Axel Kicillof 2025: la metamorfosis del gobernador

Axel Kicillof 2025: la metamorfosis del gobernador

Construye liderazgo más allá de Buenos Aires. Listas legislativas con sello propio y vínculos interprovinciales. La relación con Máximo y el factor CFK.

Por: Macarena Ramírez.

Axel Kicillof no es el mismo. Dejó de lado su estilo antirrosca y comenzó a cincelar un liderazgo que trascienda las fronteras de Buenos Aires. Se prepara para la pelea grande de 2027, pero antes debe ocuparse de la parada intermedia: 2025 está a la vuelta de la esquina.

El impulso para buscar el cambio se lo dieron el triunfo que logró en 2023 en el mar de derrotas peronistas, la ausencia de conducción del partido y el presidente Javier Milei, que lo eligió como enemigo.

El gobernador del territorio que representa el 37% del padrón electoral nacional atiende la urgencia de la gestión mientras genera en silencio las condiciones para llegar a la elección de medio término con la mayor cantidad de sectores en su equipo.

Su armado incluye intendentes, representantes gremiales y movimientos sociales. Teje vínculos con gobernadores del mismo palo y de diferentes signos políticos, saltando viejas grietas. Lo ayuda la guerra libertarios vs. federales que el Presidente alimenta como nadie y amontonó enemigos.

¿Cómo va a jugar el gobernador en 2025? La dirigencia no arriesga pálpitos, pero cree que no tiene margen para no avanzar más rápido. Sectores cercanos se ilusionan con que dé muestras de mayor autonomía respecto de Máximo Kirchner, su socio en el reparto de poder bonaerense, con quien jamás desaparecen las fricciones.

El intendente Jorge Ferraresi (Avellaneda) cuestionó días atrás que el mandatario no tenga figuras propias en la Legislatura. Lo del avellanedense -el primero en proponer a Alberto Fernández para la reelección, en agosto de 2021- es una crítica al titular de La Cámpora, siempre dueño de una lapicera con mucha tinta en la conformación de las listas legislativas.

Parte de la dirigencia que juega con Kicillof piensa igual, pero cree que no es momento de dar esa discusión, aunque sí comenzar a trabajar en el fortalecimiento del mandatario, algo que no sería otra cosa que los preparativos para un armado de listas kicillofistas.

Axel Kicillof y Jorge Ferraresi

En La Plata se despegaron de las declaraciones del intendente, pero no hubo reprimenda. “Lo que dice Ferraresi va por cuenta de Ferraresi”, le dijo a Letra P un miembro de la mesa chica del gobernador, pero se encargó de agregar: “Ferraresi es un dirigente del kirchnerismo desde hace veinte años, puede decir lo que quiera ¿Quién le puede reprochar algo?”.

El gabinete de Axel Kicillof

La apertura del gabinete ministerial es una muestra de que el gobernador no es el que era. Se apoya en una mesa chica compuesta por dirigentes que comandan carteras de peso: Carlos Bianco (Gobierno), Andrés Larroque (Desarrollo de la Comunidad) Cristina Álvarez Rodríguez (Jefatura de Asesores) y Gabriel Katopodis (Infraestructura y Servicios Públicos). Los intendentes Mario Secco (Ensenada) y Fernando Espinoza (La Matanza), además de Ferraresi, completan el espacio bien cercano al mandatario.

Esa mesa núcleo se amplió y comenzó a sumar intendentes. “Están dispuestos a aportar. Milei lo puso a Axel como blanco; un grupo de intendentes se puso a disposición. Le criticaban a Axel que no le daba mucha bola a esa contención política, pero reconocen que ahora lo está empezando a hacer”, dijo a Letra P un miembro de La Mesa de Ensenada, diluída tras la incorporación de miembros.

“Siempre le criticaron que no hacía política. Axel revalidó con la elección. La gestión tiene solidez y está dando más señales para escuchar y contener a diferentes sectores”, completó la fuente. Con ese grupo ampliado de intendentes, Kicillof empezó a reunirse en privado casi semanalmente. Ahí se discute política y gestión.

Tregua tensa

Pese a la tregua sellada, el contrapunto del gobernador en la construcción en Buenos Aires es Kirchner, presidente del PJ provincial. El diputado tiene sus propias alianzas. Pelean a la par contra Milei, pero están separados por diferencias profundas en la manera de hacer política.

La discusión entre ambos definirá el armado electoral del peronismo bonaerense en la próxima elección. La clave estará en cómo juegue en esa instancia Cristina Fernández de Kirchner. Eterna mediadora entre su hijo de sangre y su hijo político dilecto.

Con columna propia a Plaza de Mayo

La metamorfosis de Kicillof tuvo una foto nítida el 24 de marzo, cuando, a diferencia de otras ocasiones en las que fue a la movilización a Plaza de Mayo rodeado de un reducido grupo de colaboradores o se sumó a La Cámpora, el gobernador armó su propia columna. Se subió a un camión y marchó junto a funcionarios bonaerenses, legisladores, dirigentes peronistas, intendentes afines y las Madres de Plaza de Mayo. A su llegada, la militancia tarareó: “Presidenteeee, Axel presidenteeee…”.

No fue el primer gesto de ese tipo. Como contó Letra P, dos meses antes, durante la movilización en el marco del paro general convocado por la CGT, Kicillof juntó a un grupo de intendentes y lideró un encuentro en un café porteño para mostrar su respaldo a la protesta y dar, a la vez, un mensaje político.

Un nuevo polo de poder en el peronismo

Aunque Kicillof es un convencido de que no es momento de dar la discusión interna en el peronismo y equiva las rencillas partidarias, jugó fuerte en el Congreso del PJ. Fue protagonista, dio un discurso con alto contenido político en el que planteó la necesidad de “trabajar para volver a gobernar” y sus alfiles pidieron lugares de peso para Buenos Aires.

Axel Kicillof en el Congreso del PJ

La discusión no fue saldada y la titularidad del PJ quedó en manos de las cinco vicepresidencias. En La Plata reclaman que ese lugar lo ocupe la ministra Álvarez Rodríguez, vicepresidenta primera del partido. Su nombre también está sobre la mesa para cuando se defina la titularidad de la mesa de acción política. En ese caso la pulseada es con la senadora por Catamarca Lucía Corpacci.

“En el PJ se vio claro que Kicillof está generando un nuevo polo de poder en el peronismo. Hay que ver hasta dónde llega eso y qué autonomía tiene, pero ahí hay algo que está cambiando”, dijo a este medio un dirigente de peso con asiento en Buenos Aires.

La guerra con Javier Milei

Como contó Letra P, el vínculo que forjó con gobernadores de otros signos políticos a partir de la guerra del Presidente contra las provincias le permite a Kicillof ganar proyección nacional. El punto más fuerte en ese sentido es la foto que se sacó con el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, a partir de la colaboración en la lucha contra el narcotráfico.

Con el cordobés Martín Llaryora el contacto es permanente, aunque menos visible debido -explican por lo bajo- a la necesidad del dirigente mediterráno de mantener distancia del universo K que representa el bonaerense para cuidar el vínculo con el electorado de Córdoba, el 75 por ciento del cual votó a Milei en la última elección.

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