El Foro de Davos, centrado en las guerras, también mira a la Argentina del “sucio” Milei: oportunidades y riesgos

El Foro de Davos, centrado en las guerras, también mira a la Argentina del “sucio” Milei: oportunidades y riesgos

Un informe del encuentro empresarial destaca las ventajas de la Argentina ante inminentes crisis alimentarias e hídricas, pero advierte sobre las amenazas de la inflación, la caída económica, la deuda, la desintegración social, la desigualdad, el desempleo y la falta de mano de obra requerida. El presidente, en una lista de “chicos malos”.

 

Alejandro Rebossio

Como todos los años, los empresarios más poderosos del mundo se juntan en enero en Davos, Suiza, con líderes políticos de este mismo planeta en el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) para debatir sobre el estado de situación. Las prioridades esta vez están centradas en las guerras de Ucrania e Israel y en el conflicto entre Taiwan y China, que envía a su primer ministro, Li Qiang, mientras Estados Unidos manda a su secretario de Estado, Antony Blinken, a su consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, y a su enviado sobre Cambio Climático, John Kerry. Entre las figuras estelares figuran los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y de Israel, Isaac Herzog, o el amo de la inteligencia artificial, Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, la creadora de ChatGPT, pero en un destacado rol de actor de reparto aparece también Javier Milei, que llegó este martes en un vuelo de línea que le ahorró al Estado US$ 392.000, según sus habituales imprecisos cálculos.

“Libertario”, “brasa de derecha”, el “Donald Trump argentino”, el “loco” y uno de los 12 “sucios chicos malos” que viene a Davos, así lo califica la prensa internacional. En esa lista del portal norteamericano Politico están también Li y los jefes de Estado de Arabia Saudita, Ruanda, Azeibayán o Hungría. El presidente argentino ha declarado que este foro empresarial ha sido tomado por las ideas "socialistas" que él tanto repugna, como las de la Agenda 2030, de Naciones Unidas, en la que se brega por terminar en los próximos seis años con la pobreza, lograr el hambre cero, con educación de “calidad”, igualdad de género, agua limpia, energía no contaminante, trabajo decente, industria, reducción de las desigualdades, ciudades sostenibles, producción y consumo responsables, acción por el clima y respeto por la vida terrestre y submarina.

En el Reporte sobre los Riesgos Globales 2024, que elabora el WEF y en el que colabora desde la Argentina la escuela de negocios IAE, se advierte sobre la desinformación, los eventos climáticos extremos y la polarización social. La Argentina figura en ese informe por sus oportunidades, pero también sus amenazas.

En referencia a la crisis climática, se señala: “Aunque los impactos geográficos específicos son muy complejos debido a la influencia de múltiples sistemas planetarios, la inseguridad alimentaria y la hídrica son una fuente clave de exposición o apalancamiento para varias potencias globales y regionales. China, Corea del Sur, Japón, Rusia y Arabia Saudita se encuentran entre los mayores importadores netos de alimentos y productos agrícolas, mientras que Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Nueva Zelanda, Tailandia y Estados Unidos se encuentran entre los mayores exportadores”. Pero al mismo tiempo la Argentina corre riesgos de desempleo y falta de mano de obra requerida, al igual que Emiratos Árabes, Arabia Saudita, Qatar, Turquía, Sudáfrica, Australia y Brasil. Pero en nuestro país prevalece la amenaza de la inflación, seguida por la de caída económica, la deuda pública, la erosión de la integración social y la desigualdad de ingresos y riquezas.

La agenda de Milei, su jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y su ministro de Economía, Luis Caputo, incluye encuentros con la directora gerenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, con la que ya sellaron un acuerdo el miércoles pasado.

Este martes, apenas llegados a Davos, Posse y Caputo vieron a la subdirectora gerenta del FMI, Gita Gopinath. Este miércoles toca el turno de que Georgieva conozca al jefe de Estado: ya le elogió los “progresos en todos los frentes”, pero reclamó ayuda a los más vulnerables. “El gobierno llegó a un acuerdo con el staff del FMI que implicaría un desembolso de US$ 4.700 millones que alcanzaría para pagarle al Fondo hasta abril inclusive”, explicó la consultora Equilibra en un informe la semana pasada. “Pero nuestro país aún debe saldar con la CAF (Corporación Andina de Fomento) un préstamo puente de US$ 960 millones que nos facilitó para pagarle al FMI a fin de diciembre. El programa acordado con el FMI incluye modificaciones en la meta fiscal y de acumulación de reservas y sostiene la eliminación del financiamiento directo del Banco Central al Tesoro. La meta de déficit primario del 0,9% del PBI se transformará en superávit de 2% del PBI y se incrementó la meta de acumulación hasta US$ 10.000 millones (desde US$ 8.200 millones), pero se permitirá contemplar US$ 2.700 millones de reservas acumulados en últimas semanas de diciembre”, compara Equilibra con los objetivos pactados por el anterior gobierno.

