Los encuestadores se quemaron con fuego y no se juegan más

Los encuestadores se quemaron con fuego y no se juegan más

Las encuestas marcan que ni Scioli, ni Macri, ni Massa tienen el triunfo o la derrota asegurados. Las cuestiones que los tranquilizan y las que los preocupan. Las PASO serán el primer testeo real.

Según la cara que quieran verles a los números que les ponen enfrente, pueden reír o llorar. A poco más de una semana de la contienda que empezará a definir el futuro del país, la batalla no está perdida, pero tampoco ganada. Aun con notorias diferencias, las últimas encuestas electorales coinciden al menos en algo: el escenario sigue abierto, esto es, aún no existe una tendencia lo suficientemente potente como para augurar cuál de los tres será el próximo presidente de los argentinos. Paradójicamente, si cada uno hace una mirada retrospectiva y otra proyectando hacia octubre, tiene motivos para creer que se puede y también para resignarse a que aún está lejos. Daniel Scioli, y esto es unánime, encabeza los sondeos para presidente, con porcentajes por encima de los 30 puntos. Mauricio Macri viene segundo y hoy estaría en condiciones de entrar en un balotaje. Sergio Massa está tercero, pero dejó de caer abruptamente. Luego, está más cerca o más lejos del binomio final según el autor de la encuesta.

En los últimos días se publicaron al menos cuatro encuestas de alcance nacional. Este es el escenario general.

González y Valladares difundió con fecha del 25 de este mes un sondeo con 1.400 casos efectivos, de alcance nacional, telefónicos, y un margen de error de 2,67 por ciento. Es una de las encuestadoras que más arriba ubica desde hace meses a Sergio Massa.

Un primer pantallazo presenta a las principales fórmulas para la primaria del 9 de agosto. Allí, el Frente para la Victoria (que solamente ofrece al binomio Daniel Scioli-Carlos Zannini) lidera con el 34,1 por ciento. Lo sigue Cambiemos, con el 28,8 por ciento, donde se destaca por lejos la fórmula del Pro, de Mauricio Macri-Gabriela Michetti, con 22,3 por ciento. Muy lejos, dentro de ese mismo espacio, vienen Ernesto Sanz-Lucas Llach (3,6%) y Elisa Carrió-Héctor Flores (2,9%). Debajo de Cambiemos se ubica UNA, con el 24,5 por ciento, al que se llega luego de sumar la intención de voto de Sergio Massa-Gustavo Sáenz (18,1%) y José de la Sota-Claudia Rucci (6,4%). Bastante más alejados aparecen las listas de Progresistas (Margarita Stolbizer-Miguel Ángel Olaviaga, 4,8%) y el FIT (Jorge Altamira-Juan Carlos Giordano, 1,3%). Los indecisos no llegan al seis por ciento.

Esta misma consultora plantea un escenario de primera vuelta, es decir, con las fórmulas que pasarían el filtro de las primarias y chocarían el 25 de octubre. Allí, Scioli crece hasta el 37,5 por ciento; Macri sube al 27,3 por ciento, y Massa, al 26,2 por ciento. Es decir, habría un empate técnico entre los candidatos anti-K y cualquiera de los dos aparece allí con chances de ir al balotaje de noviembre.

Giacobbe & Asociados publicó la semana pasada un trabajo nacional de 1.500 casos, domiciliarios, con un margen de error de 2,58 por ciento. Esta encuestadora solía mostrar un escenario muy favorable a Macri. En marzo lo ubicaba arriba de Scioli por más de 12 puntos. Ahora aparece más moderada y acorde con el resto, con el gobernador bonaerense arriba, pero con el líder del Pro claramente por encima de su rival del Frente Renovador.

Cuando consulta por las PASO, el Frente para la Victoria de Scioli puntea con el 36,1 por ciento; Cambiemos suma 32,3 por ciento (Macri, 29,5%; Carrió, 1,6%, y Sanz, 1,2%); UNA, 18,1 por ciento (Massa, 13,5%, y De la Sota, 4,6%); Stolbizer, 3,2 por ciento; Altamira, 2,6 por ciento, y Adolfo Rodríguez Saá, 0,8 por ciento.

De cara a una primera vuelta, se mantiene el escenario de balotaje entre Scioli (37,8%) y Macri (33,1%). Para Giacobbe es imposible que Massa se acerque a la final: le da una intención de voto de solamente 14,8 por ciento. En este trabajo hay un 7,9 por ciento de indecisos.

CEOP publicó el fin de semana en el diario Página/12 una encuesta nacional de 1.500 casos. La consultora que dirige Roberto Bacman hace trabajos desde hace tiempo para el Gobierno nacional. Es la que mejor proyecta a Scioli. Asegura que si se descarta el voto en blanco y se reparten los indecisos, el candidato K ya estaría superando el 40 por ciento. Recordemos: para ganar en primera vuelta hay que sumar ese porcentaje y sacarle al menos diez puntos al segundo u obtener un 45 por ciento.

En la medición de esta encuestadora, el Frente para la Victoria lidera con 38 por ciento. Le sigue Cambiemos, con el 30,5 por ciento (Macri, 26,6%; Sanz, 2,3%, y Carrió, 1,6%), luego viene UNA, con el 17,3 por ciento (Massa, 12,1% contra 5,2% de De la Sota), y cierra Stolbizer, con 3,6 por ciento. Contabiliza un siete por ciento de indecisos.

Query Argentina, por último, una consultora menos conocida pero con buenos vaticinios en los comicios porteños, también midió a los candidatos para las PASO y para la primera vuelta. Fueron 1.000 casos en todo el país. Para las primarias, presenta una novedad: lidera Cambiemos con el 38,7 por ciento (33,8% de Macri, más 3% de Carrió y 1,9% de Sanz), lo sigue pegado el FpV, con 38,5 por ciento para Scioli. Luego, lejos, vienen UNA (Massa, 7,6%, y De la Sota, 4,1%), Stolbizer, que llega a 2,2 por ciento, y hay un 6,5 por ciento de indecisos.

Cuando la medición se concentra en la primera vuelta, es la encuestadora que plantea la mayor polarización: Scioli lidera con 40,3 por ciento, Macri va segundo con el 35,6 por ciento y luego se ubican Massa (8,2%), Stolbizer (3,3%), Rodríguez Saá (1,6%) y Altamira (1,4%). Los indecisos bajan a 6,2 por ciento.

¿Qué conclusiones permiten sacar estos trabajos? Como se destacó en el arranque de la nota, la primera es que no hay un escenario definido. ¿Y por qué pueden alegrarse y preocuparse a la vez los tres principales candidatos? Scioli, porque lidera, pero por ahora no evitaría el balotaje. La experiencia en la Ciudad –donde el primero le había sacado 20 puntos de ventaja al segundo y en la final solamente venció por tres– mostró lo abierto que puede ser un mano a mano electoral. Macri se puede entusiasmar, justamente, porque el escenario es de balotaje y él sería el contendiente opositor; pero las señales de alerta aparecen desde hace meses por un crecimiento estancado. Massa, en tanto, detuvo su caída y algunos sondeos lo ubican no tan lejos de la dupla de arriba, aunque debería conseguir una remontada empinada y en poco tiempo.

A favor y en contra de todos, también está el pasado reciente de las encuestadoras que les auguran su futuro. Tuvieron tantos aciertos y errores que las devolvieron a su lugar de origen: un punto de consulta importante para la campaña, pero no más (ni menos) que eso.

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