El Presidente charló durante casi cuatro horas con el titular de Pro en el primer encuentro cara a cara después de un año; el rol de Francos y por qué sumarán a Karina
Matías Moreno
El presidente Javier Milei y el titular de Pro, Mauricio Macri, se reencontraron el domingo pasado en la quinta de Olivos. Fue la primera vez que se vieron las caras después de un año. Con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, como único testigo, Milei sorprendió a Macri cuando le preguntó de sopetón: “¿Viste que no insultó más?”, soltó.
La cumbre entre el jefe del Estado y su principal aliado político se extendió durante más de tres horas. Según pudo saber LA NACION, la charla transcurrió en un tono respetuoso, pero fue tensa. “Se dijeron todo lo que se tenían que decir y lo que pensaban”, señala un dirigente que tiene llegada a la Casa Rosada y al círculo íntimo de Macri.
Dado que venía decepcionado con el Presidente por los destratos a Pro, Macri le planteó con “sinceridad” a Milei cómo veía la situación del país y, sobre todo, qué medidas le sugiere tomar a partir del 27 de octubre, una vez que se realicen las elecciones legislativas. El Presidente escuchó con atención y tomó algunas recomendaciones. En otros casos, según indicaron a LA NACION fuentes al tanto de la charla, rechazó los cuestionamientos de su socio electoral en la provincia de Buenos Aires y la Capital, entre otros distritos.
La señal de apertura al diálogo con el líder de Pro que hizo el Gobierno se produjo poco después de que Donald Trump le diera un espaldarazo a Milei ante las turbulencias económicas y cambiarias que sufrió durante las últimas semanas.
“Es bueno haber retomado el diálogo después de más un año, siempre con la misma vocación: decirle la verdad al presidente”
En concreto, Macri le propuso que intente recomponer el esquema de alianzas que le permitió garantizar la gobernabilidad durante el primer año de gestión. Es sabido de que el líder de Pro se jacta de haber hecho un aporte decisivo en el Congreso para que Milei aprobara la Ley Bases o sostuviera los primeros vetos a los aumentos para los jubilados o el incremento de fondos para las universidades, en 2024. Además, el exmandatario insistió en que debería implementar medidas para “mejorar” la gestión y el funcionamiento interno del Gobierno. Puntualmente, le dijo que debían avanzar con “temas pendientes”. En el entorno de Macri hablan de la privatización de empresas públicas que autorizó el Congreso o la concesión de obras para reparar las rutas nacionales.
Cuando Macri le sugirió a Milei que debería hacer modificaciones en su plantel de ministros después de los comicios para integrar a aliados, el Presidente no le cerró la puerta al replanteo del Gabinete. Está claro que Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, y su par de Defensa, Luis Petri, se encaminan a dejar sus puestos a partir del 10 de diciembre. Bullrich encabeza la lista de senadores de LLA en la ciudad de Buenos Aires, emblemático bastión de Pro, y Petri es el primer candidato a diputado nacional del frente que conformó Milei junto con Alfredo Cornejo en Mendoza. Salvo una catástrofe, los dos tienen aseguradas sus bancas. Hoy, en diálogo con A24, el jefe del Estado admitió que analiza por estas horas cómo reformulará a su Gabinete para que mantenga el equilibrio interno y no descartó la chance de incorporar a dirigentes de Pro.
En la extensa cumbre del domingo no se puntearon “nombres” de Pro para reforzar al Gobierno. Pero el primer mandatario y Macri quedaron en volver a verse y sumar a Karina Milei, secretaria general de la Presidencia y una de los habitantes más influyentes de la Casa Rosada, para diseñar un esquema de trabajo.
Quienes hablaron con Macri tras la reunión lo notaron con una sensación agridulce. Por un lado, valora que Milei haya decidido retomar el diálogo con él. Y, por otro, desconfía porque hasta ahora no pudo trasladar sus charlas con el Presidente al terreno de la realidad. Es decir, lo que conversa con Milei no suele concretarse. Y Macri ha acusado a Santiago Caputo o Karina Milei de poner trabas a sus recomendaciones.
“Mauricio siempre estuvo dispuesto a hablar con todos”, señalan en Pro. Es más, cerca del expresidente, niegan que haya dicho que se prepara para ser oposición a partir del 27 de octubre. “Seguimos parados en el mismo lugar: queremos que el país salga adelante. Pese al duro y permanente maltrato, y las faltas de respeto de LLA al votante de Pro y de JxC”, apunta un allegado al expresidente.