“Es difícil que el Gobierno alcance un superávit primario de 2% del PBI en 2024 por pérdida de ingresos, menor ajuste del gasto social (mayor recesión y deterioro socioeconómico de lo esperado) y dificultad en el Congreso para aprobar todas las iniciativas que suben impuestos y bajan gastos”, apunta Equilibra, la consultora de Martín Rapetti, Lorena Giorgio y Lorenzo Sigaut Gravina, a las críticas opositoras al alza de retenciones y recortes de jubilaciones. “Estimamos que este año se alcance un superávit primario del 0,5% del PBI que ayudará a cumplir la meta de no asistencia del Central al Tesoro. Si el tipo de cambio real no se atrasa, la brecha se mantiene y se produce cierto ingreso neto de capitales, las reservas volverían al equilibrio en 2024, cumpliendo la meta de acumulación. Para no atrasar el tipo de cambio real habría que salir del crawling peg (depreciación suave) al 2% mensual o devaluar en el otoño”, advierte la consultora. Son temas que quizás discutieron Posse y Caputo con Georgieva.

Milei expondrá ante los 2.800 empresarios presentes sobre las “ideas de la libertad”, no sobre la Argentina en particular. De esto último se ocupará Caputo en otras disertaciones. No es la primera vez que viaja un presidente argentino con su ministro de Economía a Davos. Ya lo hicieron Mauricio Macri con Alfonso Prat-Gay en 2016 o Alberto Fernández con Martín Guzmán en 2021. La cosecha en términos de negocios y desarrollo económico se dejó desear en ambos casos.

No es la primera vez que viaja un presidente argentino con su ministro de Economía a Davos. Ya lo hicieron Macri con Prat-Gay en 2016 y Fernández con Guzmán en 2021. La cosecha en términos de negocios y desarrollo económico se dejó desear en ambos casos.

El actual jefe del Palacio de Hacienda y Posse mantendrán reuniones con ejecutivos de la minera y agrícola Glencore, el laboratorio MSD Merck, la petrolera Total Energies, la tecnológica Amazon y la cerealera Louis Dreyfus, todas presentes en la Argentina, aunque la competidora de Mercado Libre aún no ha desembarcado con su división de comercio electrónico. “Trabajamos con agentes de gobierno, independientemente de cuáles sean”, dijeron en Amazon, el gigante de Jeff Bezos, que en la Argentina ofrece servicios de la nube y streaming. En tanto, la canciller Diana Mondino tendrá sus exposiciones públicas y sus encuentros particulares con la tabacalera Philip Morris (dueña de Massalin Particulares), la alimenticia suiza Nestlé o la norteamericana Coca-Cola.

En el corto plazo, los empresarios no son optimistas con la Argentina. En el mediano, sí. Al menos eso indica una encuesta a CEO que difundió en Davos la consultora y auditora contable PwC. “En Argentina, el 82% considera que sus empresas no crecerán y 56% se prepara para una caída del PIB en 2024, pero la tendencia se invierte para el mediano plazo: el 53% cree que volverá a crecer en el próximo trienio”, resume PwC.

En cambio, “la proporción de CEO que se muestran optimistas respecto de las perspectivas de crecimiento global pasó del 18% al 38% ante la caída de la volatilidad macroeconómica y de la inflación”. “Pero en el mediano plazo la tendencia se invierte: casi la mitad cree que sus empresas no serán viables en una década dada la aceleración de las presiones tecnológicas y climáticas. En el mundo, el 39% espera que la dotación de personal de su empresa aumente un 5% o más en 2024. La confianza es débil: casi la mitad (45%) cree que sus empresas no serán viables en una década si no se reinventan, lo cual refleja un aumento respecto del 39% registrado en 2023. Los CEO esperan recibir más presión en los próximos tres años de la experimentada en los últimos cinco años en relación con las megatendencias tecnológicas y climáticas. Cuatro de cada diez CEO afirman que aceptaron menores rendimientos por inversiones relacionadas con temas climáticos. El 70% espera que la inteligencia artificial generativa cambie significativamente la manera en que sus empresas generan valor en los próximos tres años”, resume la consultora y auditora. Este es el mundo al que Milei le hablará. Esperemos que no siga negando el cambio climático o se consagrará ante el mundo como un terraplanista.

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