"Aprobación mayoritaria": la hipótesis oficial para el acuerdo con el FMI en el Congreso

Cerca de Máximo Kirchner coincidían con la definición del Presidente sobre una aprobación "mayoritaria" del Frente de Todos, pero no unánime, al acuerdo con el FMI. Hablaban de un rechazo moderado desde el kirchnerismo, posiblemente absteniéndose a la hora de votar. Interés por conocer la letra chica del acuerdo.

"Así como lo dijo el Presidente, acerca de que 'mayoritariamente' el bloque del Frente de Todos va a acompañar el acuerdo con el FMI, suena correcto. Seguro no habrá unanimidad pero el acuerdo va a salir. Máximo no está recorriendo despachos juntando votos en contra, él quiere que salga aunque no coincida", confiaba un diputado del oficialismo cercano al ex jefe del bloque luego de las declaraciones de Alberto Fernández desde la caribeña Barbados. En un Congreso aún en incertidumbre sobre el inicio de las sesiones extraordinarias, la posibilidad de que el acuerdo con el Fondo termine siendo aprobado con un sector del Frente de Todos absteniéndose y tal vez una parte de la oposición votando a favor aparecía como un escenario muy posible. Y extraño.

En la última escala de su gira, el Presidente mantuvo el lunes un zoom con periodistas argentinos en el que reveló que había conversado telefónicamente con Cristina Kirchner desde Beijing y luego expresó su convicción acerca de que el acuerdo con el Fondo Monetario "mayoritariamente" será acompañado por el Frente de Todos en el Parlamento. "No lo estoy poniendo en duda", subrayó, dando a entender que no era un tema que lo preocupara. Con todo, aclaró que su conversación con la vicepresidenta se había centrado sobre sus reuniones con Vladimir Putin y Xi Jinping. Es decir, que el cierre de las negociaciones con el organismo financiero no habían formado parte de la charla. 

Luego de la carta de renuncia de Máximo Kirchner a la conducción de la bancada oficialista no hubo nuevas declaraciones de referentes de La Cámpora que adelantaran su postura en el momento que se produzca el debate en el Congreso. Tampoco hubo una reunión de este sector -que suma alrededor de 30 diputados y 5 senadores- para definir con tanta anticipación una posición común, pero sí hay contactos periódicos entre sus miembros. Hacia afuera, la decisión es mantenerse en silencio. Hacia adentro, muchas ganas de ver la letra chica del acuerdo, pero adelantando que no hay intenciones de boicotearlo.

Rechazo moderado

"La línea que vamos a llevar será de una oposición moderada a lo que se negoció, no lo vamos a plantear como si se tratara de una traición", refería un integrante del bloque de diálogo frecuente con Máximo. Veían casi imposible la posibilidad de modificar algunos de los términos del acuerdo dada la forma en la que se suele manejar el board del organismo. "Creo que hubo problemas de comunicación, posiblemente Martín Guzmán no contó todo lo que debía. Pero pensar que ahora se pueden cambiar cosas como las revisiones trimestrales o la forma de desembolsos es ingenuo. El Fondo no trabaja así", comentaba el legislador.

¿Y cuáles son las alternativas entonces? "No hay alternativas, ése es el quid de la cuestión. Máximo no está diciendo tampoco que hay que ir al default. El origen del problema es que negoció mal durante dos años", añadía. Uno de los ítems de la letra chica que deseaban conocer era el del esquema cambiario que planteará el Fondo para los próximos años. Si se acuerda un ritmo devaluatorio más acelerado para achicar la brecha entre el dólar oficial y el paralelo, explicaban, será muy difícil mantener la política de una recuperación salarial por encima de los índices de inflación en los años que vienen. "Si estamos hablando de una contracción monetaria con suba de la tasa de interés, aumento de tarifas y un dólar subiendo más que la inflación, hablar de recuperación de los salarios no se ve viable", concluían.

El nuevo presidente del bloque de diputados, Germán Martínez, no imagina la posibilidad de una fractura. "Hay un fuerte deseo de mantener la unidad que tanto nos costó", declaró como balance de los diálogos que llevó adelante con la gran mayoría de los 118 integrantes del bloque.  "Hay una intención general de acompañar al gobierno aunque con matices en la aprobación del acuerdo", se explayó Martínez, quien la semana pasada mantuvo un encuentro de dos horas con Máximo Kirchner. Desde el entorno del jefe de La Cámpora coincidían. 

"Plantearemos nuestras diferencias de una manera moderada, lo menos 'papelonesco' posible, y seguramente nos abstengamos en la votación. Se verá raro porque la mayoría de la oposición va a buscar torpedear el acuerdo pero es probable que haya un sector que vote a favor. Será un síntoma del mal funcionamiento de nuestra coalición que tenemos que resolver con urgencia", definía.

Fecha incierta

El ministro Guzmán volvió antes de la gira presidencial para retomar el lunes pasado las reuniones técnicas con el staff del FMI y terminar de definir los detalles del trato. El objetivo es concluir las negociaciones antes de fin de mes, por lo que el acuerdo podría estar listo luego del inicio de las sesiones ordinarias el 1 de marzo. Casi imposible que se llegue a tiempo en extraordinarias que -convocadas por el Ejecutivo a sesionar entre el 1 y el 28 de febrero- todavía se mantienen en la incertidumbre. 

"Todavía estamos iniciando la definición de las autoridades de las comisiones parlamentarias, esta semana habrá reuniones en esa dirección. Recién la semana que viene se podría comenzar a delinerar qué temas de los que envió el Poder Ejecutivo se podrán tratar en el recinto", comentaban desde la presidencia de la Cámara que encabeza Sergio Massa. Un Congreso por ahora con más incertidumbres que certezas.

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