CFK prepara su respuesta al operativo clamor

CFK prepara su respuesta al operativo clamor

Mientras Macri sube a Milei a la pelea final, la vice teje 24/7 y (casi) toda su feligresía se ilusiona. ¿Candidata o king maker? La mesa del FdT y el anuncio que viene.

Por: Gabriela Pepe.

Más “en modo electoral que nunca”, con reuniones políticas permanentes, Cristina Fernández de Kirchner prepara el terreno para anunciar en las próximas semanas una respuesta al “operativo clamor” a su candidatura presidencial y para dar definiciones sobre cuál será la estrategia para hacer competitivo al Frente de Todos (FdT).

El cristinismo tiene diferencias internas sobre la estrategia. Un sector empuja desde la base la candidatura de CFK. Multiplica actos en distintos puntos del país. Se ilusiona con que revise la decisión que ella misma anunció a principios de diciembre cuando dijo que no sería competiría por ningún cargo en 2023. Cristina no los desalienta, busca movilizar a las bases, mantener la llama encendida. Mientras el peronismo discute, intenta contener por derecha, con sus intervenciones en materia de seguridad y sus diálogos con Sergio Berni; y que Juan Grabois cuide el flanco izquierdo con críticas al plan económico.

“La candidata va a ser ella. Si no, ¿para qué estamos haciendo todo esto? Acá no hay plan B”, dijo el jueves ante Letra P uno de los dirigentes cercanos a Cristina que ocupó un lugar privilegiado en la foto del escenario montado frente a Tribunales, bajo la consigna “Democracia o mafia judicial”.

Los más convencidos creen ver una puerta que se abre cada vez que visitan a Cristina en el Senado. ¿Para qué tendría, la expresidenta, una agenda política tan agitada, si no fuera porque anunciará en breve que será candidata? ¿Qué sería más disruptivo para el peronismo en 2023 que una candidatura suya, al revés de lo que sucedió hace cuatro años?

Esa fue la impresión que generó en el grupo de sindicalistas que fue a verla el miércoles, antes del acto de Plaza Lavalle. “Ojo los que están pensando en que me voy a dedicar a cuidar a los nietos, mejor que se olviden”, reveló Hugo Yasky que respondió la vicepresidenta ante la consulta de uno de los asistentes sobre su futuro. Se fueron entusiasmados. El diputado y Vanesa Siley (Sitraju), que también participó de la reunión, fueron oradores en el acto que al día siguiente pidió por su candidatura. “Cada uno que la visita interpreta lo que quiere escuchar”, bajan el tono en el cristinismo.

El evento, empujado por el intendente de Ensenada, Mario Secco, el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque, y el gobernador Axel Kicillof, tuvo la obvia bendición de la vicepresidenta. El Cuervo fue uno de los que más trabajó en la convocatoria y está genuinamente convencido de que solo Cristina puede salvar al FdT del desastre electoral que avizora. Le fastidia que haya dirigentes “apurados” por bajar a la vice de la carrera electoral y por buscar planes alternativos. Intenta que el operativo clamor no se desinfle, no hacérsela “tan fácil” a los factores de poder que la quieren afuera de la cancha.

No todos en el cristinismo piensan lo mismo. El acto de Tribunales tuvo grandes ausentes. El más obvio fue Máximo Kirchner. El diputado organizó para esa tarde una reunión con referentes de la sexta sección electoral bonaerense en Monte Hermoso, donde pasó de regreso desde Trelew. A la ciudad chubutense había viajado para apoyar al candidato de La Cámpora, Emanuel Coliñir, en las elecciones municipales de este domingo. Junto a Kirchner estuvo el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, que también pegó el faltazo a Tribunales.

O el encuentro de Monte Hermoso no admitía dilación alguna o Kirchner quiso dejar en claro que no avala el operativo clamor. La mayoría de la dirigencia que estuvo en Plaza Lavalle interpretó lo segundo.

A eso se sumó la llegada sobre la hora de Wado de Pedro, supuestamente empujado por Cristina. El ministro del Interior recorre el país para construir su propia candidatura. Un plan B, para el caso de que Cristina desista de competir y quiera designar un delegado. Piensa que ya es tiempo de que su generación genera opciones propias y deje de depender de la boleta de la expresidenta. De colgarse de su pollera. Algunos de sus compañeros no lo miran con buenos ojos, aunque fue Cristina quien le dio el visto bueno y lo alentó a caminar.

Kirchner ya había marcado su diferencia durante el acto que se hizo hace un mes, en Avellaneda. Mientras el coro general cantó “Cristina presidenta”, el diputado llamó a “construir” un lugar “que le permita a quien diseñó la estrategia en 2019 vuelva a diseñarla". Es decir, reclamó para Cristina el lugar de arquitecta electoral, no de candidata.

Lo mismo dejó entrever durante la reunión que el FdT tuvo en la sede nacional del PJ, a mediados de febrero, cuando un grupo de dirigentes propuso armar “una comisión” para ir a convencer a Cristina de que reviera su decisión. Conocedor del pensamiento de su madre, Kirchner dijo que el esfuerzo sería inútil. Como adelantó entonces Letra P, la comisión que impulsaron Yasky y el secretario general de La Bancaria, Sergio Palazzo, nunca estuvo siquiera cerca de formarse. Se redujo a la visita de sindicalistas al Senado.

