno y el Mundial de Maxibásquet transformando el fin de semana corto en uno largo por los niveles de afluencia turística, el intendente hubiera redondeado una semana de réditos políticos si no hubiese sido por el insólito error que derivó en la eliminación de una delegación marplatense de los Juegos Bonaerenses.

Reaccionó con dureza. En la intimidad lanzó improperios contra los responsables. Ninguno de los funcionarios políticos de la Secretaría de Cultura quedó a salvo de su sablazo de furia. Para encontrar una decisión similar en su gestión hay que retrotraerse a mayo de 2021, cuando les pidió la renuncia al entonces presidente del Emtur, Federico Scremin, y a otros tres funcionarios que respondían a Lucas Fiorini. Brusca consecuencia del voto que sepultó el primer pliego del transporte: el del concejal Alejandro Carrancio.

En paralelo, el jefe comunal dedicó sus mejores energías a transmitir las disculpas del municipio a los participantes perjudicados y a sus familiares. Llamó a cada uno, se hizo cargo del error y comenzó a gestionar alternativas para compensarlos. La principal es que, con un guiño de Axel Kicillof, puedan ser aceptados en otra región de los Juegos.

“Creemos que se evitaron varios saqueos similares al que hubo en la feria de Alvarado y 192”, aseguran altas fuentes municipales.

Como si viera venir el desenlace, el interbloque de Juntos por el Cambio en el Concejo Deliberante empezaba a soltarle la mano a Carlos Balmaceda. El secretario de Cultura se había opuesto al proyecto para incluir a la Hemeroteca en el organigrama municipal, lo que supone institucionalizarla, crear algunos cargos y dotarla de un presupuesto.

La Comisión de Educación, presidida por la oposición, puso el martes esa iniciativa de Acción Marplatense en tratamiento. Ninguno de los concejales del bloque más afín al intendente (Vamos Juntos) asistió. Y el único oficialista que dijo presente, el radical Daniel Núñez, se abstuvo sin objeciones de fondo.

El proyecto avanzó a la Comisión de Legislación y ya nada parece detenerlo. Incluso uno de los concejales más respetados por Montenegro había advertido por lo bajo: “Una cosa es lo que opine el secretario y otra lo que vaya a hacer el interbloque oficialista. El proyecto no es malo”.

En la oposición, los resultados electorales siguen generando controversia. El Peronismo Marplatense, conducido por Rodolfo Iriart, consideró “pésimo” el porcentaje electoral que obtuvo Fernanda Raverta. Lo adjudicó a la sociedad con Gustavo Pulti y a la falta de una convocatoria más amplia.

En Encuentro Marplatense hacen un análisis diametralmente opuesto. “La candidatura de Fernanda obtuvo un 6% más votos que la suma de las dos listas nacionales de Unión por la Patria. Esa misma relación, en 2019, fue claramente adversa: obtuvo un 28% menos del total que alcanzó Alberto Fernández”, precisó uno de los hombres que defiende el acuerdo.

El intendente hubiera redondeado una semana de réditos políticos si no hubiese sido por el insólito error que derivó en la eliminación de una delegación marplatense de los Juegos Bonaerenses.

Otro aspecto de la discusión alude a la candidatura de Sergio Massa. Con una foto junto al ministro de Economía y a Daniel Scioli, Iriart advirtió sobre el “reparto de boletas cortadas” en la campaña y el “ocultamiento” del postulante presidencial en los discursos, por lo que anunció la creación de la mesa “Massa presidente”. Desde el Frente Renovador, Cristian Azcona le recordó que es un espacio que nació hace una década.

Con ese ruido de fondo, Raverta y Pulti se ilusionan por el escenario nacional que se presenta. Estiman que, ya sin una interna atractiva de dos candidatos presidenciales competitivos, el intendente puede dejar unos puntos en el camino, y que el frente opositor local tiene grandes posibilidades de crecer si hace bien la tarea de ir a buscar a los electores que no fueron a votar el 13 de agosto.