Macri y Francos mantuvieron un intercambio
Los acuerdistas que responden a Cristian Ritondo o Diego Santilli celebraron el acercamiento entre Milei y Macri. Se entusiasman con la chance de que se inicie una “nueva etapa” en la relación entre Pro y LLA. “Es un gran gesto de Macri, porque este es el peor momento del Gobierno. Ahora las cosas tienen que fluir”, se esperanzan.
Ayer se produjo una tensa discusión en el bloque de diputados de Pro por la reforma del régimen legal de los decretos de necesidad y urgencia (DNU) del Poder Ejecutivo. Silvia Lospennato, una de las díscolas, planea firmar un dictamen propio. “Las rebeldes invocaron a Mauricio y Macri estaba sentado con Milei en Olivos”, se ufana uno de los aliados de Ritondo.
Entre Macri y Francos también existían recelos. Pero el jefe de Gabinete −que se resistía a integrar a los amarillos de Pro− y Macri supieron reconstruir su vínculo en los últimos meses. Todo parece indicar que Francos fue el mediador elegido por Milei para reencauzar el diálogo con el líder de Pro. Es que en la cumbre del domingo el gran ausente fue Caputo, el principal asesor de Milei.
Tanto Francos como Macri acordaron que incluirán a Karina Milei en la próxima charla. ¿Un mensaje encriptado para el consejero y gurú de campaña del Presidente? “Mauricio necesita volver a confiar. Y tanto Francos como él saben que no la pueden saltear a Karina”, dice una fuente que siguió de cerca el acercamiento entre los popes de Pro y LLA.
Los intercambios entre Macri y Francos continuaron después de la larga reunión en Olivos. Todo indica que en el próximo encuentro comenzarán a barajar nombres para un eventual cambio en el Gabinete.
La semana pasada, después de que Milei acordara un salvataje financiero de EE.UU. para frenar la corrida cambiaria que sacudió a la Casa Rosada, Francos difundió una foto de un encuentro breve que mantuvo con Macri durante un evento organizado por la embajada de Arabia Saudita. En su cuenta de X, el ministro coordinador de Milei informó que asistió a la celebración por el 95º aniversario de la unificación del Reino de Arabia Saudita, donde conversó con el embajador Hatem Ghormulla Alghamidi. En el mismo mensaje, agregó: “Allí, también mantuve un cordial intercambio con Macri, en el marco de la buena relación que nos une”.
El posteo de Francos, que incluyó fotos del apretón de manos que se dieron con Macri, fue retuiteado por el Presidente, quien se hallaba en Nueva York, donde se vio con Trump y participó de la Asamblea General de la ONU. Después, el jefe del Estado le escribió a Macri por WhatsApp. Fue después de que el líder de Pro pidiera prudencia y apoyara al Gobierno tras la crisis cambiaria.
Aun cuando Francos y Patricia Bullrich –y hasta el propio Milei− ensayaron gestos públicos para retomar el diálogo con Macri, el titular de Pro remarcó el martes pasado que hacía más de un año que no hablaba con el jefe de Estado. El último contacto se había producido en agosto de 2024.
“Es momento para ser muy prudentes. Nunca he sido de aquellos que cree en que cuanto peor, mejor”, dijo Macri en su reaparición pública de la semana pasada. Además, elogió al equipo económico, que conduce Luis Caputo. En la intimidad destacó la eliminación de las retenciones y el nivel de respaldo que consiguió Milei de Trump.
En la cúpula de Pro siguen escépticos respecto de que los jefes de LLA tengan intenciones reales de acercar posiciones y discutir un plan estratégico a largo plazo para conformar una coalición de gobierno. Por lo pronto, Macri ya definió que no se involucrará en la campaña electoral ni en la Capital, donde colocó como candidato a diputado nacional a Fernando de Andreis, su mano derecha, ni en Buenos Aires. Cultivará un segundo plano al menos hasta que transcurran las elecciones legislativas, una prueba de fuego para Milei. “Después del 26, volvemos a hablar”, le anticipó a su tropa la semana pasada en la sede partidaria de Balcarce 412.
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