Elecciones 2023: una serie de renunciamientos para ordenar el mapa de candidatos de JxC

Elecciones 2023: una serie de renunciamientos para ordenar el mapa de candidatos de JxC

Macri renunció a una candidatura; Bullrich se tomó licencia como titular del PRO; ya se bajó un candidato amarillo en CABA pero restan dos; un par de compañeros de fórmula presidencial cambiaron la dirección y fueron por sus provincias. Las salidas empezaron a acomodar el tablero de una oposición que busca la integración, apuesta por la unificación, pero encara divisiones.

Por CARLA PELLIZA

A dos meses del cierre de listas, los tiempos de renunciamientos se aceleraron para darle paso a un ordenamiento del panorama y concluir con candidaturas unificadas en lugares clave o, en el peor de los casos, consagrar la falta de acuerdos. En Juntos por el Cambio se empezaron a acotar las opciones para llenar distintos casilleros y los comicios parecieron encarar una batalla mano a mano entre el bullrichismo y el larretismo más que entre la alianza y el Frente de Todos. Casi como si fuera una situación indiscutida, la pelea pareció buscar definir quién sucederá al peronismo y no si alguno de ellos podrá hacerlo.

A nivel nacional, el tablero ya se dispuso. Habrá PASO entre al menos dos candidatos de Cambiemos, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Aún hay nombres radicales en carrera pero todo podría cambiar producto de acuerdos macro que permitan la unificación. Pero, más allá de esta posibilidad, los dos macristas, los dos más fuertes dentro de la coalición, también iniciaron una disputa para ver quién consigue el mayor número de boina blanca, con más peso y armado.

Así como Larreta fortaleció su relación con Martín Lousteau y Gerardo Morales, vínculos que tejió hace tiempo, Bullrich se concentró en afianzar sus lazos y extenderlos dentro del partido centenario, particularmente entre aquellas figuras enfrentadas a la conducción del espacio. Si bien sería imposible trazar una línea recta de alineamientos, los cierres de listas en provincias empezaron a mostrar los acuerdos nacionales en los distritos y, al mismo tiempo, a tachar posibles nombres para acompañar una boleta presidencial.

Si en Mendoza el bullrichismo, con Damián Arabia como armador de cabecera, logró consolidar el pacto con Alfredo Cornejo al conformar una fórmula para la gobernación con la negacionista macrista Hebe Casado, en Santa Fe podría darse una situación similar. En los próximos días se conocerá una de las tres opciones que presentará Cambiemos para disputar la provincia. El radical Maximiliano Pullaro, apoyado por Lousteau, ya confirmó su lanzamiento en la carrera pero también lo hará su compañera de partido, Carolina Losada, en compañía de Federico Angelini, actual titular del PRO nacional. Un macrista de Macri, pieza clave de la campaña de Bullrich.

Dos provincias con acuerdos entre radicales y bullrichistas. Pero esos contratos empezaron a anular opciones para una fórmula presidencial. Cornejo, que se instaló fuerte el año pasado como compañero de Bullrich, irá por la gobernación de Mendoza. Losada, a quien se le ofreció el mismo puesto, lo hará por Santa Fe. Dos menos para la lista. Se ordena el Excel.

La ex ministra de Seguridad, sin embargo, tiene otros nombres en danza. Después de varias conversaciones previas al lanzamiento de Cornejo en Mendoza, el senador sería una pieza central a la hora de ayudar en ese armado y no se descarta que su alfil, Rodolfo Suárez, pueda ser una opción. También Luis Naidenoff, el formoseño que se incorporó al famoso “Grupo Malbec”. O Rodrigo de Loredo, a quien se le ofreció secundar a Patricia.

De Loredo todavía no definió su futuro electoral. Hay dos caminos posibles, ser compañero de fórmula de Luis Juez o ir por la capital cordobesa. Pero, según fuentes radicales, con nulas chances de auxiliar de Bullrich en una boleta presidencial. Larreta, por el momento, no mostró el mismo problema. Sin un repunte en las encuestas, Morales podría bajarse para conformar un tándem con el jefe de Gobierno. Pero, en ambos casos, la decisión deberá ser radical y no macrista.

