El anuncio de la cuarentena: un cambio para transformar al presidente sanitarista en el presidente de la gestión

El anuncio de la cuarentena: un cambio para transformar al presidente sanitarista en el presidente de la gestión

Comenzó la transformación del Presidente sanitarista en Presidente de la gestión. Ese es el objetivo de fondo que persigue la nueva estrategia de comunicación del Gobierno. Después de 160 días de cuarentena, en la que cada 15 días Alberto Fernández se ponía al frente de las cámaras para explicar en detalle cada una de las fases, el Gobierno decidió despegar al jefe del Estado del coronavirus.

 

La presentación de hoy marca que una nueva etapa ha comenzado, así lo reconocieron desde su entorno más íntimo. La elección del momento no es aleatoria: a partir de esta tarde, el Presidente será el protagonista de una batería de anuncios que incluyen las 60 medidas para reactivar la economía y la presentación del plan de seguridad para el área metropolitana, entre otras cosas.

 

En la Casa Rosada reconocieron que la sociedad se cansó de la repetición de anuncios que tienen como norma las restricciones. "Lo hicimos para no aburrir y mostrar algo distinto", graficó uno de los hombres de máxima confianza del Presidente. La caída en la imagen de Alberto Fernández y de su gestión dejó expuesto también el hartazgo por la falta de un horizonte y la creciente preocupación por el agravamiento de la crisis económica. Eso sí, esto no implica que el Presidente se desentenderá de la pandemia. "Está al frente de todo", resumieron fuentes oficiales.

Después del mensaje, que estará enfocado en la preocupación que despertaron los focos de la enfermedad en el interior, el jefe del Estado volverá a viajar a una provincia después de 77 días en los que solo hizo unas pocas incursiones en el territorio bonaerense, como en Pilar, el distrito que gobierna Federico Achával.

"Lo hicimos para no aburrir y mostrar algo distinto", graficó uno de los hombres de máxima confianza del Presidente

La presentación del acuerdo federal hidrovía, en Santa Fe, marcará la vuelta del mandatario rodeado de gobernadores. Ahí estarán, entre otros, Omar Perotti (Santa Fe), Axel Kicillof (Buenos Aires), Gustavo Valdés (Corrientes), Jorge Capitanich (Chaco), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Gildo Insfrán (Formosa) y Oscar Herrera Ahuad (Misiones). Una fotografía clave para dejar en claro el cambio.

 

Larreta, Fernández y Kicillof Crédito: Presidencia

 

En la hoja de ruta aparecen varios hechos que en el gobierno nacional consideran fundacionales: el lunes se conocerá el resultado de la reestructuración de la deuda que logró el Gobierno con los acreedores privados. Martes o miércoles, el Presidente presentará las 60 medidas para la reactivación económica, y el jueves, el megaplan de seguridad para el Gran Buenos Aires.

Parte de esto se resolvió también en la mesa de los martes, que integran el Presidente, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el jefe del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, de la que participaron en las últimas dos oportunidades Kicillof y algunos intendentes como Juan Zabaleta (Hurlingham), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Jorge Ferraresi (Avellaneda).

Ni bien Kicillof y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, entraron en el despacho presidencial de la quinta de Olivos, Alberto Fernández les contó su idea para comunicar la nueva etapa de la cuarentena. La respuesta fue automática: ambos le dieron su consentimiento y se encerraron durante dos horas para analizar la situación sanitaria del área metropolitana, la más castigada por el coronavirus, que en las últimas semanas se mantuvo "estable".

El clima del encuentro, según calificaron algunos testigos ocasionales, fue muy bueno. "Los tres estaban muy tranquilos y relajados", confiaron fuentes oficiales.

El cambio de estrategia también le sirvió a Rodríguez Larreta, quien celebró la nueva iniciativa el silencio. Es que la relación entre el jefe de gobierno porteño y el gobierno nacional tuvo un pico de tensión con el rechazo de la Nación al protocolo para abrir las escuelas de la ciudad a los estudiantes con problemas para acceder a la educación a distancia. Eso no es todo, al mismo tiempo le permite al jefe de gobierno mostrarles a los "halcones" de Juntos por el Cambio cierta distancia con el Presidente.

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