"La deuda no puede ser un cepo al desarrollo"

Este es el mensaje que lleva Santiago Cafiero a su encuentro con Antony Blinken, secretario de Estado norteamericano. El Gobierno busca el apoyo político de Estados Unidos ante la negociación con el FMI

“Lo más importante es que no se interrumpa el crecimiento. Tiene que quedar claro que la deuda no puede ser un cepo al desarrollo”. Este fue el mensaje que urdieron el canciller Santiago Cafiero y el ministro de Economía, Martín Guzmán, como antesala del encuentro que mantendrá hoy el ministro de Relaciones Exteriores con su par norteamericano, Antony Blinken.

El acuerdo con el FMI, para renegociar la deuda heredada de la Alianza Cambiemos, entró en tiempo de descuento ante los vencimientos de marzo. Mientras tanto, la oposición, que también sigue sumida en su propia interna, “juega al boicot permanente” como lo definió el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.

¿Qué puede conseguir la Argentina a partir de este encuentro político entre Cafiero y Blinken? Ni Economía ni Cancillería quisieron arriesgar un pronóstico a horas de la reunión en Washington. Incluso, desde la embajada local en Estados Unidos indicaron a BAE Negocios que el encuentro será más amplio que lo vinculado estrictamente con el FMI. Fue una manera de bajar expectativas.  

“Estados Unidos tiene una posición de pedir que se cierre el acuerdo técnico con el Fondo primero y después ellos acompañan”, sostuvieron a este diario tanto desde el Banco Central como un inversor de Wall Street que suele dialogar con los funcionarios del gabinete nacional.

Durante su paso por el Congreso, Guzmán sostuvo que había socios del FMI que pretendían que la Argentina aplicase un ajuste real del gasto público y marcase un horizonte acelerado de reducción del déficit fiscal. No dio nombres pero era claro que se refería a Estados Unidos. Japón también puso, en su momento, reparos sobre el acuerdo.  

Estados Unidos debería tener un rol distinto, más constructivo. No tienen por qué obstaculizar un acuerdo ni tampoco creemos que el diálogo político conlleve alguna contraprestación”, analizaban desde Cancillería horas antes del viaje.

Lo cierto es que fue el propio ministro de Economía quien inscribió esta etapa final de la negociación dentro del triángulo de la geopolítica.

“La Argentina deberá surfear en el multilateralismo en el medio del conflicto geopolítico hegemónico entre China y Rusia con EE.UU. Son críticas las inversiones estratégicas, adopción de nuevas tecnologías como 5G, temas que hacen a la defensa y relaciones con algunos países de la región impugnados por EE.UU”, explicó Alejandro Vanoli, ex titular del BCRA, en el último informe de su consultora Synthesis.

Suele decirse que la administración demócrata es menos propensa a ocuparse sobre América latina. Sin embargo, al cierre del año pasado Biden organizó la “cumbre por la democracia” con Taiwán y la exclusión de Bolivia, Venezuela y Nicaragua entre otros países. Argentina asistió y marco posición a favor de Bolivia, con fuertes críticas hacia la OEA.

“Hay tres puntos que le interesan a USA, el primero es Venezuela, el segundo es Venezuela y el tercero es Venezuela”, ironizó ante BAE Negocios un consultor de la City porteña de buen trato con algunos integrantes del Frente de Todos.

En este contexto, la Cancillería considera que el paso de la Argentina por la presidencia pro témpore de la CELAC será un espaldarazo para la negociación con Estados Unidos.

Boicot

Sumida en sus propias internas, la oposición de Juntos por el Cambio jugó la carta de la pantomima de una reunión con Guzmán que nunca había sido confirmado tal como publicó este diario.

Esas idas y vueltas develan el poco interés en colaborar con una negociación que requerirá un aval político amplio ya que el acuerdo (sea cual sea) deberá pasar por el Congreso.

No por nada el propio Luciano Laspina, espada de Cambiemos en la Comisión de Presupuesto de Diputados, fue a Washington en persona a boicotear cualquier tipo de negociación.

Derecho internacional

A nivel internacional se empieza a hablar del concepto “ultra vires” que permitiría declarar inválido el préstamo stand by acordado entre el FMI y la administración de Donald Trump.

Pero, quizás, el documento más duro sobre el accionar del organismo haya sido confeccionado por su propio staff no en diciembre del año pasado sino en octubre de 2018, cuando todavía seguían llegando los desembolsos.

En su “Informe País 18/297”, el propio staff del FMI reconoció el desvío de esos recursos al detallar que la administración Cambiemos estaba vendiendo reservas de manera acelerada, por subastas, ventas directas y en ocasiones por incursiones fuera del mercado.

Aquel documento fue utilizado por la Procuración del Tesoro para constituirse como querellante en la causa que investiga el endeudamiento, radicada en el juzgado de María Eugenia Capuchetti.

Comentá la nota