Lo que quedó en claro con los acomodamientos temporarios es que Cambiemos apuntará a conseguir un entrecruzamiento en los armados, siempre y cuando eso sea posible. Sin Mauricio Macri en la cancha, la UCR encontró un lugar para negociar de igual a igual con el PRO. A veces el partido centenario arriba, a veces abajo. En el primer caso estarían Mendoza, Santa Fe y Salta, por ejemplo. En el segundo, las parejas presidenciales y la provincia de Buenos Aires.

La Capital Federal, en tanto, también reflejará una situación similar sólo que aún con protagonista incierto. Lousteau ya se pronunció a favor de ir con una fórmula cruzada, secundado por un dirigente del PRO. Jorge Macri podría hacer lo mismo en caso de ser el elegido. Fernán Quirós sigue en carrera. Los tiempos cambiaron.

Lo que suceda en la Ciudad será fundamental para el territorio bonaerense. Larreta mantendrá varias opciones de postulantes hasta donde le alcance la soga. Pero si se lograra la unidad estratégica en la CABA, con un solo nombre amarillo, podría intentarse algo similar en la provincia. Aunque eso dependerá de la capacidad de llegar a un acuerdo entre Bullrich y Horacio. Algo, hasta ahora, dentro del terreno de la ciencia ficción.

Por el momento, todos los nombres medidos para disputar la Capital Federal se manifestaron en el mismo sentido. Para ganarle al radicalismo, será necesario llevar un solo nombre. Por lo tanto, se esperan más renunciamientos. Si eso llegara a ocurrir, podría intentarse un ensayo similar en el distrito más poblado del país. Todavía con chances de un desdoblamiento – una posibilidad latente -, para un sector de Cambiemos la mejor estrategia pasaría por la unificación.

Javier Milei empezó a consolidarse en las encuestas aún sin un candidato propio. Por el momento, en Juntos notaron que el principal perjudicado es el Frente de Todos pero una PASO sangrieta dentro de la alianza opositora podría generar también descontento con el mundo cambiemita e impactar negativamente en el número final de las urnas.

Diego Santilli, hasta ahora el nombre más claro por Juntos, encaró una campaña para intentar instalar el concepto de unidad. Este fin de semana estuvo en el congreso de la Coalición Cívica junto a la presidenta del espacio, Maricel Etchecoin, y el de la UCR, Maximiliano Abad. Si bien la foto no implicó un acuerdo cerrado, sí mostró el trabajo para aglutinar.

Ese se transformó en el gran problema de las bases del bullrichismo. Algunos dirigentes territoriales notaron que el larretismo, más ordenado, pudo encarar una campaña sólida y que ellos, frente a la falta de definiciones, todavía se ubican en el limbo previo a cualquier tipo de inicio formal. Si las elecciones llegaran a desdoblarse, se podría generar un problema importante al no tener la tracción de la boleta presidencial, por lo que un nombre fuerte en la provincia sería central. Y ese nombre fuerte aún pertenece al universo del vidalismo. En este distrito, todavía restan entre tres a cinco renunciamientos.

Por el momento, aparecieron intendentes, dirigentes locales y funcionarios provinciales para presionar y pedir por una candidatura de unidad. Pero el escenario se mostró bastante lejano, a la espera de lo que pueda pasar en la Ciudad. Hasta ahora, sólo podrían resguardarse aquellos municipios gobernados por el macrismo, con la intención de evitar las PASO en esos distritos. En el resto, se encamina una guerra cuerpo a cuerpo.

Este martes, habrá una reunión entre los cuatro presidentes de los partidos con representación nacional de Juntos por el Cambio, la primera sin Bullrich como titular del PRO. Su silla estará ocupada por Angelini, Morales lo hará por la UCR, Miguel Ángel Pichetto por Peronismo Republicano y Maximiliano Ferraro por la Coalición Cívica. En principio, se pensó como un encuentro para definir cuestiones burocráticas y organizacionales. Reuniones a futuro con los equipos técnicos, en especial de economía, y con los precandidatos presidenciales para encarar la campaña.

En la previa, Ferraro calentó los motores. En redes sociales y con respaldo de parte de la UCR, se distanció de Milei y su idea de concebir a la educación pública como un costo. El mensaje, que no obedeció a una agenda, llegó días después de que Macri lo colocara en un balotaje y Bullrich lo pusiera como aliado clave para enfrentar al peronismo en segunda vuelta. Pese a las idas y venidas y a la "excitación" de Mauricio por un peronismo fuera de la definición por penales, los aliados de Cambiemos construyeron un muro alto para frenar al hombre de La Libertad Avanza.

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