El impacto político del caso Insaurralde: cómo podría afectar a la conducción del PJ bonaerense

El impacto político del caso Insaurralde: cómo podría afectar a la conducción del PJ bonaerense

El lomense fue uno de los artífices de la llegada del jefe de La Cámpora a la presidencia del Partido Justicialista. El resultado electoral será determinante. La apertura de Kirchner y la posibilidad de una renovación

Por Facundo Cottet

“Capaz que es una buena oportunidad para mejorar al peronismo”. La frase corresponde a un intendente del conurbano y habla de la situación desatada tras la renuncia de Martín Insaurralde de la Jefatura de Gabinete bonaerense y de su candidatura como primer concejal de Lomas de Zamora como consecuencia de su viaje a Marbella y la difusión de las imágenes a bordo de un yate. El caso es resonante en términos políticos, pues Insaurralde no es un actor más, sino el artífice del poder peronista en la provincia de Buenos Aires donde recaló el diputado nacional, Máximo Kirchner, para conseguir el respaldo de los intendentes del peronismo que terminaron avalando su conducción en el Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires; una de las estructuras que -al calor de los hechos- también puede entrar en una crisis de representación.

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Había sido el propio Kirchner quien en el mes de mayo durante una reunión en la que se ensayaba una respaldo a una eventual precandidatura presidencial del ministro del Interior Eduardo de Pedro, le había adelantado a un grupo de intendentes del conurbano que si a fin de año “algún compañero estaba dispuesto a conducir el PJ”, él no iba a tener problemas de llevar al partido a una elección interna. Ese proceso, adscriben distintas fuentes, se puede acelerar.

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El tándem Kirchner-Insaurralde tiene representación en todas las consejerías del PJ, tanto seccionales como por rama: Juventud, Mujer y Gremial.

Desde hace un tiempo, sobre todo luego del cierre de listas, que la conducción de Máximo Kirchner en el peronismo bonaerense es mirada con cierto recelo por parte de algunos dirigentes. El caso de Insaurralde impacta la figura del titular del PJ bonaerense, quien hasta el momento no se ha pronunciado sobre los episodios de público conocimiento.

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El cierre de listas fue un punto de inflexión. Las listas legislativas para la provincia de Buenos Aires -es decir quiénes posiblemente serán diputados y senadores provinciales a partir de diciembre de este año- fueron digitadas por Kirchner e Insaurralde desde la residencia de la Jefatura de Gabinete. Incluso, para dar una muestra del poder del binomio Kirchner-Insaurralde, fue el propio Kicillof quien junto a Verónica Magario se acercaron hasta la casa en cuestión para terminar de cerrar la fórmula a la gobernación ya bien entrada la noche del 14 de junio.

Kicillof y Magario saliendo de la residencia de la Jefatura de Gabinete la noche del cierre de listas (Aglaplata)

El resultado de las próximas elecciones será determinante, tanto en el ámbito provincial como nacional. Si Unión por la Patria se impone en el territorio bonaerense y Kicillof es reelecto, algunos dirigentes ya piensan en proponerlo como el conductor del peronismo en la provincia de Buenos Aires.

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Hoy Kicillof no tiene ninguna injerencia en la vida partidaria del peronismo bonaerense. Por el momento, el mandatario no tiene en su cabeza ese marco de posibilidades, aunque sí es un hecho que el diálogo entre él y Kirchner hoy por hoy es distante. Según pudo saber Infobae, cuando se suscitó el caso de Insaurralde, el gobernador y el diputado nacional no cruzaron llamadas. Kicillof habló con el dirigente lomense en distintas oportunidades de aquel sábado, con la vicepresidenta Cristina Kirchner y con el candidato presidencial y ministro de Economía, Sergio Massa.

El episodio de Insaurralde funciona como una especie de mancha venenosa para la dirigencia peronista. Lo insinuó el intendente de Ensenada este jueves antes de participar de un acto organizado por el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, para que trabajadores de ese sector hagan una muestra de apoyo a la reelección de Kicillof. “Él mismo se lastimó, no impacta nada; en qué me puede impactar a mí. Toda la gente sabe quién es uno y otro”, planteó y agregó que a él no le resta -votos-. “No creo que le reste nada más que al grupo de él, pero el resto de los compañeros viene trabajando normalmente; nadie se va a hacer cargo de algo tan feo como lo que hizo, ¿no?”, remarcó.

Mario Secco en el acto en Ensenada. De fondo, Sergio Massa

Secco, junto al intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi y el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque, vienen trabajando en la construcción de un nuevo polo de poder dentro del peronismo bonaerense que se sintetiza en la figura de Kicillof. En ese esquema no cuadra Máximo Kirchner y ahora tampoco Insaurralde. Es parte de la “renovada” mesa de Ensenada que organizó el multitudinario acto de la semana pasada en la cancha del club Defensores de Cambaceres de esa ciudad. Los únicos tres dirigentes que subieron al escenario e hicieron uso de la palabra fueron Secco, Kicillof y el candidato presidencial Sergio Massa. La presencia del sindical fue clave para llenar el lugar. La Cámpora solo estuvo representada por las columnas de La Plata, Berisso y Ensenada.

Kicillof intenta dar por terminado el capítulo y enfocarse en la campaña. Este jueves, cerró un multitudinario acto en La Plata organizado por el ministro de Salud, Nicolás Kreplak. Ante la militancia no dio señales al respecto, sino más bien bajó línea en clave electoral: “Es cuestión de darse cuenta que depende de nosotros, que depende de cada uno de nosotros y nosotras. No hay nada que esté dado, nos van a tirar con absolutamente todo y lo que va a marcar la diferencia tiene que ver también con la experiencia de que se hizo en Salud....ahora que se juega todo es fundamental que vayamos a hablar uno por uno, que nos tomemos el tiempo, que vayamos a buscar cada voto”.

Entre la primera y segunda fila aplaudían los intendentes Mario Secco (Ensenada), Fabián Cagliardi (Berisso), Mariano Cascallares (intendente en uso de licencia en Almirante Brown), Julio Marini (Benito Juárez), Facundo Díz (Navarro) y las intendentas Mayra Mendoza (Quilmes), Mariel Fernández (Moreno), Karina Menéndez (Merlo). Derecho al escenario flameaba una gran bandera de La Cámpora Salud; más al costado otra de La Patria es el Otro.

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