Un conocedor de la vida interna camporista resume la situación: “Aunque sea inconscientemente, Máximo va a hacer todo lo que pueda para que su madre no sea candidata”. Un intento de protección filial hacia su madre, sobre quien pesa una condena a seis años de cárcel e inhabilitación para ejercer cargos públicos y lleva al peronismo sobre sus espaldas. A eso se sumó, en los últimos días, un dolor personal que la vice dejó trascender a sus íntimos, por la afectación pública que sufrió su hija, Florencia Kirchner, señalada en el canal LN+ por cuestiones relacionadas con su salud y su vida privada.

A pesar del aliento a los actos y su hiperactividad política, Cristina no dio señales de revisión en las últimas semanas. “Los sacó volando a todos”, resume exfuncionario kirchnerista que habló hace pocos días con ella. Sus colaboradores más estrechos tampoco alimentan expectativas. “Ya dio una definición el año pasado. Dijo que no va a ser candidata porque está proscripta. La escuchamos todos. No suele dar marcha atrás. No se contradice”, apuntan en su círculo más íntimo. Eso no quiere decir que vaya a retirarse para “cuidar a los nietos”. Por el contrario, trabaja para mantener la centralidad en el armado político.

Algunos mandatarios que conversan habitualmente con la vice no cuentan con la candidatura en el menú. El gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, anunciará en los próximos días que desdoblará las elecciones de su provincia: se celebrarían el 25 de junio. Una señal de que la expresidenta todavía no le dio certezas de que competirá por la presidencia, ya que, de lo contrario, el formoseño habría buscado llevar la boleta de Cristina pegada a la suya como candidato a gobernador.

El otro Fernández

La definición de la estrategia se demora. En el cristinismo le echan la culpa de esa dilación al presidente Alberto Fernández por no haber iniciado todavía el diálogo con Cristina y el tercer socio del espacio, Sergio Massa, para avanzar en el diseño electoral. Dan por descontado que el Jefe de Estado no buscará un nuevo mandato. El Presidente entiende que un anuncio prematuro debilitaría su figura. “Cristina en 2015 no tenía ninguna chance de reelección y sin embargo ejerció el poder hasta último momento”, replican en el Instituto Patria.

Fernández está “tranquilo”, cree que ganó la batalla interna con la definición sobre las PASO y que eso hará un aporte hacia la democratización del FdT. Les dijo a dirigentes de su confianza que convocará a una nueva mesa política en el PJ a fines de abril. Será la continuidad del encuentro que se celebró en febrero, en el que el cristinismo buscó infructuosamente una definición presidencial. Ya con el cierre de listas encima, cerca de la vice esperan que el mandatario llegue a esa nueva instancia con un anuncio concreto. Las encuestas que vio en las últimas semanas no lo alientan. Los propios lo apuran y le advierten sobre el "desorden" generalizado. En mayo se reunirían el Consejo y el Congreso del PJ.

“Dispuesta” a conversar, Cristina espera por la convocatoria mientras diseña su estrategia, al ritmo del “desfile” permanente de dirigentes que pasan por su despacho. Las palabras de Mauricio Macri en las últimas horas, cuando vaticinó que en noviembre habrá un ballottage entre Juntos por el Cambio y Javier Milei sonaron como una provocación para la vicepresidenta. “Cristina es la política más elástica que hay y va a hacer todo para ganar”, dicen en su entorno.

Candidata o no, buscará el momento propicio para transmitir y explicar su decisión. El formato y la fecha todavía no están definidos. El grupo de sindicalistas que la visitó el miércoles en el Senado le planteó la posibilidad de armar un evento masivo el 25 de mayo, en la avenida 9 de julio, para conmemorar los 20 años de la asunción de Néstor Kirchner. El aniversario ofrecería el escenario propicio para un anuncio contundente. Cristina dio el visto bueno a la organización, pero no confirmó su asistencia. Sus colaboradores afirman que eso se verá “más adelante”, cuando la etapa de definiciones esté más avanzada.

El plan Massa no está caído. Entre los asistentes a Plaza Lavalle se habló, incluso, de una fórmula Massa-De Pedro. Pero la economía pone sus límites. Si Cristina había resuelto darle su apoyo al ministro, el número de la inflación le hizo el camino más difícil. “Estaba todo armado para que fuera Sergio. Estos números le arruinan los planes”, dice un hombre del peronismo porteño. Cerca de la vicepresidenta, sin embargo, dicen en que la puerta de Massa no está cerrada. La discusión será, en todo caso, sobre el método. ¿Podría, Cristina, bendecir a un candidato, como hizo en 2019 con Fernández? Si en 2019 consagró a Fernández, de quien ahora reniega, ¿por qué el electorado confiaría en un nuevo elegido?

Sea Massa, De Pedro, Daniel Scioli, Fernández o aún la propia Cristina, cualquier candidato del FdT tendrá que responder por la gestión del gobierno 2019-2023. La vice correría con alguna ventaja: podría agitar que avisó, advirtió, protestó en público infinidad de veces. Pero no se podrá despegar del Gobierno. En su entorno admiten que es así, “lamentablemente”.

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