En ese convencimiento reescriben su discurso. Pulti salió primero: bajó al territorio la polarización con las ideas de Javier Milei y describió las consecuencias que tendría su implementación en Mar del Plata. Anudó la propuesta dolarizadora a los años en que rigió la convertibilidad y habló de menos turistas, mayor desocupación e industrias y comercios fundidos. La demonización de los noventa, una narrativa que el kirchnerismo había dejado en el anaquel de sus buenos recuerdos, está de regreso.

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La Ciudad 27 de agosto de 2023

Psicosis, confusiones y la vuelta de Montenegro al centro de la escena

El intendente se abocó a la prevención de saqueos en un clima enrarecido. Y reaccionó con dureza ante el error que dejó eliminada a una delegación marplatense de los Bonaerenses. La oposición, entre el ruido y la expectativa.

 

 

El intendente Guillermo Montenegro, el martes, en la conferencia de prensa sobre los operativos para prevenir saqueos.

 

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Por Ramiro Melucci

–¿Para qué vas a salir a hablar? ¿Y si después igual hay saqueos en toda la ciudad?

La pregunta formó parte de un debate interno que el martes a la mañana se presentó en la mesa chica del intendente. La formuló un estrecho colaborador de Guillermo Montenegro con la intención de disuadir al jefe comunal, que pretendía advertir públicamente sobre los rumores de saqueos que empezaban a surgir y contar lo que se estaba haciendo para prevenirlos.

El intendente supo que podía quedar en ridículo, pero prefirió el riesgo. Al caer la tarde, cuando las versiones invadían los grupos de WhatsApp y tenían en vilo a los comerciantes, aparecería junto al secretario de Seguridad, Martín Ferlauto, para dar cuenta de los operativos que se estaban preparando. “No vamos a permitir que organizaciones delictivas generen terror en nuestra ciudad”, diría.

Varias horas antes había establecido los primeros contactos con el jefe departamental, José Segovia, y con el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. Concretamente, desde que comenzó a recibir en su teléfono mensajes de vecinos que reenviaban audios sobre posibles saqueos en Mar del Plata.

Entre la noche del martes y la madrugada del miércoles caerían en su celular y los de sus funcionarios más de mil mensajes sobre supuestos ataques a comercios. Moduló con la policía desde una comisaría y recorrió distintas zonas, mientras los operarios del COM que seguían las imágenes de las cámaras veían que algunos grupos de individuos se acercaban a supermercados y locales comerciales y pateaban las persianas para tantear el terreno. Era tal la psicosis, el temor a que pasara lo peor, que esa noche el intendente no volvió a su casa dormir. Ni se cambió: en la conferencia de prensa del día siguiente, convocada para llevar tranquilidad, luciría la misma ropa que la tarde anterior.

“Creemos que se evitaron varios saqueos similares al que hubo en la feria de Alvarado y 192”, aseguran altas fuentes municipales. Finalmente, los tres imputados por instigación quedaron detenidos el jueves, después de que la Justicia de Garantías ordenara sus capturas.

Montenegro volvió así al centro de la escena política después de una campaña en la que habló poco. En un el clima enrarecido, regresó bajo la impronta del orden, la que mejor sabe explotar. Escenas de igual tenor pueden rastrearse en la pandemia y en los conflictos por las tomas de tierras.

Con el Enduro del Invierno y el Mundial de Maxibásquet transformando el fin de semana corto en uno largo por los niveles de afluencia turística, el intendente hubiera redondeado una semana de réditos políticos si no hubiese sido por el insólito error que derivó en la eliminación de una delegación marplatense de los Juegos Bonaerenses.

Reaccionó con dureza. En la intimidad lanzó improperios contra los responsables. Ninguno de los funcionarios políticos de la Secretaría de Cultura quedó a salvo de su sablazo de furia. Para encontrar una decisión similar en su gestión hay que retrotraerse a mayo de 2021, cuando les pidió la renuncia al entonces presidente del Emtur, Federico Scremin, y a otros tres funcionarios que respondían a Lucas Fiorini. Brusca consecuencia del voto que sepultó el primer pliego del transporte: el del concejal Alejandro Carrancio.

En paralelo, el jefe comunal dedicó sus mejores energías a transmitir las disculpas del municipio a los participantes perjudicados y a sus familiares. Llamó a cada uno, se hizo cargo del error y comenzó a gestionar alternativas para compensarlos. La principal es que, con un guiño de Axel Kicillof, puedan ser aceptados en otra región de los Juegos.

“Creemos que se evitaron varios saqueos similares al que hubo en la feria de Alvarado y 192”, aseguran altas fuentes municipales.

Como si viera venir el desenlace, el interbloque de Juntos por el Cambio en el Concejo Deliberante empezaba a soltarle la mano a Carlos Balmaceda. El secretario de Cultura se había opuesto al proyecto para incluir a la Hemeroteca en el organigrama municipal, lo que supone institucionalizarla, crear algunos cargos y dotarla de un presupuesto.

La Comisión de Educación, presidida por la oposición, puso el martes esa iniciativa de Acción Marplatense en tratamiento. Ninguno de los concejales del bloque más afín al intendente (Vamos Juntos) asistió. Y el único oficialista que dijo presente, el radical Daniel Núñez, se abstuvo sin objeciones de fondo.

El proyecto avanzó a la Comisión de Legislación y ya nada parece detenerlo. Incluso uno de los concejales más respetados por Montenegro había advertido por lo bajo: “Una cosa es lo que opine el secretario y otra lo que vaya a hacer el interbloque oficialista. El proyecto no es malo”.

En la oposición, los resultados electorales siguen generando controversia. El Peronismo Marplatense, conducido por Rodolfo Iriart, consideró “pésimo” el porcentaje electoral que obtuvo Fernanda Raverta. Lo adjudicó a la sociedad con Gustavo Pulti y a la falta de una convocatoria más amplia.

En Encuentro Marplatense hacen un análisis diametralmente opuesto. “La candidatura de Fernanda obtuvo un 6% más votos que la suma de las dos listas nacionales de Unión por la Patria. Esa misma relación, en 2019, fue claramente adversa: obtuvo un 28% menos del total que alcanzó Alberto Fernández”, precisó uno de los hombres que defiende el acuerdo.

El intendente hubiera redondeado una semana de réditos políticos si no hubiese sido por el insólito error que derivó en la eliminación de una delegación marplatense de los Juegos Bonaerenses.

Otro aspecto de la discusión alude a la candidatura de Sergio Massa. Con una foto junto al ministro de Economía y a Daniel Scioli, Iriart advirtió sobre el “reparto de boletas cortadas” en la campaña y el “ocultamiento” del postulante presidencial en los discursos, por lo que anunció la creación de la mesa “Massa presidente”. Desde el Frente Renovador, Cristian Azcona le recordó que es un espacio que nació hace una década.

Con ese ruido de fondo, Raverta y Pulti se ilusionan por el escenario nacional que se presenta. Estiman que, ya sin una interna atractiva de dos candidatos presidenciales competitivos, el intendente puede dejar unos puntos en el camino, y que el frente opositor local tiene grandes posibilidades de crecer si hace bien la tarea de ir a buscar a los electores que no fueron a votar el 13 de agosto.

En ese convencimiento reescriben su discurso. Pulti salió primero: bajó al territorio la polarización con las ideas de Javier Milei y describió las consecuencias que tendría su implementación en Mar del Plata. Anudó la propuesta dolarizadora a los años en que rigió la convertibilidad y habló de menos turistas, mayor desocupación e industrias y comercios fundidos. La demonización de los noventa, una narrativa que el kirchnerismo había dejado en el anaquel de sus buenos recuerdos, está de regreso.

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